Todo a Babor. Revista divulgativa de Historia Naval
» Datos y Documentación

Historia de las embarcaciones menores de la Real Armada.
Historia de Fragatas (por letra H).

Por Santiago Gómez (SG), Gerardo Etcheverry (GE) y Todo a Babor (TAB).
> HERMIONA (1ª)

 Comprada por la Armada en 1730 y armada con 30 cañones de pequeño calibre. Seguramente sería una fragata mercante.

         En 1762 se encontraba en el puerto de Lima preparada para zarpar hacia España, al mando del teniente de navío D. Juan de Zabaleta. Sin noticias sobre la entrada de España en la guerra, se encontraba el 31 de mayo de 1762 a la altura del cabo de San Vicente cuando las fragatas inglesas Active y Favorite salieron a su encuentro y la invitaron a rendirse. La fragata Active, era de 28 cañones y estaba al mando del capitán Herbert Sawyer, y la Favorite era un bergantín de 18 cañones al mando de Philemon Pownoll.

         El desconcierto entre la oficialidad española fue grande, no sabiendo que hacer y demorando en exceso la orden de zafarrancho de combate. A las diez de la mañana sólo se había tomado la decisión de dejar libres algunos camarotes de oficiales y pasajeros para dejar sitio a la tropa. Faltaban tacos y mechas y el camino de la santabárbara a la batería estaban lleno de estorbos. A la una de la tarde las dos fragatas inglesas viraron sobre sí mismas y se volvían sobre la española. El teniente de navío D. Francisco Javier Morales de los Ríos, encargado de la artillería, advirtió a las tres de la tarde al comandante que había que ordenar zafarrancho de combate, siendo la respuesta de Zabaleta bastante rocambolesca, al decir que era conveniente hacerlo después de cenar, cuando ya se hubiesen retirado los pertrechos de los pasajeros. A las cinco de la tarde insistió el teniente Morales, que no entendía a qué se estaba esperando, a lo que el comandante Zabaleta contestó de nuevo que se haría después de cenar.

         Cuando se dispuso a entrar en combate, una de las fragatas enemigas se colocó por la aleta de sotavento, con lo que la batería española se quedó sin blanco al que disparar. La fragata española sólo pudo hacer dos descargas completas, mientras el teniente Zabaleta ordenaba hacer vela. El entendimiento entre los oficiales españoles fue nulo. En un momento determinado la bandera española fue arriada, mientras el teniente Morales estaba preparado para hacer fuego. Al poco, oyó la orden de no hacerlo y, ante su incredulidad, se dirigió al alcázar para conocer cuales eran las órdenes reales del capitán. Le dijo que los ingleses le habían indicado que abrieron fuego al confundirlos con una fragata francesa. Los ingleses arriaron sus botes y se dirigieron a la fragata. El teniente de navío Zabaleta se rindió sin el acuerdo del resto de los oficiales.

         Los ingleses no podían imaginar lo que se iban a encontrar en la fragata. El valor del oro y la plata era de dos millones seiscientos mil pesos y el de las mercancías era de unos cinco millones. En libras hacían un total de 519.705 que se desembarcó en Portsmouth y se llevó escoltado a Londres en veinte vagones decorados con los colores de la bandera británica sobre la española. El botín fue repartido de la siguiente manera: el almirante y comodoro del escuadrón recibieron 64.964 libras, 251.010 para la dotación de la fragata Active (capitán: 65.053 libras, tres oficiales: 13.004 libras cada uno, ocho oficiales graduados: 4.336 libras cada uno, veinte suboficiales: 1.806 libras cada uno, 158 marineros y soldados: 485 libras cada uno) y 203.018 para la Favorite (capitán: 64.872 libras, dos oficiales: 12.974 libras, siete oficiales graduados: 4.324 libras, dieciséis suboficiales: 1.802 libras y 110 marineros y soldados: 482 libras).

         El teniente Zabaleta fue juzgado y condenado a muerte en Consejo de Guerra celebrado a bordo del navío Guerrero en el puerto de Cádiz, aunque luego se le indultó, se le expulsó de la Armada y acabó en presidio por diez años. Sus paisanos vizcaínos solicitaron su perdón a Carlos III y ofrecieron costear la construcción de una fragata igual a la perdida, pero el rey no aceptó. El teniente de navío Morales de los Ríos fue suspendido por dos años, durante los cuales sirvió en los jabeques como aventurero, y el alférez de navío D. Lucas Gálves fue suspendido por un año. En este caso los oficiales ingleses se comportaron correctamente con los oficiales y pasajeros, respetando los caudales de estos últimos. (SG)

  • - Armada española, Cesáreo Fernández Duro, Tomo VII, página 84.
    - Página Web Maritime History, de Michael Phillips.
    - Lloyd’s Evening Post and Brittish Chronicle, 6 de Agosto 1762.
> HERMIONE (2ª)

         En 1731 se dispuso la construcción de una fragata de 50 cañones según una Real Orden del 25 de mayo, cuando los navíos Galicia y León dejaran libres las gradas del astillero de La Graña, por lo que comenzó su construcción a partir de esa fecha, colocándose la quilla en 1731 y fue botada en 1732, siendo D. Lorenzo de Arzueta su constructor. Fue la primera fragata salida de los astilleros de La Graña y, según varios documentos, también se la llamó La Hermiona ó Ermiona. En cuanto al artillado también hay variaciones que van desde los 36 a los 50, 54 ó 56 cañones, por lo que muchas fuentes lo clasifican como navío.

         En enero de 1735 se encontraba en el arsenal de La Carraca para ser carenada, zarpando al año siguiente rumbo a los mares del sur para recoger caudales y otras comisiones.
         A mediados del mes de abril de 1740 llegó a España desde Río de la Plata con el navío San Esteban, llevando a bordo 158.516 pesos. Se incorporó a la división del jefe de escuadra D. José Alfonso Pizarro que zarpó de Santander el 23 de octubre de 1740 para enfrentarse a la escuadra inglesa de George Anson en el Pacífico. Se componía de los navíos Asia y Guipúzcoa, las fragatas Hermiona (54 cañones y 500 hombres según Fernández Duro), Esperanza y San Esteban y el paquebote Mercurio. A finales de febrero de 1741 llegaron al cabo de Hornos, donde la escuadra española se dispersa en un temporal, perdiéndose la fragata Hermione con sus 500 tripulantes a finales de febrero ó primeros de marzo de 1741. (SG)

  • - RGM, abril de 1966, páginas 510 y 511.
    - Sin perder el Norte, Hermenegildo Franco Castañón.
    - El arsenal de la Carraca 1717-1776, José Quintero González.
    - La Armada española, Fernández Duro, Tomo VI, páginas 286 a 288.
> HERMIONA (3ª)

Construida en el arsenal de La Carraca, Cádiz, en 1752. Artillada con 24 ó 26 cañones.

En febrero de 1755 zarpa de Cádiz para llevar azogue a Veracruz, regresando a Cádiz en febrero de 1756. Algunas fuentes señalan que terminó apresada por los ingleses en 1807. (SG)

  • - La Marina, Antonio de Ulloa.
> HERMIONE  (4ª)  / Santa Cecilia

         Fragata inglesa construida en 1782, armada con 40 cañones, seis obuses y tripulada por unos 200 hombres. En 1797 pertenecía a la escuadra del vicealmirante Hyde Parker y es destacada el 16 de agosto desde el puerto de San Nicolás, Haití, para patrullar entre las islas de La Española y Puerto Rico.
         El capitán Hugo Pigott mantenía a bordo una férrea disciplina. El 20 de septiembre ordenó arrizar las velas, amenazando con azotar al último en bajar a cubierta. Se desató el pánico y tres marineros murieron al estrellarse sobre la cubierta y mandó arrojarlos por la borda sin ninguna ceremonia. Al día siguiente azotó a seis de los marineros y hartos de sus atrocidades decidieron amotinarse a las once de esa misma noche. Irrumpieron en la cámara y apuñalaron al capitán, después mataron al primer, segundo y tercer oficiales, al contramaestre, al guardiamarina, al teniente de infantería de Marina, al contador, al cirujano y al secretario del capitán, salvándose sólo el carpintero y el condestable. Los marineros decidieron dirigirse a La Guaira y entregar la fragata a las autoridades españolas. Llegaron al puerto el 27 de septiembre y el brigadier Mateo Pérez, gobernador de la plaza, recibió a los marineros, los cuales contaron que habían abandonado al capitán y oficiales en una lancha a unas diez leguas de Puerto Rico. El gobernador receló de su historia, confirmados sus recelos cuando observaron que la fragata tenía todas sus lanchas, además de que uno de los marineros, de los cinco que no habían participado en el motín, relató al gobernador la verdadera historia.
         Los marineros amotinados se dispersaron, pero la Marina inglesa los persiguió sin descanso y a los nueve años había logrado capturar y ahorcar a veinticuatro de ellos. Mientras tanto el gobernador mandó al teniente coronel de artilleros D. Antonio López Chaves y a sus hombres para tomar posesión de la fragata. El 23 de diciembre de 1797 se decide su incorporación a la Armada para servir de guardacostas en la zona, siendo rebautizada como Santa Cecilia, aunque siempre se la conoció por su nombre original.
         La fragata es enviada a Puerto Cabello para ser carenada y reparada. Se envió desde La Habana una tripulación y un comandante, el capitán de fragata D. Ramón Echalaz, que tomó posesión del mando en agosto de 1798.  Se encontró que estaba mal reparada y faltaba carenarla y la tripulación era de leva forzosa y presidio. Al intentar repararla se enfrentó al contador de a bordo y las autoridades del puerto. Sin conseguir repararla adecuadamente y con una tripulación desastrosa, se le ordenó zarpar rumbo a Veracruz en octubre de 1799. Echalaz decidió fondear a poca distancia de los cañones del fuerte y para entonces tenía noticias de la presencia de una fragata inglesa que vigilaba el puerto.
         El vicealmirante Hyde Parker llevaba dos años sin ningún éxito en el Caribe y necesitaba un golpe de efecto que devolviera la moral y la confianza de sus aliados, los realistas franceses y la burguesía criolla independentista. Mandó al capitán Edward Hamilton, comandante de la fragata de 28 cañones Surprise, que vigilara las cercanías de Puerto Cabello. Conocidas las buenas relaciones entre la burguesía venezolana y los ingleses de Trinidad, es de suponer que Parker y Hamilton supieran la situación de la fragata Hermione, su pésima tripulación, las defensas del castillo y las disposiciones tomadas por Echalaz para la defensa. Una prueba de ello es que Hamilton no llevaba sólo las tres lanchas reglamentarias, sino que cargó con varias más, siendo sus intenciones las de abordar la fragata, plan muy arriesgado si se desconocían las defensas.
         En la noche del 24 al 25 de octubre de 1799, Echalaz estaba en su camarote, mientras el teniente de fragata D. Manuel de Avellaneda se encontraba de guardia, aunque no se encontraba en su puesto, que será la clave para la rápida captura de la fragata. Entre las doce y la una de la madrugada, siete lanchas británicas comenzaron el asalto. Algunos soldados de guardia fueron reducidos al no contar con el teniente Avellaneda, y ocuparon los ingleses el castillo de proa y la cubierta, mientras otros cortaban los cables y comenzaron a remolcar la fragata hacia alta mar. Los soldados ingleses vestían de azul oscuro, mientras los soldados españoles, vestidos de blanco, eran perfectamente visibles. Al darse la alarma, algunos oficiales como el guardiamarina Mariano de Mendoza y los pilotines Vigausti, Ribalta y Crespo abandonaron la lucha, e incluso veinte hombres escaparon hacia la costa en un bote. Los atacantes consiguen cerrar las escotillas, dejando a la mayor parte de la tripulación encerrada abajo, aunque hicieron grandes esfuerzos por salir. También fueron reducidos varios soldados que intentaron poder resistencia desde la arboladura. Cuando la fragata se encontraba en alta mar y con gran número de bajas, comprendieron que era inútil seguir la lucha y se rindieron.
         Hamilton redactó un informe, publicado en la “Gaceta de Jamaica” en el que mencionaba, entre otras cosas, que 98 hombres habían reducido a 392 y habían tenido sólo doce heridos. También relató que al entrar en la rada son descubiertos por dos lanchas cañoneras españolas. Dos de sus lanchas abordaron a las cañoneras, mientras otras cuatro lanchas avanzaron hacia la fragata. Con la refriega de las lanchas, los artilleros de la Hermione dispararon sus cañones a ciegas creyendo que el castillo era atacado y no se enteraron que los hombres de Hamilton habían conseguido subir por la proa de la fragata. Los 392 españoles abandonaron sus cañones y se lanzaron sobre los asaltantes, produciéndose una lucha horrorosa. Habían conseguido desplegar el trinquete y romper los cables, con lo que la fragata se dirigía remolcada hacia la bocana del puerto, reforzados por los compañeros de las dos lanchas, que habían destruido a las cañoneras españolas. La fortaleza no dejaba de disparan sus doscientos cañones sobre la fragata y apenas salió del puerto, los marineros y soldados españoles se rindieron.
         A este relato, bastante fantástico por parte de Hamilton, habría que matizarlo en varios puntos. Incluso en versiones posteriores se dijo que sólo participaron tres lanchas, unos 45 hombres, que se enviaron refuerzos españoles a la fragata y que los tripulantes de las cañoneras habían optado por abandonarlas antes de enfrentarse a los ingleses. No es de extrañar que el historiador Dudley Pope calificara el rescate de la Hermione “entre las más bravas, mejor planificadas y más exitosas operaciones en la historia naval británica…”. El pequeño castillo de Puerto Cabello disponía de apenas una veintena de cañones, las lanchas no eran seis, como afirma Hamilton, sino siete, según lo declarado por Echalaz. Otra cuestión es como fue posible que entre los españoles hubiera 119 muertos y 97 heridos graves cuando la mayoría se encontraban encerrados. La razón es que intentaron salir por todos los medios, siendo contenidos con fusilería y a sablazos, sin contar la ya mencionada nula instrucción de la tropa y que la marinería no era de fiar. No era necesario que Hamilton y los historiadores británicos, como James y Clones o el venezolano Rojas, tergiversaran la historia de esa manera tan burda para la mayor gloria de la Royal Navy.

Abordaje de los ingleses a la fragata Hermione

  • > Los británicos abordan a la fragata española Hermione. Grabado de la época.

         La fragata fue rebautizada como Retaliation y antes de ser desguazada en Deptford en 1805 se la volvió a cambiar de nombre por el de Retribution. El capitán Hamilton fue nombrado caballero y colmado de honores, mientras el capitán Echalaz es juzgado en La Habana por no preparar a la fragata de forma adecuada para la defensa. Permaneció tres años preso, y en 1802 es expulsado de la Armada, mientras el teniente Avellaneda y otros oficiales no fueron expulsados y se les castigó levemente. Se demostró en el consejo de guerra que la fragata había sido entregada a los ingleses por traidores españoles. No se puede olvidar que Echalaz era de ideas liberales al igual que Mazarredo y Barceló, con los que había servicio, por lo tanto repudiado por Godoy, además de no ser de origen noble. Pidió su ingreso en la Armada en varias ocasiones y sólo pudo conseguirlo en 1820 con el triunfo de Riego, aunque en 1823, con el regreso de Fernando VII, quedó cesado de nuevo. (SG)

  • - La Aventura de la Historia, Año 2, Nº 16, artículo de Antonio Atienza Pañarrocha.
    - La Armada española, Cesáreo Fernández Duro, Tomo VIII, páginas 192 a 195.

Fragata Hermione

  • > La captura de la fragata Hermione. Thomas Whitcombe. National Maritime Museum
> Héroe (26)

Fragata británica capturada en 1780. 1780-1783

 

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