Inevitables cambios en la costa (Pcia de Buenos Aires)

Desde hace cierto tiempo, se viene advirtiendo respecto de una de las consecuencias directas de la modificación climática en el planeta: el aumento del nivel de los mares y, por efecto inmediato, su avance sobre las zonas costeras.

En la provincia de Buenos Aires, varias ciudades y localidades balnearias ya sufren el impacto del fenómeno. Nada menos que en Mar del Plata han desaparecido considerables superficies hasta hace poco dedicadas al turismo, mientras en otros lugares se advierte con preocupación cómo evoluciona el problema, al que no resulta sencillo contener.

Un documento televisivo exhibido esta misma semana mostró la situación en el balneario de Mar del Tuyú, partido de la Costa, al compararse imágenes de un mismo lugar en estos días con las de unos años atrás. Los cambios son marcados. Sectores que formaban parte de las extensas playas han sido ganados por el agua, y viviendas ubicadas frente al mar son invadidas por las mareas. Sin embargo --tal cual lo denunciaban algunos vecinos--, las autoridades todavía siguen permitiendo la instalación de nuevos balnearios sin ajustarse a elementales normas preventivas que imponen las transformaciones aludidas. No permitir construcciones prácticamente sobre la misma playa es una medida inevitable, aconsejada por las circunstancias y por los estudios técnicos de los especialistas.


Es digno de mencionarse la actitud asumida por el municipio de Pinamar, donde el 30 de abril próximo vencerá la concesión de los 53 balnearios del lugar. De inmediato, sus instalaciones comenzarán a ser demolidas, para ser sustituidas por otras a erigir sobre pilotes y en lugares previamente determinados. La drástica medida fue tomada por el Concejo Deliberante, donde se aprobó una ordenanza que regula el uso del espacio público y privado y fija las normas a las cuales se adecuará la reforma del frente marítimo, que cuenta con 22 kilómetros de playa.


Los argumentos que llevaron a tales decisiones, obviamente, se vinculan con aquel fenómeno, ante la evidencia de que la superficie playera viene desapareciendo de manera progresiva, con el consiguiente perjuicio para la vida propia de la ciudad y su desenvolvimiento turístico. La secretaria municipal de Turismo, Rosa Boero, advirtió que "se está cuidando el futuro", luego de que, durante muchos años, el frente marítimo vivió en condiciones inapropiadas. "Cuando no se respeta la dinámica natural del mar, éste se lo cobra llevándose la arena", describió.


En los centros turísticos del litoral bonaerense --inclusive, con normas ya dictadas por el gobierno provincial-- comienza a ponerse en práctica una serie de medidas que implican sustanciales transformaciones en la estructura de los balnearios. Los cambios obligados por la Naturaleza son inevitables y deberán llegar, más tarde o más temprano, a cada uno de aquéllos. En nuestra zona de influencia, las autoridades y las fuerzas vivas de Monte Hermoso y de Pehuen Co deberán adaptarse a tales modificaciones, mediante una labor conjunta, a fin de evitar riesgos que ya pueden considerarse inminentes.

11/02/10
LA NUEVA PROVINCIA

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