Educación
Ésa es la suma que estimó el gobierno porteño entre roturas y robos tras un relevamiento realizado en cinco escuelas
Un daño presupuestado en 120.885 pesos. Ése es el resultado que arrojó un relevamiento del Ministerio de Educación porteño en cinco escuelas que estuvieron tomadas y en el que se detallan los gastos aproximados en pesos entre roturas, daños y faltantes de dinero. Un costo de reparaciones de 113.885 pesos, y el resto, 6600 pesos de faltante de dinero en cajas registradoras dentro de los establecimientos educativos.
El relevamiento se dio a conocer ayer por las autoridades de la cartera porteña, dos días después de que los estudiantes secundarios de diversos colegios de la Capital decidieran levantar las tomas que duraron más de un mes en protesta por la reforma curricular que pretende aplicar el gobierno de la ciudad para el nivel educativo medio.
A las recorridas oficiales, que se realizaron una vez finalizadas las tomas, concurrieron las autoridades de los colegios, junto con un escribano y autoridades del área de legales del ministerio, con el fin de realizar el acta notarial. "Se constató en esa instancia que los daños sobrevinieron a partir de las tomas, ya que antes el estado era normal -señalaron desde la cartera porteña ante la consulta de LA NACION-. Los casos donde se constataron daños materiales o robo, además de hacerse la denuncia policial correspondiente, el ministerio va a solicitar ser parte querellante."
El informe detalla lo ocurrido en cinco de las escuelas porteñas tomadas: el Normal N° 8; el Normal N° 2 Mariano Acosta; el Colegio N° 3 Mariano Moreno; la Escuela Técnica N° 2 Osvaldo Magnasco y el Normal N° 6 Vicente López y Planes.
En la escuela en que se registraron los mayores daños según el gobierno porteño fue en la Osvaldo Magnasco, situada sobre la avenida Santa Fe al 3700, donde el presupuesto calculado alcanzó los 38.000 pesos más IVA. Para llegar a ese número contabilizaron 25 vidrios rotos, puertas de madera rotas, un cerramiento de Durlock también roto, cerraduras y picaportes arrancados, contramarcos y molduras desgarrados, estufas de tiro balanceado que quedaron inutilizadas y el comando de un ventilador de techo roto. Además, constataron la falta de una impresora, cuatro routers, un monitor de plasma de 33 pulgadas, 90 calculadoras guardadas en armarios cuyas puertas fueron forzadas, dos netbooks y lámparas de bajo consumo.
El conflicto surgió hace poco más de un mes cuando los jóvenes, disconformes con la reforma curricular que dispuso el Consejo Federal de Educación para unificar curriculas en todo el país, comenzaron a tomar colegios, entre normales, técnicos y artísticos, el 17 de septiembre pasado.
Tras la firma de un acta anteayer, el eje central del conflicto quedó en el pedido por parte de los alumnos de que el gobierno porteño les garantice que la reforma curricular en ocho especialidades de la rama técnica se aplique recién a partir del año 2014, luego de las jornadas de debate programadas para el año que viene.
Sin embargo, al levantarse las tomas -aún quedan entre trece y catorce tomadas que se levantarían el lunes- no cesaron las protestas, sino que cambiaron la modalidad: el corte de calles. Anteayer los estudiantes de doce establecimientos, acompañados por algunos padres, cortaron el tránsito en la zona del Obelisco. Una manifestación en la que deslizaron que, más allá del fin de la gran mayoría de las tomas, los reclamos siguen vigentes.
