Todo a Babor. Revista divulgativa de Historia Naval
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Biografía de don Jorge Juan y Santacilia.

(Envío de Antonio Luis Martinez Guanter).

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.


       Nació el cinco de enero del año de  1713, en Novelda, provincia de Alicante.

       Realizo sus primeros estudios de gramática latina en Zaragoza, pasando a los doce años a Malta, para recibir el hábito de la orden de San Juan de Jerusalén.

       Regresando a España y entrando en la compañía de guardiamarinas del departamento de Cádiz en el año de 1729, pronto asombro con su talento a sus profesores y compañeros, sobre todo en el estudio de la astronomía, cosmografía y navegación, tanto como de las ciencias matemáticas relacionadas con la marina. Sus compañeros le llamaban Euclides, por su gran afición a estas ciencias.

Realizó sus primer embarco y fue trasladado de una escuadra a otra; realizó varias campañas de corso contra los moros y berberiscos, pasando después a Nápoles, en el año de 1731 en la escuadra que condujo al infante don Carlos, sucesor en aquel trono y luego por fallecimiento de su hermano Fernando VI, regreso con rey de España con el nombre de Carlos III.

Asistió a la expedición contra Orán en el año de 1732, cuya flota estaba al mando del general don Francisco Cornejo, de las fuerzas de mar, siendo el duque de Montemar el que estaba al mando del ejército de desembarco, en esta ocasión iba de brigadier de guardiamarinas en el navío  Castilla, cuyo mando ostentaba don Juan José Navarro, hallándose entre las fuerzas de desembarco que estaban al mando del marqués de Santa Cruz de Marcenado.

Estuvo también presente, en la escuadra al mando de don Blas de Lezo, en los cruceros que esta realizó para evitar la llegada de refuerzos turcos, que habían sido pedidos por los de Orán, con la intención de recuperar la plaza.

Con este general, se batió, en el asalto que dio Blas de Lezo a la ensenada de Mostagán; cuando regresaban de esta acción a la península tuvo que ser desembarcado en Málaga, por la corrupción de los alimentos, que fue la que provocó una gran cantidad de bajas en esta expedición.

En el año de 1734, cuando aún no contaba con veintiún años y siendo guardiamarina, fue elegido junto a Antonio de Ulloa, para formar parte de una comisión científica que, enviada por el rey de Francia Luis XV, había de ocuparse de la medición del meridiano en las cercanías del ecuador y de rectificar la verdadera forma del planeta Tierra.

Para que fueran presentados con una cierta graduación militar, ante los sabios franceses que formaban la comisión de ese país, se les ascendió a tenientes de navío, dándoseles la paga correspondiente, los dos dieron un salto de cuatro grados con tal fin.

Saliendo de Cádiz el día veintiocho de mayo del año de 1734, la expediciónla formaban el navío Conquistador y la fragata  Incendio, que llevaba al nuevo virrey del Perú, en cuyo distrito debían realizarse las operaciones científicas proyectadas, llegando a Cartagena de Indias donde desembarcaron.

Durante once años nada más ni nada menos estuvieron en América, pero no sólo se dedicaron a los trabajos científicos que eran la razón de su viaje, sino que el virrey le pidió que revisara las defensas, para ponerlas en a punto de ello, pues estaban un poco abandonadas, realizando esta labor en muchas de ellas, pues el británico almirante Anson, por aquellas fechas se estaba empleando a fondo en atacarlas. Llevando a cabo también  la organización de la tropa de milicias y su reglamento.

Desde el año de 1742, estuvo de guardacostas al mando de la fragata  Nuestra Señora de Belém, por las costas de Chile y la isla de Juan Fernández.

Regresando a España en el año de 1745, de viajero en la fragata mercante Lis.

Mientras tanto Antonio de Ulloa, se volvía a España, aprovechando un viaje de la fragata francesa de guerra Délivrance, que tuvo un encuentro con los británicos, en que cayó prisionero, con lo que por este golpe de fortuna británico, se estuvo a punto de perder la Crónica y la Memoria que traía Ulloa, que era a su vez la parte más importante de ella.

Una vez en España, Jorge Juan viajó a París, donde dio conferencias de sus experiencias, en la expedición a América.

Fue ascendido a capitán de navío y enviado al Reino Unido, por encargo directo de don Zenón de Somodevilla, realizando el viaje en el mes de noviembre del año de 1748, junto con él iban los brigadieres de guardiamarinas don José Solano y don Pedro de Mora, estuvieron dieciocho meses, en los que recibieron toda clase de muestras de aprecio, por su demostrada erudición y talento, aprovechando esta circunstancia para mejor informarse, del método de construcción naval empleado por los británicos.

Al regresar a España, corrigió los defectos a su entender de la construcción isleña, saliéndole uno mucho mejor que el copiado, tanto mejoró el sistema, que a su vez fue copiado, por los copiados.

Por orden real se le puso al frente de la construcción en los arsenales de El Ferrol y Cartagena, sus diques, las bombas de fuego, las gradas para construir navíos y botarlos al agua sin lesión, el método de construirlos, al igual que todas las demás clases de buques, siendo de éste el brigadier Sebastián Feringán un notable ingeniero.

Levantó muchos planos de los puertos España, para mejorarlos, pero por desgracia, también muchos de ellos se quedaron en algún cajón.

En el año de 1750, por disposición Real se le ordeno pasase al arsenal de Cartagena, para que en combinación con el ingeniero de éste arsenal don Sebastián Feringán, se realizara la construcción de un dique, obra que quedó terminada en dos años.

Así mismo en El Ferrol  (Esteiro), las obras de las gradas se habían comenzado en el año de 1749, terminándose en el de 1751.

Llegó a tanta la fama de Jorge Juan, que recibió consultas para multitud de obras, incluso civiles, siendo las hidráulicas de las que más, los útiles mejores en las minas de Almadén con provecho de la salud de los trabajadores y un considerable aumento del Erario, beneficio de minas, liga y afinamiento
de monedas, dirección de canales y riegos, ya sobre materias científicas y de su profesión.

Llegando al extremo que el almirante británico Howe, paso a Cádiz en una fragata, en el mes de abril del año de 1753, sólo por conocerle y tratarle: <<bajando muchas veces a visitarle en tierra, y obsequiándole a bordo con un espléndido banquete y con maniobras y otras finas confianzas y condescendencias facultativas>>.

Fue tanta su fama que en toda Europa era conocido por <<El sabio español>>.

En el año de 1754 se le encomendó la compañía de guardiamarinas, mejorando sus estudios, escribió para los alumnos el  <<Compendio de Navegación>>, en la que se relaciona como resumen claro y elegante de cuánto había adelantado la navegación hasta aquella época, siendo esta obra de obligado aprendizaje, manteniéndose durante muchos años como ejemplo de libro de texto, pero además se preocupo de dotar mejor a la escuela, con mejores maestros y los medios más apropiados.

Como sabio en las ciencias, consiguió se le autorizase a construir el Observatorio, para mejorar la aplicación de estas en los estudios de los guardiamarinas y mejorar las mediciones.

Más tarde éste Observatorio fue trasladado a la Isla de León hoy San Fernando.

Con el afán de seguir la investigación, aprender y enseñar, fundó en el año de 1755, en Cádiz, en su propia casa, una reunión de personas afines, donde todos los jueves se reunían para dialogar sobre astronomía, historia, navegación, geografía, física, higiene y cuestiones militares, que se le tituló <<Asamblea Amistosa Literaria>>.

En una de aquellas reuniones, leyó Jorge Juan una memoria, que sirvió de fundamento para realizar la obra más célebre <<Examen Marítimo>>, que posteriormente tanta fama le dio y le siguió a su posteridad; en esta asamblea llegó a leer diez <<opúsculos técnicos>>.

En el año de 1766, hallándose otra vez en Cádiz, después de una larga alternativa en comisiones y viajes, se le mandó volver a Madrid, para fijar allí su residencia; pero cuando ya estaba dispuesto a realizar el viaje, recibió una nueva orden, se le había nombrado embajador de España ante el Sultán de Maruecos, saliendo el día quince de febrero de 1767, cruzándose en su viaje con Sidi Amet el Gazel, que venía de embajador a España.

Su misión fue de seis meses y medio, llevó al Sultán ricos presentes por real orden, entre ellos a doscientos ochenta y cinco esclavos moros y turcos, lo que facilitó el entendimiento, resolviendo gran cantidad de asuntos complejos, pero con tanta satisfacción, que justificó la confianza depositada por el Gobierno.

Terminada su misión, regreso a Madrid en el mismo año, continuando con su tarea de científico, y por orden Real se ocupaba de revisar y asesorar, a todas las secretarías del despacho y por el Supremo Consejo de Castilla.

El Rey le nombró director del Real Seminario de Nobles, tomando posesión del cargo el día veinticuatro de mayo.

Muchas naciones le contaron como miembro de sus sociedades científicas, siendo académico de las Reales Sociedades de Londres y  Academias de las Ciencias de París y Berlín; y consiliario de la Española de San Fernando.

Siendo conocido en su época como <<El sabio español>>.

Falleció de un ataque epiléptico a los sesenta años de edad, siendo el óbito el día veintiuno de julio del año de 1773.

Sus cenizas reposaron algún tiempo en una de las bóvedas de la parroquia de San Martín, en la Corte, y en la misma fueron trasladados después a la capilla de Nuestra Señora de Valvanera, que destruyeron los franceses en su invasión en 1808.

El Gobierno intruso pensó en erigir un Panteón, donde reposasen todos los restos de los españoles célebres, se decidió que fuera en la iglesia de San Isidro el Real, determinándose que lo estrenasen los esclarecidos restos del sabio don Jorge Juan y al efecto, fueron trasladados desde su antiguo mausoleo a la Casa municipal, depositándose en uno de los subterráneos, en espera de inaugurarse dicho Panteón.

La lápida sepulcral fue al ex convento de la Trinidad Calzada, en la calle de Atocha, y es la misma que hoy existe en el Panteón de Marinos Ilustres, en el frente de la capilla del Este.

Es de piedra amarillenta, con el busto de don Jorge Juan y una inscripción en latín que dice así: [Por ser una lengua muerta, esta traducido al español, por lo que aquí la pongo en nuestro idioma]

  • << El Excmo. Sr. D. Jorge Juan y Santacilia, natural de Novelda, en el reino de Valencia, Caballero de la Orden de Malta, Jefe de la Armada, Capitán de los Guardiamarinas y Director de su Escuela, Rector del Seminario Real de Nobles de Madrid, que después de haber dominado el mar con barcos de nuevo
    tipo y construcción, explorando el África como Embajador en Marruecos, recorriendo la América para levantar el plano de la Tierra y Europa para llevar a cabo investigaciones literarias, con las que ilustró sus Academias, como la Española de San Fernando, la francesa, la inglesa y la prusiana, entregó al Señor la vida que de El habia recibido, y que ennobleció con su piedad y buenas costumbres, a los sesenta años de edad, en Madrid, el 21 de junio del año del Señor 1773.

    Sus desconsolados hermanos Bernardo y Margarita cuidaron de que fuese colocado y levantado un monumento, con el consentimiento del Ilmo. D. D. Juan Zapata, Marqués de San Miguel de Gros, patrono de la capilla>>.

En el año de 1913, en su localidad natal, Novelda en la provincia de Alicante, para celebrar el centenario de este sabio español, se le erigió un monumento, para su recuerdo eterno.

Quedando en el recuerdo como de ser uno de los hombres más sabios de su época, aunando ciencia y capacidad, extremada modestia y un carácter honrado y bondadoso a la vez que independiente y recto.

Dejando escritas las obras siguientes: <<Disertación histórica y geográfica sobre el meridiano de demarcación entre los dominios de España y Portugal y los parajes por donde pasa en la América Meridional, conforme á los tratados y derechos de cada Estado, y las más seguras y modernas observaciones>>, en colaboración con Antonio de Ulloa, en Madrid, 1749;  <<Noticias Secretas de América sobre el estado moral, militar y político de los reinos del Perú y provincias de Quito, costas de Nueva Granada y Chile: gobierno y régimen particular de los pueblos indios; cual opresión y extensiones de sus corregidores y curas; abusos escandalosos introducidos entre estos habitantes por los misioneros; causas de su origen y motivos de su continuación por el espacio de tres siglos>>, en colaboración con Antonio de Ulloa, en Londres en 1826; <<Compendio de navegación para el uso de los caballeros guardia marinas>>, en Cádiz, en 1757;  <<Examen marítimo teórico práctico, ó tratado de mecánica aplicado á la construcción, conocimiento y manejo de los navíos y demás embarcaciones>>. en Madrid, en 1771; <<Estado de la astronomía en Europa y juicio de los fundamentos sobre que se erigieron los sistemas del mundo para que sirva de guía al método en que debe recibirlos la nación sin riesgo de su opinión y de su religiosidad>>, impreso al principio de las <<Observaciones astronómicas>>, edición de 1773; <<Reflexiones sobre la fábrica y uso del Cuarto-de-circulo>>. impreso en 1809 por la Dirección de Hidrografía, Memoria 4ª;  <<Método de levantar y dirigir el mapa ó plano general de España>>, impreso en 1809 en las Memorias del Depósito Hidrográfico; <<Carta de don Jorge Juan á don Sebastián Canterzani sobre las observaciones del paso de Venus por el disco del Sol>>, publicada en la 1ª Memoria del Depósito Hidrgráfico;  <<Parecer de don Jorge Juan sobre el relox ó cronómetro inventado por Juan Harrison>>; y un número muy grande de opúsculos é informes sobre diversas materias.

Bibliografía.

Cervera y Jácome, Juan. El Panteón de Marinos Ilustres. Ministerio de Marina. Madrid, 1926.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa-Calpe. 1926. Tomo 28 segunda parte, páginas 3.028 y 3029.

 

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