El Tesoro Público ha superado su primera subasta de un mes de octubre que se acontece complicado ante la acumulación de vencimientos que afronta el Estado, que debe devolver a sus acreedores 29.116 millones de euros, la cifra mensual más alta de todo el año. Para ello, además de contar con los excedentes acumulados en lo que va de año, contará con los 3.992 millones que ha colocado este jueves en bonos a dos, tres y cinco años. La cantidad de deuda emitida roza el objetivo máximo de la operación, fijados en 4.000 millones y se ha recuperado demanda con respecto a anteriores colocaciones.

En cuanto a los intereses, el instituto emisor ha tenido que elevar levemente el tipo medio por sus bonos con vencimiento en 2015 frente a la última operación con el mismo tipo de títulos realizada hace apenas un mes y en plena tregua del BCE. Así, ha colocado 1.287 millones a tres años con una rentabilidad del 4,028% cuando en septiembre le bastó con ofrecer un 3,91%. La demanda ha pasado de la ratio de 1,5 veces de hace un mes a 1,98 veces.

A dos y cinco años, un tipo de bonos que el Tesoro no había subastado desde el pasado julio, sí se ha producido un importante descenso de intereses ya que el entorno en el que se han realizado ambas operaciones ha cambiado mucho desde entonces. Frente a las fuertes presiones que sufría España y su deuda hace unos meses, el anuncio de una intervención del BCE en los mercados del pasado septiembre ha cambiado la tendencia y ha permitido una importante mejora en las condiciones de financiación del Estado.

En concreto, el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha colocado 1.284,7 millones en bonos con vencimiento en octubre de 2014 a un tipo del 3,391%, inferior al 5,302% de hace tres meses. A cinco años, ha vendido 710,42 millones a un interés máximo del 4,828%, inferior al 6,54% de la puja anterior.

Además, la mejora de la demanda va en la idea de que los inversores, especialmente los extranjeros, estarían recuperando algo de su apetito por el papel del Estado después de reducir en un 26% su exposición a la deuda pública española en los meses precedentes, hasta el 33,5% del total. Tras ello, la banca española se ha convertido en la primera inversora en los títulos del Tesoro.