Cómo desarrollar la atención en la era de las distracciones múltiples

“Es como buffet libre. Si no te limitas, te empachas”.

Antonio Banderas

Antonio Banderas disfruta de un partido de la NBA mientras su hija Stella no presta la más mínima atención.

Foto: Gtresonline

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El socorrista presta más atención a su móvil que a lo que sucede en el agua, el profesor compite con Facebook para conseguir la atención de los estudiantes y es prácticamente imposible mantener una conversación sin las interrupciones de whatsapps, sms o pitidos varios. Estamos rodeados. De acuerdo con un estudio de la Universidad de California en San Diego, en 28 años (desde 1980 hasta 2008) el consumo de información se ha incrementado en un 350 por ciento. Mientras tanto, los momentos de inactividad, cruciales para sintetizar, digerir y dar forma a nuevas ideas y experiencias, continúan disminuyendo.

En medio de este bombardeo multimedia, el mindfulness o atención plena cobra cada vez mayor importancia. “Todos los días tenemos el gimnasio abierto para entrenarnos para desarrollar la atención”, señala el psicólogo Fernando Tobías, encargado de impartir talleres sobre este tema en varias fundaciones e instituciones educativas. Se trata de practicar hasta convertirlo en un hábito, señala Tobías, para que en momentos de estrés o crisis podamos reaccionar de la forma más adecuada en función de las circunstancias. 

Suena el móvil en medio de la conversación. ¿Qué hacer?
Observar el impulso inicial y dedicar unos momentos a decidir si lo quieres coger o no. La clave es ese lapsus de unos segundos para ser conscientes del impulso automático.

Después del móvil, la distracción favorita son las redes sociales. ¿Qué hacer si, además, tienes la excusa de que necesitas consultarlas para el trabajo?
Cuando me voy a introducir en una red social, me pregunto si estoy tratando de evadirme o si realmente lo necesito. Es decir, tomo conciencia antes de para qué voy a participar, y así evito que mi acción sea impulsiva o mecánica. Últimamente he llegado a la conclusión de que ya tengo suficiente y que por más que siga almacenando información luego no tengo tiempo para masticarla y digerirla.

O sea que está infoxicado. ¿Qué es la infoxicación, exactamente? 
El estado de estrés o angustia cuando la información que recibes es mayor de la que eres capaz de procesar. Es el empacho que padeces cuando te ves desbordado. Nos cuesta mucho ponernos límites y renunciar. Esto es como un buffet libre. Si no te limitas, enfermas. Con la información es lo mismo. Hay tantos estímulos, tantos recursos interesantes que te empachas. La pausa inicial para tomar conciencia de qué necesidad tienes en este momento es la clave que regula tu conducta. Si no pones límites y acotas espacios, las distracciones te invaden.

Poner límites no es fácil. Quizá no estemos preparados para lidiar con tecnología tan poderosa. 
Más nos vale prepararnos. Lo importante es asumir lo que sea que decidas hacer. Si decides que vas a ser interrumpido cada cierto tiempo, o en cualquier momento, perfecto. Pero si no estás dispuesto, habrás de decirlo y establecer esos límites. Si explicas que no vas a contestar correos electrónicos a partir de cierta hora, por ejemplo, la gente lo entiende y se acostumbra.

¿Cómo contribuye la infoxicación a esa sensación tan común de falta de tiempo, de que todo va demasiado rápido?
Con el exceso de estimulación que tenemos no queda espacio para profundizar. Saltamos de una cosa a otra sin aprender nada en profundidad, y la sensación es que no hay tiempo suficiente para atender a tantos estímulos. Por otra parte, las nuevas tecnologías nos hacen sentirnos híper solicitados. Todo el mundo tiene acceso a ti de una manera más rápida y directa en cualquier momento. He quedado en enviar esto y lo otro; las 24 horas del día no dan de sí.

¿Cuál es la aportación del minduflness o atención plena?
Facilitar el estado de conciencia para estar alerta y poder tomar, así, decisiones conscientes. Si hay agitación por dentro, te conviertes en un impulso con patas, y cualquier estímulo te va a poner en marcha. Si estás tranquilo, podrás distinguir cuál es el momento apropiado para cada cosa.

Y usted, ¿qué límites pone?
A partir de determinada hora desconecto. Nada es tan urgente. No se acaba el mundo porque no respondas un e-mail.

@nataliamartin es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es

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Comentarios

3

Deja un comentario

  • 3

    Casimiro

    11 de septiembre 2012 | 10:57 h.

    El artículo no tiene nada que ver con la pregunta

  • 2

    Psicoterapia Positiva

    11 de septiembre 2012 | 09:08 h.

    Nuevamente Natalia Martín nos deleita con un artículo genial¡¡ No me cabe duda que estas cosas traerán múltiples consecuencias en las personas¡ Soy de los que opina que el Mindfulness debería enseñarse ya en las escuelas... y lo que veo es lo contrario, que los niños tienen iphone con 10 o 12 años¡¡ ¡¡Seamos conscientes!!

  • 1

    john

    11 de septiembre 2012 | 08:46 h.

    buena entrevista y pésima foto

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