La cantante Selena Gomez, de 25 años, ha demostrado saber cuándo parar y tomarse un descanso después de sentirse desbordada por el éxito alcanzado. Así lo hizo cuando anunció en agosto del año pasado que se retiraba de la escena pública debido a que la enfermedad que padece, Lupus, le causaba ansiedad, ataques de pánico y depresión, como ella misma reconoció. Y desapareció durante tres meses que dedicó a un retiro espiritual de lo más provechoso del que, un año después, ha contado algunos detalles. “Me fui 90 días y fue lo mejor que pude haber hecho. No tenía teléfono, nada, y tenía miedo. Pero fue increíble y aprendí mucho”, dice Gomez en una entrevista para la revista Instyle, que saldrá publicada en el número de septiembre.
La que es la persona con más seguidores en Instagram (en concreto su cuenta tiene 124 millones de seguidores) explica que ese aislamiento total del mundo exterior fue crucial en su proceso de curación personal. “Estaba en el campo y nunca me peiné. Me dediqué a la terapia equina, que es muy hermosa. Y fue difícil, obviamente, pero era lo que mi corazón me estaba pidiendo y pensé, ‘bien, creo que esto me ayuda a ser más fuerte”.
Precisamente algo a lo que Selena Gomez se tendrá que volver a acostumbrar es a su fama en las redes sociales. Como reina de Instagram, la cantante y también actriz sigue luchando contra el escrutinio intenso que existe en estas plataformas, y es consciente de que los medios de comunicación pueden influir fuertemente en sus emociones, por ello sigue luchando por mantener una buena salud mental.
“Es bueno estar conectado, ver las cosas de los demás y tener una idea de lo que tus amigos están haciendo, pero es muy difícil combatir la presión que ejercen las redes sociales. Le dicen a las personas que tienen que ser de cierta manera. Hay gente mala tratando de obtener cosas negativas de ti y esa energía te hace sentir mal. No puedes evitarlo. Es muy difícil descubrir quién eres con toda esta presión”, explica la exestrella Disney sobre su batalla contra la supuesta perfección que se muestra en las redes, de las que también se tuvo que retirar temporalmente.
Ahora ha vuelto a la escena pública con energía y con las pilas renovadas: ha sacado nuevo disco Bad Liar, ha renovado la segunda temporada de la serie que produce en Netflix, Por trece razones, y acaba de descubrir su primera campaña de su gran proyecto en el mundo de la moda con Coach. Pero Selena Gomez es consciente de que todavía es frágil y aún habrá días difíciles. “Sigo yendo a terapia. Creo que es un lugar muy saludable”, explica a la publicación.
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Otro motivo por el que la cantante está “realmente feliz” es por su relación con el cantante de hip hop Abel Tesfaye, más conocido como The Weeknd, con quien comenzó a principios de este año. Pero incluso en este sentido, Selena Gomez insiste en que es “solo” una parte de su vida, no su vida al completo. “No dependo de un área de mi vida para ser feliz. Es muy importante para mí amar y nutrir a mis amigos y familiares y asegurarme de que nunca me voy a dejar influir por nadie como antes, cuando era joven. Tengo suerte porque él es más un mejor amigo que cualquier otra cosa”, cuenta sobre su situación sentimental quien también se hizo famosa por ser la primera novia oficial del ídolo de adolescentes Justin Bieber.
Un mejor amigo que la sorprendió cuando, en plena gira, The Weeknd voló de París a Los Ángeles para acompañar a la cantante en su 25 cumpleaños.
