Al menos cuatro meses pasó Sean H., de 28 años, huido de la policía irlandesa. Y quizá podría haberlo seguido más tiempo si no hubiese matado, presuntamente, la mañana del sábado a una mujer en el Eixample barcelonés. Sean H. no tenía domicilio conocido y mendigaba por la capital catalana, de cajero en cajero. En su país estaba buscado por el homicidio de su madre.

El sábado, pasadas las siete de la mañana y por motivos que por ahora no han quedado del todo aclarados, se enzarzó en una discusión con una mujer que, según apuntan las primeras investigaciones, dormía con él en un cajero de la calle de París, esquina con Aribau. La pelea, que se produjo en la vía pública, degeneró en una agresión a cuchilladas.

Varios testigos alertaron a Emergencias de que una mujer estaba gravemente herida en la calle. Aún con vida, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) trasladó a la víctima hasta el hospital Clínic. Pero se encontraba en estado crítico y acabó muriendo poco después.

Hasta el momento, no ha trascendido la identidad de la mujer, que en el momento de la pelea iba indocumentada, ni su edad ni nacionalidad. La policía, que sospecha que también se trata de una indigente, sigue investigando qué ocurrió. El mismo sábado ya descartó que ambos mantuviesen una relación de pareja y, por tanto, que se tratase de un caso de violencia machista. Durante las primeras horas tras el enfrentamiento, pesaba la sospecha de que fuese un robo violento en el corazón de la capital catalana, pero finalmente también se desechó esa idea.

El hombre fue detenido poco después de la pelea en la calle de Muntaner, a la altura del número 150. Cuando los agentes introdujeron sus datos en el sistema policial, descubrieron que no era la primera vez que Sean H. se veía envuelto en un asunto de violencia con fatales consecuencias.

La policía le buscaba en Irlanda por haber matado, presuntamente, a su madre. Y se encontraba huido desde al menos el 11 de junio, cuando se dictó la orden de detención. El hombre, sin embargo, antes de asentarse en Barcelona pasó por otros países europeos, según fuentes del caso.

Todavía es una incógnita si ambos, víctima y verdugo mantenían una relación estable de compañeros de cajero o si era ese el lugar donde habitualmente dormían ambos. El hombre pasó ayer a disposición judicial, con el homicidio en Barcelona, y el asesinato de su madre a sus espaldas.