“Océans”, un evento en la pantalla (Francia)

(FNM) Diez años después de “El pueblo migratorio”, Jacques Perrin nos trae una obra cinematográfica para dejarnos sin aliento, en las salas el miércoles 27 de enero. Video de anticipo.

Corto de presentación de la película:

A continuación reproducimos una serie de fotografías de la película Océans, que se estrenará en Francia el próximo miércoles 27 de enero, anticipadas por el diario Le Fígaro de París.

Medusas

En la bahía de Carmel, California, esta nube de medusas  doradas es un regalo inesperado para David Reichert que venía a filmar…nutrias! Pero tampoco es cuestión de hacerse muy amigo de estas damiselas cuyas sus caricias son parecidas a las de las ortigas. (Galatee Films/Pasco)


Banco de sardinas


- El banquete la «Sardine Run » (migración de sardinas)

La migración de sardinas, un banquete tan pantagruélico como impresionante se produce cada verano a partir del mes de junio sobre la costa de Natal, en África del Sur. En esta época, las sardinas que han desovado en el Cabo se remontan hacia Durban, impulsadas por las corrientes frías, y caen en una trampa diabólica. Los delfines abren la cacería, nadando alegremente a casi 50 metros de profundidad para fraccionar el cardumen hasta forzarlo a formar una burbuja que se remonta hacia la superficie. Grosero error: las desafortunadas, convencidas de que la unión hace la fuerza, constituyen de hecho, observado desde la superficie, una enorme burbuja. El peligro viene ahora desde el cielo donde, cual aviones de caza, las hordas de gaviotas del Cabo barren la superficie del agua a más de 100 Km. por hora. Con sus alas blanquinegras replegadas, las voladoras penetran en las olas con la brutalidad de un fusil y atraviesan a las pobres sardinas hasta los 15 quince metros por sobre la superficie. De pronto, los impactos son tan numerosos que desde el cielo se creería que el agua, que de tan revuelta hace espuma, ha entrado en ebullición. Al banquete se unen  enseguida otros convidados: tiburones, lobos marinos, pingüinos y, si anda por la zona, la ballena de boca grande…(Galatee Films/Pasco)

Cangrejos

 


El Congreso de cangrejos
 Cada año, se dice, millones de cangrejos convergen en la bahía de Melbourne, Australia, para mudarse y reproducirse. El suceso es conocido. No obstante, a falta de observación, los científicos han creído en una legenda durante mucho tiempo. Y entonces, en un hermoso día, sobrevino un pequeño milagro. Mark Norman y Julian Finn, dos oceanógrafos con quienes el equipo había armado planes para estudiar olas seiches gigantes, exhibieron algunas imágenes de este encuentro. “Generalmente, explica el director Jacques Cluzaud, los científicos no son del todo partícipes. Es pues, un regalo que nos han hecho”. Un regalo que prueba hasta qué punto este film es un suceso de encuentros azarosos. Al año siguiente se trató de localizar a los crustáceos en esta gigantesca bahía de más de 100 kilómetros de largo. De todas las técnicas consideradas, inclusive el arrastre, resultó que la del  pequeño anuncio pareció la más apropiada. “Publicamos un aviso de búsqueda en los periódicos locales. Todos los buzos de la región transmitieron el objetivo de esta  búsqueda y terminaron por localizar un grupo lo suficientemente importante como para que René Heuzey, el operador, comenzara a filmar. Esto se tronó muy largo porque cada día el número aumentaba y las tomas eran aún más impresionantes. Inclusive hubo un momento en que el cameraman estaba completamente cubierto por cangrejos, algo que puede parecer bastante atemorizante, aún cuando en palabras del interesado era “bastante agradable”….(Galatee Films/Pasco)

 


Cuando estas damiselas aprietan sus pinzas, es mejor no estar entre sus patas!. Para seguir a esta enorme tropa y filmar lo más cerca posible esta secuencia increíble donde todo lo que el mar cuenta sobre estos crustáceos para haberse dado cita, el cameraman René Heuzey ha tenido una paciencia infinita. Día tras día, observó el arribo de los bichos y filmó veinte horas de juncos para lograr dos minutos de película. Un espectáculo alucinante. (Galatee Films/Pasco)

Tiburón Blanco

 


Baile con el gran tiburón blanco.
El tiburón no ataca al hombre! Esta afirmación que repetía el comandante Cousteau es también la convicción de François Sarano, buzo emérito y amante de este gran tiburón. Fue en noviembre, en las claras aguas de la Isla de Guadalupe, México, cuando Sarano se encontró este Carcharodon carcharias de una tonelada y media. “Queríamos poner en escena un dibujante submarino  que bocetara al tiburón, de allí la paleta blanca que tengo en la mano”. Se necesitaron diez días y dos equipos que pasaron sesenta horas bajo el agua para lograr mostrar una imagen muy diferente de aquella de los Dientes del mar: un animal magnífico, enorme y majestuoso junto al cual  podemos pasear”. (Galatee Films/Pasco)

“El cara a cara es fácil, explica Sarano, pero el estar al lado, casi hasta tocarse es excepcional. Mantenerse al lado implica por parte del tiburón, una gran demostración de confianza” Los buzos americanos, quienes siempre habían abordado a estos animales al abrigo de una jaula, estaban muy distendidos ante la idea de un baile en libertad. El primer día, todos estaban prudentemente cerca de los barrotes; el último, todos habían comprendido que François tenía razón. “En veinte años, con la excepción de algunos surfers que nadaban en aguas movidas y que podían ser confundidos con algún pez, jamás un buzo fue víctima de un tiburón”. (Galatee Films/Pasco)

Focas

Las gracias de los leones marinos
No hay nada más torpe que un león marino sobre tierra firme. Esta torpeza ha sido su derrotero durante mucho tiempo: durante el siglo XIX los cazadores han masacrado tanto a esta presa fácil y lucrativa que fue casi exterminada, así como las nutrias y las ballenas. Desde 1978 el Acta de Protección de los Mamíferos Marinos (MMPA por sus siglas en inglés), promulgada por los americanos, protege a los pinípedos y ha permitido que en una treintena de años las especies pudieran recuperarse. “Hoy en día, se felicita Stéphane Durand, uno de los consultores científicos de la película, podemos encontrar elefantes marinos en medio del puerto de San Francisco, lo que prueba que una decisión política puede pesar sobre el futuro del planeta”. Sobre el lado izquierdo de la costa, el león marino sobre la ola se vuelve una bailarina de una gracia infinita. La alegría de vivir de estas damiselas (los machos, más reacios al acercamiento, son más gruñones), observadas en noviembre en los grandes bosques submarinos de kelps – esas algas gigantes del sudoeste de los Estados Unidos que crecen hasta 30 cm. por día y pueden alcanzar hasta 50 mts. de longitud – se explica por las suaves cabriolas y un espíritu curioso y juguetón que las lleva a observar desde muy cerca de los buzos, inclusive hasta observarse en los vidrios de los aparatos. Otra pasión de los leones marinos es el mordisqueo, para ellos un arte de vivir, que los lleva a masticar todo lo que pasa, siempre con una gran delicadeza, sobre todo las palmas y las cámaras…(Galatee Films/Pasco)
 


Puestos a punto por Didier Noirot y creados exclusivamente para esta película, los gabinetes aerodinámicos que contienen las cámaras han sido tallados en bloques de aluminio de 100 kilos. A la vez livianos (con las cámaras alcanzan los 40 kilos) y equilibrados (se los puede dejar sobre el agua ya que flotan), permiten durante el buceo, modificar todas las configuraciones importantes sobre la cámara y filmar flexiblemente las volteretas de los leones, muñidos de oídos externos, contrario a las focas (en la foto, una leopardo marina) a quien se observa desde la calidez del interior. (Galatee Films/Pasco)

Ballenas

Las artimañans de la bellena jorobada
Las ballenas jorobadas son unos mamíferos enormes de entre 25 y 30 toneladas que pasan el invierno en Hawaii y el verano en Alaska. Durante la temporada mala, las lagunas azules les  sirven para aparearse así como para proveer a sus ballenatos de la más dulce cuna. Cuando los días se vuelven, atormentados por un hambre voraz (ya que han ayunado durante varios meses), estos mamíferos (a los que también llamamos magápteros ya que sus aletas pectorales parecen alas), remontan hasta Alaska donde, en el estrecho de Chatman, los esperan todos los arenques del mundo. (Galatee Films/Pasco)

 


Parten de cacería en grupos de 15 o 20 comandadas por dos de ellas. La primera, denominada la burbujera, ubica un banco de peces y arma un rosario de burbujas que lo encierra. Luego la segunda, denominada la ladradora, lanza un canto rítmico que al pasar del grave al agudo paraliza a las presas y da la señal a las compañeras de que es hora de desayunar.  Reunidas sobre el banco, las ballenas dan ahora su estocada. La tropa remonta como un cohete hacia la superficie, boca abierta, deglutiendo todo lo que se encuentra a su paso. Y el festín se extiende hasta el atardecer. “Desde el barco donde las esperábamos para filmarlas, cuenta Jacques Cluzaud, una vez que llegaban a la superficie teníamos la impresión de estar asistiendo al nacimiento de una isla. No obstante no estábamos en peligro: las ballenas, extremadamente atentas a su medioambiente, tienen la precisión y la agilidad de una golondrina. Cuando descienden son capaces de flotar sobre el fondo del agua sin que se mueva un solo grano de arena”. (Galatee Films/Pasco)

¡Grabando!

Silencio (del mar), grabando !,

De no ser por los rosarios de burbujas, las combinaciones negras y las máscaras, casi se podría decir que se trataba de una filmación como cualquier otra. O, filmar el fondo del mar es una tarea muy complicada. Al imperativo de la paciencia se agregan las limitaciones de la visibilidad del agua, la presión, la lentitud de los movimientos. Si bien se filma poco, la plataforma es pesada. Hacen falta 20 personas para inmortalizar el reencuentro entre un cangrejo y una estrella (fotografía 2). Diez técnicos se apuestan sobre una barca flotante, en la superficie. Su misión: enviar los 20.000 watts de proyectores para iluminar el fondo del mar y así recrear una luminosidad que se parezca a los rayos de luna. Diez metros más abajo, diez hombres se preparan. En primer plano, el buzo detrás de su monitor se asegura de la nitidez de lo que está filmando el cameraman, agachado, cerca de los carriles de traslado. “Para las escenas filmadas en macro que son las que permiten los planos sorprendentes, la utilización de un “puntero”, gran primicia en materia de cinematografía animal, era absolutamente indispensable y permitía al operador concentrarse en la acción sin preocuparse por la puesta a punto”, revela Stéphane Durand. Debajo de los cables suspendidos para no estorbar el campo, otros técnicos se preparan, reorganizando el escenario de manera tal que queden en el centro sus actores principales. (Galatee Films/Pasco)


Pez

En el fondo se encuentran lo bizarro y lo extraño. La mirada de los cineastas realza los increíbles colores de este mundo del que se dice es sombrío y oscuro. (Galatee Films/Pasco)

Coral

... el incendio otoñal de los corales... (Galatee Films/Pasco)

Medusa

Las faldas de encaje de la medusa japonesa. (Galatee Films/Pasco)

Cangrejo ermitaño

Bernardo el Ermitaño. (Galatee Films/Pasco)

Sitio:
http://www.lefigaro.fr/environnement/2010/01/08/01029-20100108DIMWWW00502-oceans-le-film-evenement.php

Adaptado al español por NUESTROMAR. Fuente : Le Fígaro

19/01/10
NUESTROMAR

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