J. L. REGUEIRA La agresión iraquí contra Kuwait "ha demostrado los límites para el desarme. Porque se trata de un conflicto global, no sólo regional, que afecta a la seguridad internacional y en especial a la europea". Quien así piensa es Vadim Zagladin, de 63 años, una de las personas del restringido círculo de consejeros especiales del presidente Mijaíl Gorbachov.
"Las armas nucleares son algo positivo. Sirven de factor de disuasión respecto a la guerra". Escuchar con claridad una afirmación similar de boca de un soviético, en este caso Lev Semeiko, del Instituto de Estudios de EE UU y Canadá de la Academia de Ciencias de la URSS, resulta algo inusual. En el encuentro informativo organizado en Moscú por el Comité Soviético de la Paz, Vadim Zagladin, jefe adjunto del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), afirmó que anteriormente la doctrina estratégica soviética contemplaba la idea de la posibilidad de ganar una guerra nuclear, pero que ahora rechaza esta posibididad.
El presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijail Gorbachov, parecen destinados a encontrarse de nuevo contra viento y marea, aunque todavía no haya fecha para ello. Esta es la impresión que deja una entrevista concedida a EL PAÍS por Vadim Zagladin, vicejefe del departamento de relaciones internacionales del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), que aclara que la próxima cumbre se celebrará con independencia de los progresos que se hagan en el campo del armamento, se llegue o no a un acuerdo sobre los cohetes de alcance medio y aunque EE UU no acepte la moratoria nuclear propuesta por la URSS. A Moscú, sin embargo, le gustaría que las cosas fueran de otro modo, porque convocar una cumbre para "hacer turismo" resulta "poco productivo".