Separadas por más de 500 kilómetros, el mar y el cine unen a las ciudades de San Sebastián y Sitges. El primer festival español, tras dar a conocer su palmarés el pasado fin de semana, pasa el testigo al Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, la segunda cita cinematográfica del otoño español y una de las más destacadas de su género a nivel mundial. Para este año, la 45 edición, se han programado 256 películas, muchas de ellas estrenos mundiales en las que predominan los fantasmas y el suspense por encima de la sangre y altas dosis de violencia, según ha explicado hoy el director del certamen Ángel Sala durante la presentación completa y los spots de publicidad.

Si el festival de Sitges tuviera que escoger a un rostro femenino aparte de Maria, el robot de la película Metrópolis utilizado por el certamen para uno de sus premios, escogería, sin duda, a Belén Rueda. La actriz ha protagonizado tres de los seis filmes que han inaugurado el festival en los últimos años. Tras El Orfanato, en 2007, los Ojos de Julia en 2010, Rueda vuelve con El cuerpo, el debut del director de Oriol Paulo, un thriller angustioso y oscuro, en el que también están José Coronado y Hugo Silva. Será el pistoletazo de salida a diez días de cine en el que se podrán ver otras 36 películas en competición, en el que no faltarán otros estrenos a nivel mundial. El cierre lo pondrá Rian Johnson, con su futurista Looper, protagonizada por Bruce Willis, “la mejor película del año”, según Sala.

Como ha ocurrido en años anteriores la presencia de cine catalán y español (doce títulos en total) sigue siendo una de las apuestas del festival. En la sección oficial se podrán ver, por primera vez, Insensibles, de Juan Carlos Medina, en la que un neurocirujano descubre su pasado de silencio y misterio, y la fábula fantástica El bosque, basada en un relato de Albert Sánchez Piñol, que ha adaptado a la gran pantalla su relato. Las dos están ambientadas en la Guerra Civil y protagonizadas por Àlex Brendemühl. También se verán Animals, de Maral Forés; o el thriller de acción Invasor, de Daniel Calparsoro, que significa la vuelta al cine de este director tras su incursión en la televisión. Juan Antonio Bayona, que conquistó con El Orfanato Sitges 2007, vuelve con Lo Imposible, sobre el tsunami de 2004, que junto al filme de Forés se pudieron ver en el festival de San Sebastián.

Entre las películas venidas de fuera Antiviral, ópera prima de Brandon Cronenberg, reciente ganador del premio a la mejor primer filme canadiense del Festival de Toronto, compite en la sección oficial con su padre, David, y su esperada nueva obra, Cosmopolis. Léos Carax presentará Holy Motors, un filme planteado como un juego de máscaras; el también francés Pascal Laugier hará lo propio con su cuento de horror The Tail Man, con Jessica Biel como protagonista; y Scott Derrickson propondrá en Sinister, con Ethan Hawke, una nueva visión del cine de presencias demoníacas.

Durante el festival se exhibirá la copia restaurada de E. T. de Steven Spielberg, que este año cumple 30 años y se estrenará Frankenweenie, último trabajo de Tim Burton, casi simultáneamente a la premier europea. “Queremos educar la mirada infantil y E. T. nos ayudará”, explicó Sala.

El cine asiático y latinoamericano tendrán un peso específico en todas las secciones del festival, con autores como Takashi Miike, Choi Dong-hoom o Tsutomu Hanabusa, mientras que está previsto la visita de figuras como Neil Jordan, director de Entrevista con el vampiro, que recibirá el Gran Premio Honorífico del Festival, o Elijah Wood, que acompañará la presentación de Maniac, de Franck Khalfoun, Jennifer Lynch promocionará su Chained, así como el veterano cineasta italiano Dario Argento, que estrenará Drácula 3D.

Otra lista facilitada ayer fue la de los premiados que recibirán diferentes galardones durante el festival: Barbara Steele, Don Coscarelli y William Lustig, Dee Wallace y Teresa Gimpera.

En cuanto a las cifras, Sala aseguró que el presupuesto ha descendido un 4% con respecto al año anterior, llegando a los 2,6 millones de euros, y detalló que el Ministerio de Cultura ha descendido 10.000 euros su aportación, pasado a ser de 90.000 euros.

Pese a la imagen catastrofista de la situación y del cartel anunciador de este año, en el que se ve un Sitges arrasado tras el fin del mundo, Sala aseguró que hay que ser optimista, o al menos, durante los diez días hay que "olvidarse de los problemas". Ya hay una gran cantidad de personas dispuestas a ello: se han vendido 27.000 entradas por anticipado, un 16% más que en 2011.

El día 12 de octubre Sitges, que se volcará con el festival engalanando calles y creando menús especiales en su restaurantes, vivirá una cita que se ha convertido en clásica: la Zombie walk, en la que por una tarde todo el que quiera puede sentirse un auténtico zombie o muerto viviente y pasear por la calle sin que nadie le mire.