Los setenta barcos de Rawson que operan sobre el recurso hicieron que duraran una semana las buenas capturas.
En los últimos días se desembarcó langostino chico y de cáscara blanda. La temporada está agotada. Se viene la discusión por el reparto de cuotas de merluza.
Los barcos pesqueros que operan desde Puerto Rawson notaron una significativa merma en los rendimientos de las capturas en los últimos días, desde el reinicio de las actividades en forma normal tras el levantamiento del paro de los marineros han transcurrido diez días, de los cuales siete fueron de muy buena pesca de langostino.
Las tallas L1 y L2 fueron las predominantes en las primeras mareas realizadas por las flotas amarilla y artesanal, hallándose concentraciones importantes relativamente cerca del sur del puerto capitalino.
La operatoria portuaria fue incesante en la descarga y reaprovisionamiento de los buques a fin de no perderse mareas, es que para ingresar o salir de estos mulles se debe aguardar la pleamar y hay un margen de 4 o 5 horas para entrar, desembarcar las capturas, cargar combustible y otras provisiones y salir de nuevo. Si no se llega con ese tiempo, se debe esperar la próxima marea alta por una cuestión de calado de la desembocadura del río Chubut.
Los marineros más experimentados y con varios años trabajando en estas flotas de Rawson admiten que la temporada está perdida y que el óptimo langostino encontrado en los primeros días era lógico tras 120 días sin la flota encima del recurso. Con setenta barcos arriba de las concentraciones de langostino, en un corto plazo los rindes decayeron progresivamente.
Sostienen que el recurso está más al sur, es decir en la parte norte del Golfo San Jorge, un área al que estos buques no pueden ingresar. De ahí el entendimiento de que sólo restan unos pocos días de actividad de los amarillos y los artesanales.
Lo que se está trayendo es un langostino mayoritariamente L4 y menos L3, notándose también que son unidades de menor calidad ya que se trata de cáscara blanda. La falta de calidad, la escasa cantidad y el bajo tamaño obligan a los armadores a replantear las próximas salidas.
Podrían parar
Cuando en la captura traída a puerto predomina un langostino L4 y L3 de baja calidad, el costo de marea del barco se compensa apenas con el valor de venta de ese pescado; por consiguiente algunos ya anticiparon que si se mantienen o bajan estas capturas, el barco se queda en muelle.
Una sola semana de buen trabajo durante toda la temporada, evidencia con claridad la magnitud de los perjuicios que acarreó una huelga de 118 días. Los precios, aseguran, son los mismos del año anterior, con lo que no hay margen para estirar las salidas a pescar.
Durante varios días el puerto recuperó su fisonomía habitual con un incesante tránsito de camiones refrigerados trasladando las capturas a las plantas de Rawson, aunque en mayor número a empresas pesqueras de Puerto Madryn. La estiba trabajó contrarreloj tratando de que ningún buque esperara más de lo debido y perdiera una marea. Hasta los puesteros que venden pescado para consumo local volvieron a tener actividad y el puerto recuperó esa postal para los turistas que transitan por Playa Unión.
Reparto de merluza
Concluida la temporada de langostino, las flotas amarilla y artesanal deberán comenzar a pensar en salir a la búsqueda de merluza y tras la ‘cuotificación’ de la especie fue el Estado provincial quien se quedó con la potestad de reparto de las cuotas que les corresponden a cada barco y cada empresa.
Con esta modalidad se obliga a los propietarios de los buques a que cada año deban ir a golpear la puerta de la Secretaría de Pesca para conseguir su cupo de pesca anual, lo que los deja en un marco de incertidumbre. Este tema ha quedado marginado por el extenso conflicto que envolvió a la actividad durante cuatro meses, pero se espera que vuelva a escena en breve.
Por Nelson Saldivia / Fotos de Mariano Izquierdo
02/03/10
REVISTA PUERTO
