Seis mansos, un valiente
Frascuelo, Garibay, Castaño. Imposible corrida, desde el primero hasta el último, a pesar del espejismo del último
Frascuelo, Garibay, Castaño. Imposible corrida, desde el primero hasta el último, a pesar del espejismo del último
Corrida aparatosa de Adolfo Martín pero de escaso contenido David Esteve sorprende y corta una oreja de mucho peso
Palha volvió por sus fueros -ahora con sangre de ibanes- y no solo no se cayó sino que salieron algunos de los toros más bravos y nobles de la feria. Rabosillo, cabeza pequeña, cara de Ibán, iba fijo al caballo, sin ostentaciones, empujaba sin perder terreno hasta derribarlo; lo llamó Gutier con arrogancia y el toro, presto, aceptó el envite. Buen principio. Tomó Sánchez Vara los palos, de poder a poder, y el toro atendía sin vacilar al diestro, también cuando salió desde el estribo. Y el matador comenzó a creer en su muleta cuando vio que, con casta brava, la seguía Rabosillo celoso, avioneando, repitiendo sin descanso. Apenas le daba el toque con la derecha y ya estaba a por ella, como un ciclón de bravura. Incansable también por la izquierda, descubrió a un torero fuera de cacho que no le hacía los justos honores que merecía. Había electrizado el Palha la piel de la afición, y cuando cayó hubo unos breves pañuelos. Pero la ovación se reservaba para el toro. Para el torero se dividió la opinión.
Joselito y Fernando Robleño actuarán tres tardes cada uno en el ciclo
Cada domingo, llévate un reloj con los colores de moda.