Entre los tantos mensajes que ha enviado el papa Francisco desde que fue elegido el nuevo sucesor de Pedro en este convulsionado siglo XXI, se distingue aquel que llama a la humanidad a fortalecer la esperanza justamente en momentos críticos, cuando el miedo, la desilusión, la angustia o el descreimiento se apodera de las sociedades, particularmente donde afloran graves conflictos e incluso en aquellos que desembocan en guerras. Ese mensaje tan cálido que dio la vuelta al mundo parece anidar en el corazón de muchos argentinos, que piensan que más allá de los avatares, de los días aciagos que transcurren últimamente y de los tantos obstáculos cotidianos, la llegada de la Navidad es motivo suficiente para renovar la creencia de que una vez atravesadas estas turbulencias se pude lograr una importante transformación para un país cuyo potencial es incuestionable. Incluso es ponderado recurrentemente por los extranjeros, no sólo los inversores, muchos de los que estarían encantados de colocar su dinero aquí (con otras reglas y circunstancias) en diversidad de rubros y propuestas, sino de los que visitan la Argentina de una punta a la otra y se enamoran de sus virtudes, de sus magníficos paisajes y de sus recursos, que emanan de su próspera naturaleza. Estos días han sido y siguen complicados. La llegada de las Fiestas, en medio de disturbios y complejos problemas sociales, opaca esos sentimientos de alegría y bienestar compartidos donde surgen todo lo contrario: frustración, enojo y violencia. La economía está en medio de esas convulsiones desagradables, en medio de respuestas que no llegan o de salidas que no se encuentran. Se suma el clima con temperaturas muy altas y las repetidas escenas de miles de personas afectadas por la falta de luz, lo que agrava el malestar de una sociedad que tiene muchos otros reclamos. El suplemento Propiedades de hoy deja traslucir a través de prestigiosos columnistas, especialistas y académicos otros reclamos que llegan de diversos ámbitos, y que repercuten en un mercado que siempre ha sido confiable, identificado además como una inversión segura a través de las décadas. Las condiciones y trabas impuestas han generado una fuerte retracción que permanece y afecta a todos los segmentos. Aun así la rueda sigue girando, pero más lenta. Gracias a todos los que aportaron en este número su opinión, para tratar de iluminar con sus palabras e ideas cómo sortear el laberinto hacia 2014.

Feliz Navidad!.