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Un Navarro de otra galaxia pone a España en semifinales

La maravillosa exhibición del escolta, con 17 puntos en el tercer cuarto, derrite a Eslovenia tras un mal inicio de la selección (86-64), que se medirá a la sorprendente Macedonia

JUAN MORENILLA Kaunas 14 SEP 2011 - 18:51 CET

España no debe tener miedo mientras tenga a Juan Carlos Navarro. En un abrir y cerrar de ojos, el escolta derribó esta tarde toda la resistencia de Eslovenia como un soplido acaba con un castillo de naipes. Navarro dio un recital en el tercer cuarto para llevar a la selección a las semifinales del Europeo (86-64), la séptima ocasión consecutiva en que alcanza esta ronda. Se medirá a la sorprendente Macedonia que ha derrotado a la anfitriona Lituania (67-65). Navarro dijo cuándo y cómo, y cerró de un portazo un partido que comenzó con muy mala pinta para España. Maljkovic consiguió que sus peones dictaran el ritmo del partido en el primer tramo y a España le costó mucho entrar en combustión, con demasiadas pérdidas y fallona de cara al aro. Fue hasta que Navarro dijo basta.

ESPAÑA, 86 - ESLOVENIA, 64

España (16+19+36+15): Calderón (9), Navarro (26), Rudy (8), Pau Gasol (19) y Marc Gasol (7) -equipo inicial-, Reyes (3), Ricky, San Emeterio (2), Llull (3), Claver, Sada e Ibaka (9).

Eslovenia (23+8+14+19): Lakovic (3), Muric (4), Z. Dragic (2), Begic (10) y Lorbek (7) -equipo inicial-, Slokar (4), Ozbolt (6), Rupnik (2), Smodis (6), Udrih, G. Dragic (14) y Jagodnik (6).

Árbitros: Christos Christodoulou (GRE), Ilija Belosevic (SRB) y Olegs Latisevs (LET). Sin eliminados.

Pabellón: Kauno Arena de Kaunas ante unos 5.000 espectadores.

La selección se pasó todo el primer cuarto con la lengua fuera. En ataque se acumulaban las imprecisiones, y la defensa hacía aguas por dentro y por fuera. Lorbek y Begic se manejaron muy bien contra las hermanos Gasol, y Lakovic agitaba a la línea de tiradores. La ofensiva española quedaba apenas en manos de Navarro. El capitán asumió los galones para penetrar y para anotar en un momento en que a España le pesaban las piernas y tenía las manos agarrotadas, instantes de indecisión y parálisis, como si el viejo Maljkovic hubiera encontrado la fórmula para desconectar el arsenal español. Ya se sabe que el entrenador serbio siempre esconde una carta bajo la manga, por mucho que casi anunciara la rendición de sus chicos antes de tiempo.

España fue cogiendo color poco a poco. Había concedido demasiadas canastas fáciles a Eslovenia (16-23 al final del primer cuarto) y era hora de apretar en defensa puesto que el ataque andaba nublado, sobre todo en los malditos triples (cinco intentos, cero aciertos). Así que el conjunto de Scariolo bajó al barro, se arremangó y desde su trabajo defensivo comenzó a reconstruir el encuentro. Los espacios desaparecieron para Eslovenia paulatinamente. Los muchachos de Maljkovic se estancaron. En los seis primeros minutos del segundo cuarto solo subieron dos puntos a su cuenta y sus jugadores comenzaron a cargarse de faltas, como Slokar y Begic. España dio entonces una lección magistral de cómo defender y cómo correr. Era otra selección. Eslovenia se quedó en ocho puntos en el segundo cuarto. La selección tomó su primera ventaja casi en el descanso (29-28) y, poco después, Navarro sumó su primer triple, el primero español tras la sequía.

Fue el anticipo del huracán español. El tercer cuarto fue una explosión de talento ofensivo por parte de la selección: 36 puntos en 10 minutos, 17 de ellos de un Navarro sideral, que metió canastas de todos los colores -tres triples- y que acabó desquiciando al conjunto esloveno. Entre algún arreón de Pau y la exhibición de Navarro se merendaron en un plis plas a Eslovenia. Es sorprendente la capacidad de España para protagonizar una metamorfosis tan espectacular. En cuando cerró la defensa y metió el turbo en sus transiciones, no hubo nadie que la parara. Y lo de Navarro fue de cum laude. Cuando calentó la muñeca, se acabó lo que se daba. La tensión solo apareció con una falta de Dragic a Calderón. El esloveno pisó al base cuando este tiró un triple y el español sufrió un esguince de tobillo aparentemente sin demasiada gravedad, pero que le impidió volver ya a la pista y le mantendrá en observación hasta el choque de semifinales.

La distancia se fue a la Luna (71-45). Ya no había rival delante. Tiempo incluso para que Ricky, Llull, Ibaka (que al final se lució en su mejor arte, con tres tapones) y Felipe Reyes hicieran méritos. Navarro descansaba en el último cuarto en el banquillo. No jugó ni un segundo. Bastó con unos minutos de su mejor baloncesto para noquear a Eslovenia y avanzar hasta las semifinales. El billete para el preolímpico está asegurado. Una victoria en el próximo encuentro, el viernes, asegura el pase directo.

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Navarro, durante el partido ante Eslovenia. / GEORGI LICOVSKI (EFE)

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