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Sábado 01 de septiembre de 2012 | Publicado en edición impresa

Consumo responsable

Las empresas ofrecen productos solidarios

A la hora de comprar se pueden elegir artículos que tienen un fin social, ya que parte de las ganancias de las ventas es donada a ONG

Por Candelaria Cerutti  | LA NACION

 
 

Con objeto de apoyar a ONG, cada vez más empresas se están comprometiendo a donar parte de las ganancias provenientes de algunos de sus productos. Esto le da a los consumidores la posibilidad de cambiar sus hábitos de consumo.

Hoy, por ejemplo, uno puede comprar una botella de agua Villavicencio con tapa verde y de esa forma salvar un metro cuadrado de bosque en Chaco. "La empresa Villavicencio nos presentó el proyecto y la gente respondió muy bien. Gracias a eso hemos salvado 22 millones de metros cuadrados de bosque, que en términos monetarios esto implica cerca de un millón cien mil pesos", dijo Emiliano Ezcurra, director de Bancos de Bosques, una fundación que canaliza el aporte de pequeños, medianos y grandes donantes para un mismo objetivo: salvar bosques nativos en riesgo.

En junio de este año Villavicencio lanzó una campaña con el nombre de Dejá tu huella, una reserva por más reservas, donde se unió al Banco de Bosques para impulsar la creación del Parque Nacional La Fidelidad en Chaco.

Pero no sólo tomando agua uno puede ayudar y contribuir con una casa mayor. Existe también otra manera muy saludable de hacerlo: comprando barritas de cereal.

Este año, la empresa de barritas de cereales Charinut lanzó una compañía para fomentar el consumo solidario y consciente. Con la compra de cada barrita un porcentaje va destinado a cubrir los costos de los desayunos de niños y niñas con menos recursos. "Con la comercialización de cada producto vendido a un mayorista donamos $ 0,20 a una ONG. Uniendo Caminos, Caminando Juntos, Un Techo para mi País y Aldeas S.O.S. son algunas de las que reciben nuestra ayuda", contó Christel Sasse de Charinut, empresa argentina que vía la comercialización de alimentos funcionales intenta mejorar la realidad de las personas más vulnerables.

"Gracias a que la gente compra barritas recibimos, en promedio, $ 3000 por mes y eso lo destinamos a cubrir parte de los desayunos para los niños que viven en las Aldeas Infantiles de Oberá, Córdoba, Mar del Plata y Luján. Son cerca de 400 niños y niñas", cuenta Rodrigo Podestá, de Aldeas S.O.S., una organización que promueve una infancia feliz a través de programas de Fortalecimiento y Acogimiento Familiar.

Cambio de hábito

De esta manera, con sólo hacer el esfuerzo de estar informados sobre cuáles son los productos solidarios y preferirlos, cada vez son más las personas que al elegir de manera responsable están también haciendo un aporte social.

Fue justamente con este mismo objetivo de contribuir con otros que el Banco Hipotecario junto con Un Techo Para mi País lanzaron una tarjeta de crédito llamada Techo.

"Este año se nos ocurrió pensar en una estrategia para que la ONG lograra más sustentabilidad económica. Entonces se nos ocurrió lanzar una tarjeta Visa del banco que es única. Cada cliente, cuando hace una compra realiza un aporte para la ONG", contó Paula Solsona, líder de Asuntos Sociales del Banco Hipotecario.

El funcionamiento de la tarjeta de crédito es igual que cualquier otra de cualquier banco. Uno la puede usar para cualquier compra y en la cantidad de cuotas que quiera. Al igual que toda tarjeta tiene un costo de mantenimiento, con la excepción de que se envía un resumen electrónico de la misma a los clientes a fin de cuidar el medio ambiente, evitando la impresión de papel, y de esta manera ese costo de envío del resumen es de $ 15,90 (en lugar de los $ 23,90 de otras tarjetas del Banco Hipotecario). Además se bonifica el costo de renovación si el cliente hace una donación mensual a Techo por un mínimo de $ 30 o si adhiere tres servicios a la tarjeta. También es importante remarcar que por cada nuevo cliente, el banco realiza un aporte a Techo de 100 pesos.

Así, cuando uno abona con esta nueva tarjeta, vigente desde junio de este año, esta donando el 1% mensual de todos los consumos a la ONG Un Techo Para mi País.

La tarjeta está puntualmente dirigida al público joven. Por eso el banco le da facilidad para que ellos tengan fácil acceso. Por ejemplo, si sos estudiante, con comprobar que tenés cinco materias aprobadas y demostrar que pagás una cuota, en el caso de una universidad privada o que tenés una obra social, en el caso de estudiar en una institución pública, te dan la tarjeta. "Creemos que la juventud hacia Techo tiene una reacción interesante, y también creemos que el cambio a la hora de consumir de una manera socialmente más responsable está tocando muy de cerca este sector", contó Solsona.

"Tenemos muchas personas que nos siguen porque es un buen producto y hay muchos que nos compran por el aporte solidario. La realidad es que cada vez más las personas se están preocupando por la calidad de lo que consumen . Si, además de comer algo sano y nutritivo, pueden hacer que alguien reciba una ayuda eso los motiva más a la hora de elegir qué comprar", dijo Sasse.

En esta línea Ezcurra también contó que "si bien no hay estadísticas que nos digan qué porcentaje de personas compra un determinado producto por ser uno que tiene un fin de beneficencia por detrás, lo que sí noto y de manera creciente es un incremento importante en los indicadores de decisiones de compra de consumidor en relación con el origen del producto. Ahora mucha más gente quiere saber con qué se fabrican los productos, qué impacto tienen, entre otras cosas. Es un tren que no tiene vuelta atrás y está sobreviviendo a las crisis económicas: no sólo en épocas de bonanza la gente consume con conciencia, sino que incluso en tiempos difíciles las personas ya no buscan no sólo precio y calidad".

De la misma manera, Podestá contó: "El movimiento de consumo responsable está creciendo mucho en el mundo, sobre todo en Europa y Estados Unidos donde hay más desarrollo de Fair Trade. Es positivo que la gente comience a preguntarse quiénes son los productores de las cosas que consume (cómo y dónde se hacen, si afectan al medio ambiente, si son saludables, conocer las condiciones laborales de las personas que fabrican ese producto, entre otras). Hay ejemplos muy interesantes como las barras de Aldeas o el pan dulce de Cooperativa La Juanita".

En una época donde el dinero hace girar al mundo parecería que empresas y consumidores demuestran que hay otras cosas que también valen la pena, para ganar otras mucho más valiosas: el contribuir con una causa mayor.

22 millones

De m2 de bosque nativo

Es el que se salvó gracias a las acciones de Banco de Bosques. Comprando las botellas de agua Villavicencio con tapa verde, también se colabora con esa causa.

1%

De los consumos por mes

De la tarjeta Techo del Banco Hipotecario son destinados a financiar la labor de Un Techo para mi País.

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