Todo a Babor. Revista divulgativa de Historia Naval
» Artículos

Biografía de don Baltasar Hidalgo de Cisneros.

(Por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez y aportada por Antonio Luis Martinez Guanter).

Baltasar Hidalgo de Cisneros, nació en Cartagena.

Sentó plaza de guardiamarina en tres de marzo de 1770. Su primer embarco fue en 1772 en el navío “San Rafael” y las primeras navegaciones cruzando por las inmediaciones de los cabos de Santa María y San Vicente.

Hizo un viaje al Perú en la fragata “Industria” y al regreso fue ascendido a alférez de fragata, en fecha veintidós de diciembre de 1773, participando en las operaciones de socorro a la plaza de Melilla y en la expedición a Argel.

Ascendió a alférez de navío en dieciséis de marzo de 1776 y estuvo embarcado en los navíos “Vencedor” y “Peruano” de la escuadra que mandaba don Miguel Gastón.

De teniente de fragata, embarcó en el navío “Vencedor”, hizo la primera campaña del canal de la mancha, en la escuadra de don Luis de Córdova.

El veintiocho de enero de 1780 tomó el mando de la balandra “Flecha” de catorce cañones. Fue jefe de una pequeña división compuesta por el bergantín “Ardilla” y las balandra “Flecha” y “Activa”, cruzando por el Cantábrico y apresando el bergantín corsario británico “Rodney” del porte de catorce cañones.

Como premio a sus servicios ascendió a teniente de navío en veintisiete de mayo de 1780.

Cuando escoltaba un convoy que se dirigía de los puertos de Vizcaya a El Ferrol, fue atacado por la fragata británica “Cerbero” del porte de cuarenta cañones. Con sus buques sostuvo combate con ella durante tres cuartos de hora, consiguiendo salvar el convoy y al propio tiempo sacar indemnes a sus buques de escolta.

Poco tiempo después apresó, con sólo la “Flecha” a otra balandra británica corsaria, la “Nimbre” del porte de ocho cañones y veintidós pedreros.

El quince de noviembre de 1781 tomó el mando de la balandra “Resolución” y se destacó con pliegos para el conde de Guiche, que estaba estacionado en la isla Madera al mando de una escuadra combinada.

Posteriormente tomó parte asimismo en las expediciones contra Argel, de los años 1783 y 1784. En la primera mandaba el jabeque “Mallorquín” de treinta y cuatro cañones. En la segunda, ya ascendido a capitán de fragata en veinte de octubre de 1783, mandó treinta y cuatro lanchas cañoneras y seis de abordaje.

En diez de marzo de 1785 tomó el mando de la fragata “Loreto” de cuarenta y dos cañones y en trece de marzo de 1787 embarcó como segundo comandante de la fragata “Santa Florentina”, de la escuadra de evoluciones de Lángara. El veintiuno de febrero transbordó al navío “San Ildefonso”, también como segundo comandante y en él realizó otra campaña de evoluciones.

En dieciséis de abril de 1790 fue nombrado comandante de la fragata “Santa Florentina”, realizando con ella diferentes comisiones por el Atlántico y Mediterráneo, ascendiendo por los méritos anteriores a capitán de navío el uno de marzo de 1791. En abril de este mismo año se le confirió el mando de una división, compuesta por tres fragatas, “Diana”, “Soledad” y “Perla”, incorporándose, después de algún tiempo de operar con independencia, a la escuadra del general Borja.

El cuatro de junio de 1792 se le dio el mando de una división compuesta por las fragatas, “Diana” y “Santa Florentina”, los jabeques “Mariano”, “Gamo”, “Leandro” y “Felipe”, los bergantines “Cazador”, “Galgo” y “Vivo” y tres galeras. Con estas fuerzas bloqueó varios puertos de Francia hasta finales de julio de 1792 en que se incorporó, con las fuerzas de su mando, a la escuadra de Lángara que llegó a aquellas costas.

Tomó el mando del navío “Terrible”, el quince de octubre de 1794 y con él operó en la evacuación de Rosas; después unido a la escuadra de Lángara cruzó ante las costas africanas, desarmando por último en Cartagena.

Ascendió a brigadier, el cinco de septiembre de 1795, se le dio el mando del navío “San Pablo”, de la escuadra de Lángara. Pasó el buque a Cádiz incorporado a la de don José de Córdova.

Asistió con ella al combate del Cabo de San Vicente y en él dio pruebas, al igual que Valdés, de singular arrojo.

Pasó a mandar el navío “Santa Ana”, que arbolaba la insignia del general Domingo de Grandallana, de la escuadra de Mazarredo. Con éste buque formó parte de la división, que por dos veces salió de Cádiz para rechazar a los británicos.

Con ocasión de salir la escuadra, para reunirse con la francesa del almirante Bruix, tuvo la desgracia de varar en el bajo de las Puercas. Salió libre de todo cargo del consejo de guerra en el que fue examinada su actuación.

Ascendió a jefe de escuadra el cinco de octubre de 1802 y fue destinado a Madrid.

En quince de enero de 1805 a petición propia pasó a la escuadra que se alistaba en El Ferrol, arbolando su insignia en el “Neptuno”. El doce de agosto salió con la escuadra combinada y al llegar a Cádiz trasbordó su insignia, al navío de cuatro puentes “Santísima Trinidad”.

Después de la batalla de Trafalgar, los británicos extremaron las deferencias con el general en Gibraltar, poniéndole incluso guardia de honor a la puerta de su alojamiento. Pronto fue conocido públicamente su proceder en la acción y fue promovido a teniente general el siete de septiembre de 1805, pasando a Cartagena a curarse de su herida.

Al sobrevenir el dos de Mayo de 1808, fue nombrado capitán general de Cartagena y vicepresidente de la Junta que allí se estableció, cargo que fue confirmado por la Junta Suprema.

Manifestó gran actividad armando buques y remitiendo armas, municiones y pertrechos a todo el Levante, hasta que el once de febrero de 1809 fue nombrado virrey de Buenos Aires.

Su gestión en aquel virreinato fue harto difícil, ya que corrían vientos de emancipación en medio de un cúmulo de revueltas.

En 1810, por la violencia, fue embarcado en una balandra mercante a cuyo capitán no pudo convencer para que le llevase a Montevideo, haciéndolo a las Canarias, donde desembarcó el cuatro de septiembre. Quedó en esas islas para restablecer su quebrantada salud y pasó después a Cádiz, donde pidió que se le residenciase y se juzgase su conducta.

Pero el gobierno, satisfecho con ella, le expresó su aprobación por medio del Ministerio de la Guerra, nombrándole vocal de la Junta de Dirección, el uno de enero de 1813, comandante general del Departamento de Cádiz y después, ascendiéndole a capitán general del mismo.

Fue nombrado ministro de Marina el catorce de septiembre de 1818 y en veintidós de diciembre director general de la Armada, con orden que desempeñase en comisión la capitanía general de Cádiz y se encargase de los preparativos de la expedición que preparaba el conde de La Bisbal.

Al triunfar los constitucionales fue apresado y llevado al arsenal de la Carraca, permaneciendo en esa situación hasta que el Rey juró la Constitución de 1812.

Prescindiendo de opiniones políticas, el gobierno reconoció sus méritos y le concedió los honores del consejo de Estado y su cuartel en el departamento de Cartagena, de donde fue nombrado capitán general en seis de noviembre de 1823.

Falleciendo el nueve de junio de 1829.

Baltasar Hidalgo de Cisneros

Pintura del Museo Naval de Madrid.

 

© TODO A BABOR. HISTORIA NAVAL