La empresa negó la autoría de un parte que acusaba a Severo de "autoatentado"
Las denuncias contra la empresa Ferrobaires de Enrique Alfonso Severo, el testigo del juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra que estuvo un día desaparecido, provocaron ayer un extraño cruce de versiones.
El testigo, ex empleado de Ferrobaires, había denunciado a la empresa por un supuesto tiroteo contra su casa en octubre de 2010, un día después del crimen del militante del Partido Obrero.
Poco después de las 14, en un comunicado firmado por el Departamento de Prensa de Ferrobaires y fechado ayer en la ciudad de Buenos Aires , se acusaba a Severo de haber montado un "autoatentado" en su casa "junto a un grupo de amigos" para después acusar a la compañía.
Dos horas más tarde, la Agencia Provincial de Transporte, de la que depende Ferrobaires, emitió un parte de prensa, firmado por el director de Ceremonial del organismo, para aclarar que el primer comunicado era "apócrifo".
"El texto no fue elaborado por nosotros. Cuando se inició esta intervención, en febrero de 2011, Severo ya estaba suspendido. No tuvimos ningún contacto con él. Tampoco opinamos sobre la situación que vivió ayer [por anteayer]", explicó a LA NACION el vocero de Ferrobaires, Ignacio Castro Cranwell, en alusión a su desaparición.
El vocero no descartó que el comunicado falsamente atribuido a Ferrobaires tenga origen en "facciones enfrentadas que quieran usar el nombre de la empresa para pasarse mensajes".
Ante la Justicia, Severo había declarado que el gremialista José Pedraza, uno de los acusados por el crimen de Ferreyra, manejaba Ferrobaires y Ugofe, y que personal de ambas empresas había intervenido en el ataque que terminó con el asesinato del joven..