DENVER/AURORA, Colorado.- Al menos 3.000 personas iniciaron anoche una vigilia de un homenaje a las víctimas de la masacre en un cine donde se estrenaba Batman, en Aurora (Colorado, centro-oeste de EE. UU.) en un respetuoso silencio, mientras el presidente Barack Obama llegaba a la ciudad para reunirse con los familiares de los 12 muertos y confortar a los heridos que aún permanecen internados.

La primera escala de Obama fue en el Hospital de la Universidad de Colorado, en Aurora, en donde se reunió con parientes de las víctimas y donde se encuentran en estado crítico algunos sobrevivientes. El mandatario también se reunió con el gobernador de Colorado, John Hickenlooper, pero no hizo declaraciones

Las iglesias de la ciudad estuvieron colmadas en la mañana de ayer ya que muchos creyentes conocían a alguna de las víctimas del tiroteo.

La visita presidencial se produce tras la identificación de todas las personas que murieron en el ataque y luego de que la policía desactivara todos los artefactos explosivos hallados en el apartamento del presunto autor de la masacre. Mientras se conocen algunos datos de la investigación, sigue la incógnita por las razones del autor de los disparos. (Ver aparte)

Por la noche se realizó una nueva vigilia en memoria de las víctimas frente a la alcaldía de Aurora, un suburbio de Denver a sólo 35 kilómetros de Columbine, escenario hace 13 años de una masacre en una escuela.

La multitud se congregó frente a la alcaldía de esta serena localidad, un suburbio de Denver, la capital de Colorado, donde el viernes un hombre, supuestamente James Holmes, abrió fuego durante la función de medianoche de "The Dark Knight Rises", la última entrega de Batman.

Los policías que circulaban ante la multitud eran aplaudidos por los asistentes, así como otras autoridades que se acercaban al podio. Ken Murphy, jefe policial a cargo del operativo, dijo "Estamos esperando entre 4.000 y 5.000 personas, pero sospecho que serán más (...) La ciudad está siendo muy respetuosa".

Thomas Larimer, un oficial naval de 23 años, fue una de las 12 personas que murieron en la masacre. "Era un marinero notable con gran sentido del amor, un miembro muy valioso para la Marina y uno de los jóvenes más amables que haya conocido", dijo el comandante Jeffrey Jakuboski.

Una de las participantes, Genie Hartley, una mujer que se identificó como "una abuela", vociferó ante periodistas que respeta "que la gente quiera protegerse, porque se trata de la segunda enmienda de la Constitución, pero lo que pasó en este cine no tiene nada que ver con la Constitución".

Este comentario se refería al debate que ha generado la tenencia de armas en Colorado, que está garantizado por la Constitución, pero –según los críticos– a través de leyes muy laxas.

A tres cuadras, un memorial improvisado tenía lugar frente al cine desde varias horas antes, donde los residentes habían depositado cientos de flores, velas, banderas, peluches y cartas en memoria a las víctimas. (AFP)