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Política

China reniega del Emperador

El Centro de Arte Iberia en Pekín se desmarca del empresario chino detenido

Exterior del Centro de Arte Contemporáneo Iberia, en Pekín. / J. R.

En abril de 2008, el supuesto cabecilla de la Operación Emperador, Gao Ping, inauguró a bombo y platillo el Centro de Arte Contemporáneo Iberia en Pekín. El empresario chino afincado en España desde hace más de 20 años parecía sentirse un nuevo Guggenheim entre las obras de arte distribuidas por un espacio de 4.000 metros cuadrados en un edificio de ladrillo rojo e interiores blancos, situado en el llamado distrito de arte 798.

El tamaño de la galería, fuera de lo común para lo que se estila en este conjunto de antiguas fábricas de electrónica militar construidas en torno a 1950 con el estilo Bauhaus, encajaba con los sueños de grandeza relacionados con el arte de este hombre originario de Qingtian, ciudad de la provincia costera de Zhejiang de la que proceden la mayoría de los inmigrantes chinos en España. El objetivo de Iberia no era comercial, sino "fomentar el desarrollo del arte contemporáneo en China y su intercambio con el resto del mundo".

La exposición inaugural, vasta y algo caótica, se denominó Encuentro de gustos, y en ella figuraron obras de renombrados artistas chinos, como Ai Weiwei y Zhao Bandi, y españoles, como Isabel Muñoz, Joan Bennássar y Ouka Lele.

Gao Ping quiso llamar Goya a la instalación pequinesa, pero no pudo. A pesar de ello, se sentía orgulloso del Centro Iberia, que se convirtió en uno de los mayores espacios privados dedicados al arte de la capital china y en el mascarón de proa de sus ambiciones de promotor artístico. El lugar sería "un puente" a través del cual cruzarían los artistas chinos hacia España y los españoles hacia China, según explicó Gao Ping a EL PAÍS. Además, según dijo, sentaría las bases para abrir galerías por todo el mundo, un museo de arte en Pekín y otro en su Qingtian natal, y para que la familia Gao pudiera emular algún día a familias de industriales y filántropos del arte como los Guggenheim y los Thyssen.

Durante estos cuatro años, creadores españoles han expuesto en las salas de techos altos del Centro Iberia, directores de documentales españoles han mostrado sus películas en su sala de proyección, y artistas chinos han viajado a España. En medio de todo, Gao Ping aparecía como la cabeza visible.

Hace unos días, Gao Ping fue encarcelado en España, acusado de liderar una red de crimen organizado que se sospecha que blanqueó cientos de millones de euros, y en el Centro Iberia se han desmarcado del filántropo que durante todos estos años impulsó los intercambios culturales a través de la Fundación Arte y Cultura que creó en España en 2007 con otros socios.

Según la página web de la fundación española, el Centro de Arte Contemporáneo Iberia fue fundado por Gao Ping. Pero Xia Jifeng, director del espacio artístico pequinés desde que fue inaugurado, en abril de 2008, dice que "hay un malentendido". "Gao Ping no tiene nada que ver legalmente con Iberia. Hemos cooperado con él para organizar exposiciones en su papel de presidente de la fundación que tiene en España, de la cual forma parte la galería Gao Magee en Madrid. Ha llevado a artistas chinos a España y ha traído españoles a China, pero nunca ha sido accionista ni inversor del Centro Iberia, y nunca ha habido transacciones comerciales entre Iberia y la fundación por venta de arte. Esto es diferente de Magee, que podía vender". Gao Ping se codeaba así con el arte, aunque, "en realidad, no entiende de arte", señalan otras fuentes cercanas a Iberia.

¿Representó Gao Ping lo que no era? "Para los chinos es muy importante ganar visibilidad, y Gao Ping hizo discursos en público que no se correspondían con la realidad. Quizás construyó una imagen pública de que el centro Iberia le pertenecía", dice Xia Jifeng, en referencia al prestigio que podía suponer para el empresario afincado en España poseer un centro artístico en Pekín. "Pero ni en el registro de la sociedad ni en la oficina de impuestos figura su nombre", insiste.

Xia asegura que el Centro Iberia tiene tres únicos socios desde el inicio de sus actividades: él mismo —que antes trabajaba como escritor de novelas y poemas para el Gobierno— y dos empresarios, a los que les gusta coleccionar arte. Afirma que la financiación del espacio viene únicamente de ellos, y que el Gobierno chino no aporta nada. El centro ha comprado obra de algunos artistas españoles, entre ellos, la fotógrafa Ouka Lele.

Antonio López expone

Xia Jifeng, director del Centro Iberia, ve con preocupación lo ocurrido en España de cara a la nueva etapa que quiere emprender el Centro Iberia y a la organización, en mayo del año próximo, de la exposición Hiperrealismo español: tradición y estatus, con artistas como Antonio López, Eduardo Naranjo, Isabel Quintanilla y Julio López Hernández, comisariada por Marisa Oropesa y Juan Carlos Moya.

“Personalmente, me parece que la gente en España no está contenta, dada la situación del empleo y la crisis en Europa, y el Gobierno quiere desviar la atención hacia otras cosas. Creo que este caso va a influir de forma negativa en las relaciones económicas y culturales entre España y China, pero espero que no afecte a nuestra exposición con Antonio López. Me he reunido dos veces con él en España: en 2011, en [la feria de arte] Arco, y este año. Es un pintor que gusta mucho en China y que se estudia en la universidad”, explica.

Preguntado si mantendrá el nombre Iberia y seguirá centrando su actividad, en gran parte, en España tras el escándalo en el que está envuelto Gao Ping, responde: “Sí, pero reorganizaremos la cooperación con España. Cuando comenzamos, la fundación de Gao Ping fue un buen canal para colaborar con España. Él tenía las relaciones allí. Pero ahora tenemos contactos directos. Por ejemplo, hemos colaborado tres años con PhotoEspaña”.

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