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El ‘librillo’ de Del Bosque sigue vigente

Nueve años después de que el Madrid no le renovara por considerar sus métodos obsoletos, el seleccionador hace historia

Del Bosque, en el avión de vuelta de Kiev con la copa. / j. c. cárdenas (efe)

“Este triunfo representa la modernidad del país”, aseguró Vicente del Bosque al poco de saberse campeón de Europa de selecciones. Nueve años después de su salida del Real Madrid, la afirmación contrasta por oposición palmaria con el argumento que esgrimió la junta directiva de Florentino Pérez para justificar su no renovación: “Del Bosque tiene un librillo tradicional y buscamos uno más tecnificado, desde la estrategia hasta la preparación física”. Casi una década después de aquella dolorosa salida —“que no siguiera puedo entenderlo, pero las formas...” —, y con el mismo libreto, que no es más que la aplicación de su sentido común al contenido y al contexto futbolístico que debe manejar, Del Bosque ha igualado el mito del legendario seleccionador alemán Helmut Schoen. En su palmarés lucen ya un Mundial y una Eurocopa y es el único entrenador que ha conquistado esas mismas cumbres como técnico de club: logró dos Copas de Europa (con dos dibujos tácticos distintos) y un Mundial de clubes con el Real Madrid. También es el seleccionador con mejor porcentaje de victorias de la historia: 51 triunfos en 61 partidos, un 83%.

Esta Eurocopa ha explicado muy bien a un hombre que, sin ser dogmático, cree en lo que hace, aunque nunca osará decir que sus creencias son superiores a las que son distintas de las suyas. Ha armado por segunda vez un equipo campeón sin su central de referencia y sin el máximo goleador de la historia de la selección. Nunca se resguardó bajo el paraguas de esas ausencias. Repensó el equipo y se aferró a las conclusiones de su analítica. Ha permanecido impermeable a las conclusiones que emanaban de los debates que han generado cada una de sus decisiones.

Enorme palmarés

Enorme palmarés

Vicente del Bosque es el único entrenador que ha logrado proclamarse campeón europeo y mundial tanto de clubes (con el Real Madrid) como de selecciones.

Es el seleccionador con el mejor porcentaje de victorias de la historia: 83%, con 51 triunfos en 61 partidos. Ha perdido seis partidos (dos oficiales y cuatro amistosos).

Como técnico del Madrid conquistó 2 Ligas (2001-03); 2 Copas de Europa (00-02); 1 Intercontinental; 1 Supercopa europea (02); y 1 Supercopa de España (01).

Fue 18 veces internacional entre 1975 y 1980 y como seleccionador ya ha conquistado 1 Mundial (2010) y 1 Eurocopa (2012).

A Del Bosque solo se le apreció un tono de voz apagado tras las críticas recibidas por los apuros finales padecidos en el choque contra Croacia. Ahí fue cuando decidió batallar dialécticamente con un crítico bocado de realidad ante la exigencia mal digerida que creyó apreciar en parte de la prensa, en parte de los aficionados y hasta en parte de sus jugadores: “Esa es la sensación que hay, de pesimismo, parece que todas las selecciones se abrazan cuando han pasado. Tenemos expectativas tan grandes que todo nos sabe a poco. Hemos pasado de pobres a ricos muy rápido, no sabemos valorar lo que tenemos”. Ese tono alicaído que también denotaba resquemor le duró hasta la victoria con Francia. Pese a no ser partidario de comprometerse oficialmente, había firmado su renovación hasta 2014 un día antes de iniciarse en el torneo. Con todo, dejó caer en su entorno que si su presencia en la selección generaba un ambiente irrespirable por o hacia su persona, no tendría problema alguno en abandonar el cargo pese al acuerdo recientemente rubricado. De haber caído en cuartos de final, como mínimo, se hubiera pensado su continuidad al frente de la selección.

Aunque no rodea su discurso de un envoltorio sofisticado, la experiencia le ha desarrollado a Del Bosque la puntualidad para lanzar mensajes que considera necesarios. En la defensa está el ejemplo. La baja de Puyol le obligó a reconstruir una línea de cuatro zagueros nueva que solo ha encajado un gol en el campeonato pese al escaso tiempo disponible para configurarla y ensamblarla. Ramos pasó de lateral a central para formar una pareja de nuevo cuño con Piqué. La dupla de laterales, como tal, Arbeloa y Jordi Alba, también era nueva. El único tanto encajado en toda la competición, en el primer partido ante Italia, apuntó directamente a la compenetración entre Ramos y Piqué. Al término del segundo encuentro, en el que la goleada a Irlanda podía invitarle a ensalzar el juego de los centrocampistas o a jalear la recuperación de la presión adelantada, Del Bosque puso el foco en el corazón del juego defensivo para apuntalarlo públicamente: “Lo mejor han sido los centrales. Han jugado con mucha concentración. En el juego aéreo han contrarrestado muy bien a los irlandeses, que son fuertes en esa faceta, y luego han sacado bien la pelota”.

Ha armado otra vez una selección campeona, pese a faltar dos referentes: Villa y Puyol

Su creencia en que España podía ganar esta Eurocopa sin un nueve de referencia la empezó a madurar seriamente con la lesión de Villa. No dudaba de que del juego que genera el equipo aparecieran ocasiones de gol, pero sí de que los delanteros disponibles, por estados de forma, o por una mezcla insuficiente con los centrocampistas, no concretaran esa producción. Con todo, Torres, que solo fue titular ante Irlanda, ha acabado con tres dianas como máximo goleador del torneo.

El ejercicio de fútbol-control que España realizó ante Francia le enorgulleció, pese al aburrimiento que manifestó la prensa internacional, parte de la local y de la hinchada española. Del Bosque temía los contragolpes de Francia, los mismos que en el Mundial de 2006 apearon a la selección en los octavos de final tras ponerse por delante en el marcador. Francia no se descubrió con el 1-0 y la consigna fue invitarla a salir a por la pelota. Como eso no sucedió, España ejecutó un rondo horizontal que desactivó a Ribéry y Benzema, las dos grandes amenazas galas. “Hemos sacado adelante un partido que en estas competiciones son muy tensos y hay que tener oficio para jugarlos y lo hemos tenido. Con un delantero nato puede ser que ganemos en profundidad, pero Cesc nos da continuidad en el juego. Queríamos tener el dominio del balón y hemos controlado el partido”, explicó tras el triunfo.

Esta Eurocopa explica muy bien a un técnico que cree en lo que hace sin ser dogmático

Los 90 minutos ante Portugal fueron los peores de todo el campeonato. Con todo España se metió en la final con una gran prórroga, pese a no marcar y tener que jugarse el pase a la final en los penaltis.

Comedido como suele ser, su despedida del chat que protagonizó en la web de este periódico fue, cuando menos, sorprendente y premonitoria de lo que sucedió el domingo en Kiev: “El fútbol español saldrá reforzado de la final”. Y su libreto, también.

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