España debuta hoy (14.15, La Sexta) ante Polonia en el Campeonato de Europa de baloncesto de Lituania, el que cuenta con más participantes, 24, y el más largo de los últimos años. Su objetivo es doble: asegurarse el pasaporte directo para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (del tercer al sexto clasificados tendrán que disputar un torneo previo) y defender el título de 2008 precisamente en Polonia. En el Mundial de 2010, en Turquía, el papel del equipo, sin Pau Gasol ni Calderón, fue decepcionante: sexto. El seleccionador, Sergio Scariolo (Brescia, Italia; 1961), encara su tercer gran torneo con la idea de obtener un resultado acorde al potencial.

Pregunta. Cuando ganaron el Europeo de Katowice, dio las gracias a la federación por dejarle conducir un Ferrari. ¿Tiene el mismo sentimiento respecto al equipo?

Respuesta. Sí, desde luego. Es evidentemente un equipo potente y, como todos los de fórmula 1, no todo el mundo puede tener carnet para conducirlos. Es un privilegio.

P. ¿Está España por encima de las demás?

R. Nadie tiene que creerse por encima de nadie. Lo contrario sería partir desde una perspectiva muy prepotente y equivocada. Hay potencial para conseguir un gran resultado, pero no existe un equipo invencible. La historia de todos los deportes lo demuestra.

P. ¿Contar con semejantes recursos es una bendición y, al mismo tiempo, un problema?

R. El potencial es una condición de salida. El problema puede surgir de una sobrevaloración o equívoco del potencial si no se traduce en una fuerza concreta que lleve a ganar partidos. El potencial son nombres y, sin embargo, el juego son hechos. Lo que tenemos que hacer es trasladar el potencial a la cancha.

P. ¿Es un problema relativo la sobrevaloración del conjunto por parte del entorno?

R. No, porque ya hemos aprendido, respetando por supuesto la opinión de todos, a tener en cuenta operativamente solo la nuestra. Somos conscientes de nuestro potencial y nuestras fuerzas. Pero también de nuestras limitaciones y de lo que tenemos que hacer para ocultarlas y que se vean solo nuestras virtudes. Es un tema más interno que externo. Influye en la medida en que te dejas influir. Debemos tener la experiencia suficiente para evitarlo.

P. Usted se reprochó los bajones de concentración y la ansiedad del equipo en el Mundial de Turquía.

R. El año pasado, un tiro afortunado en el último segundo [del serbio Teodosic] nos apeó de las semifinales. Eso ya habría sido un grandísimo éxito. Hubo cierta sobrevaloración inicial que llevó consigo un poquito de menosprecio de la tarea.

P. También se reprocharon la defensa y sobre todo el uno contra uno en el perímetro.

R. No estuvimos a la altura en muchas facetas. A estos niveles, si estás por debajo de una línea de excelencia, no se puede conseguir un gran resultado.

P. ¿Lo mejor es que su modelo son ustedes mismos? ¿Los últimos cinco partidos en el Europeo de Polonia marcan la línea de actuación?

R. Idealmente, sí, pero en la práctica tampoco. Han pasado dos años. El otro día, Navarro decía que no recuerda un equipo capaz de jugar cinco partidos seguidos tan bien como aquellos. Es decir, que eso, en el imaginario de los jugadores, sigue presente, pero a la vez hay que intentar reproducirlo. Como las cosas del pasado, lo de Polonia está ahí, en el baúl de los recuerdos. Pero mejor fijarnos en el presente.

P. A fuerza de decir que siempre hay siete u ocho equipos favoritos, a un nivel similar, ¿se desnaturaliza al rival?

R. Basta con ver las plantillas para darse cuenta de que hay varios equipos con seis o siete jugadores de alto nivel internacional cada uno y eso, aunque no sean favoritos, una expresión que no me gusta ni considero apropiada, nos dice que hay un número más alto que nunca de excelentes equipos. Salta a la vista, sin más.

P. Tal como está el cuadro, deberán encarrilar el camino de los cuartos de final con los resultados obtenidos ante casi todos los mejores: Lituania, Turquía, Francia, Alemania y Serbia.

R. O Italia. Tal vez los grupos están un poquito descompensados, pero no menospreciaría a los de la otra parte. A Croacia y Eslovenia y, sobre todo, por lo que he podido ver, a Rusia, que me parece peligrosísima.

P. ¿Por qué?

R. Porque les he visto jugar muy bien. Tienen un equipazo que está llevando a la cancha un gran juego.

P. ¿Son los que más le han gustado?

R. Lituania me ha dado muy buena impresión; Serbia, también; Alemania... Pero, si tuviese que decir la que más me ha gustado esta pretemporada, Rusia.

P. Subraya también a Italia.

R. Es una de las pocas selecciones que tienen 50 puntos nba garantizados si se atiende a su estadística. No es solo que sean jugadores nba, sino que son titulares y con grandes responsabilidades anotadoras en sus equipos. Si consiguen fusionar su potencial con sus tres estrellas, son un equipo peligrosísimo, muy atípico, que juega muy bien por fuera, con los grandes, que jugarán incluso para la línea de tres puntos. Será un equipo muy molesto de afrontar.

P. ¿Echa algo de menos en la selección?

R. Como todas, tiene aspectos del juego que me habría gustado trabajar más, pero a la vez el aspecto saturación es muy importante. Hay que llegar preparados, pero no pasarse de cocción. A un entrenador a lo mejor le habría gustado perfeccionar algo más, pero por otro lado existe el peligro en una competición tan larga, 19 días, 11 partidos, de que sobre la marcha pueda llegar un poco de hastío, de cansancio. Es un peligro superior al de tener alguna parte del juego quizás no del todo perfeccionada todavía.

P. Pau Gasol no acabó bien la temporada pasada en la NBA. ¿Cómo está ahora?

R. A juzgar por las sensaciones de la preparación, está en un excelente momento de forma en todos los sentidos, muy sereno, muy centrado y en absoluto afectado negativamente por no haber revalidado el título con los Lakers.

P. Ricky Rubio tampoco ha tenido un buen curso.

R. Está bien, con chispa, con mucha determinación. Le he visto preocupado por hacer lo que mejor sabe hacer, que es defender, empujar el contraataque, generar juego para sus compañeros..., y menos que en otras ocasiones por anotar. Anotar no tiene que suponerle una angustia, una presión especial, máxime en un equipo como el nuestro.

P. ¿Cuáles son las ventajas o desventajas de utilizar juntos en la cancha a los hermanos Gasol?

R. Desde que empecé me propuse intentar sumar el talento y no solaparlo. Y lo mismo vale para Navarro y Rudy. Juntarlos nos da más de lo que nos quita. Cuantas más fórmulas encontremos para que los jugadores de talento coincidan en la cancha, mejor. Por supuesto, para eso hay que trabajar, ajustar y ver si es posible. La ventaja a nivel de poderío físico, de producción de peligro en la pintura... Son grandes, pero también conocen mucho el juego. Eso permite más la coexistencia, más que cualquier otra consideración más superficial. Su capacidad de pasar la pelota y el conocimiento del juego de ambos nos permitirá compensar algún desajuste de espacios que podamos encontrar. La cuestión es defensiva: si todo el mundo está con las pilas puestas, ellos los primeros, será una solución sostenible.

P. Si juega de cuatro, ¿el trabajo de Pau puede ser similar al que realiza en los Lakers cuando juega con Bynum?

R. Puede haber similitudes, pero Marc es un jugador diferente a Bynum: pasa mejor la pelota, puede generar más juego... Bynum es más un gran animal de pintura con su gran capacidad para terminar cerca de la canasta.

P. ¿Qué aporta Ibaka?

R. Mucha energía, atletismo, corrección de tiros fallados o intimidación al disparo del rival. Es un jugador, en evolución técnica y táctica, que aún no atesora el bagaje de conocimientos de otros. Pero está en franca progresión y va asimilando muy rápidamente nuestros conceptos.