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Elecciones en Venezuela

Lunes 01 de octubre de 2012 | Publicado en edición impresa

Venezuela

Capriles hizo una masiva muestra de fuerza en Caracas

El candidato opositor juntó más de un millón de personas en la capital, bastión chavista

Por Daniel Lozano  | Para LA NACION

 
 

CARACAS.- Si las elecciones se ganan rompiendo mitos, Henrique Capriles acabó ayer con uno de ellos. La emblemática avenida Bolívar, territorio del chavismo y símbolo de sus triunfos electorales, ya no sólo es roja. Más de un millón de personas, que se unieron a su Marcha de la Esperanza, la tiñeron ayer de multicolor.

Apenas una semana antes de las elecciones, el candidato de la oposición venezolana, después de 14 años de travesía en un desierto lleno de errores, conquistó Caracas, el lugar donde más le duele a Hugo Chávez.

Subido a la ola de fervor popular que recorre Venezuela, el ex gobernador de Miranda se atrevió incluso a cruzar la avenida desde la plaza Venezuela, más de tres kilómetros. Un abierto desafío al comandante, que siempre disfrutó de cruzar esta avenida ubicada en el corazón de la ciudad.

Después de atravesar la multitud, Capriles llegó a la tarima. Y desde allí, observando la gente que lo rodeaba y el horizonte multicolor, comprendió que está más cerca que nunca de cumplir su sueño. "Aquí nadie puede tener miedo, el único miedo es seguir estancados. ¡El 7-O [7 de octubre, día de las elecciones] tenemos que vencer al miedo!", clamó.

"¡Aquí lo único que importa es el pueblo de Venezuela!", prosiguió. "¿Cómo se va a decir al pueblo que no importa si le roban, que no importa que no haya luz? Vamos a construir una patria de todos, no la de un partido político", recitó, para atacar las últimas declaraciones de Chávez.

Los organizadores calculan que su apuesta por conquistar la calle superó el millón de participantes. "Y sin ómnibus", insistían sus líderes detrás del escenario, haciendo referencia a los cientos de ómnibus de empleados públicos de la ciudad y de seguidores de todo el país que acompañan a Chávez allá adonde va.

En 2006, el líder bolivariano también llenó la Bolívar, pero la marcha roja no se estiró hasta la Plaza de Venezuela. Ayer mucha gente se quedó sin poder acceder a la avenida.

En su discurso, Capriles buscó y encontró las grietas de la revolución. Y las fue golpeando una a una con el martillo de su discurso, carente de sutilezas, pero con la fuerza de los hechos: "Una cosa es creerse el corazón de la patria [lema de la campaña chavista] y otra muy distinta llevar la patria en el corazón", proclamó.

Profundizando en su apuesta progresista, Capriles insistió en que él es el verdadero cambio. Por el contrario, Hugo Chávez "es consecuencia de un sistema que fracasó. Se enfermó en Miraflores y defraudó a Venezuela".

El entusiasmo ante el discurso de Capriles fue tal que miles de gargantas no se cansaron de gritar "¡Se ve, se siente, Capriles presidente!" y "Hay un camino", el eslogan que acompañó a Capriles durante meses de campaña. Al final, el camino se convirtió en una autopista. "O en un río de gente", como clamó un entusiasmado Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas sacado a la fuerza de su despacho por el oficialismo.

Hasta ahora eran las palabras de Chávez las que siempre resonaban en la céntrica avenida. Unas palabras que muchas veces se parecen a las que emplea un telepredicador evangélico, eso sí, con la gracia venezolana que lo hace tan popular entre sus paisanos. Pero Capriles eligió otro camino, sin circunvalaciones, directo al blanco: "El programa del gobierno habla de preservar la vida en el planeta y salvar la especie humana. ¿Y quién nos salva a nosotros?".

Una de las grandes ovaciones de la jornada se la llevó el Guare, el río que se convirtió en una herida que cruza Caracas. Hace ocho años, Chávez prometió a Daniel Ortega, líder sandinista, que lo iba a sanear. "Hoy, con este calor, todos deberíamos tener nuestro traje de baño puesto. ¿Y dónde está, mi hermano? Pura cháchara", respondió Capriles.

El líder de la oposición también enumeró algunos de los "regalos" presidenciales a sus amigos y aliados, incluyendo 100 millones de dólares para la casa presidencial de Honduras, en la época de Manuel Zelaya. Una noticia que anoche fue recibida como un bombazo en el país centroamericano. El listado es de tal calibre que incluso sus seguidores asistían asombrados al recital de dinero. Su cálculo se estiraba hasta los 60.000 millones de dólares.

Entre semejante derroche aparecen gastos de lo más exóticos: la limpieza del río Hudson, en Nueva York, "allá en el imperio"; "la donación de 100.000 dólares" para una banda salsera de Puerto Rico; más de 90 millones para una refinería petrolera en Jamaica; otros 4,8 millones para una empresa de vidrios y cauchos de Uruguay, y otro millón para que una escuela de samba del Carnaval de Río resultara ganadora.

"Y en nuestros hospitales, ¡ni gasas!", remató Capriles.

Repaso

Mientras el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) repasaba las grietas de la gestión de Chávez, ahí abajo un mar de gorras tricolor celebraba cada uno de sus martillazos dialécticos.

"La independencia no se la debemos a usted [Chávez]. ¡Se la debemos a Bolívar y a los libertadores! Bolívar no es de uno solo, es de todos", recordó Capriles, buscando pie para su siguiente andanada: "Yo quiero ser el presidente de todos, amarillos, azules y rojos. Soy un instrumento; no pretendo ser un mesías". Un nuevo guiño del líder opositor a todos aquellos desencantados del chavismo.

"Esta película la estoy viendo repetida", recordó Ismael García, líder de Avanzada Progresista desalojado de Podemos por obra y gracia del poder judicial al servicio de Miraflores. "Yo estuve con Chávez en el 98, la euforia era muy parecida. Pero ahora todo cambió; a este gobierno se le han dado todas las oportunidades posibles", sentenció el dirigente progresista.

A la hora de las promesas, además de la suba en más de un 20% del salario mínimo profesional, Capriles lanzó a sus seguidores una de las más añoradas: "He hablado con artistas de Radio Caracas Televisión", empezó, en alusión a la cadena de televisión líder del país, cerrada por Chávez en 2007. "Que se vayan preparando: a partir del próximo año vamos a volver a tenerlos en el aire.".

Del editor: por qué es importante.
La calle no siempre se traduce en votos, pero el fervor que se vivió ayer en Caracas puede terminar contagiando a más de un indeciso.

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