sintonia fina

Un buen año en materia salarial

Por Artemio Lopez

10/02/12 - 11:23

 

La agenda que se armó tras las declaraciones de Hugo Antonio Moyano fue sometida a todo tipo de interpretaciones apocalípticas. La frase más taquillera fue asociar “ajuste menemista” con la “sintonía fina” kirchnerista. Más allá de la tradicional picaresca política, no es una analogía sustentable.
Los haberes jubilatorios y las pensiones se incrementarán en el 17,62%. Así, la jubilación mínima pasará de 1.434 pesos a 1.687.
Sumado el incremento otorgado en 2011 del 16,82%, el acumulado anual del 35% supera cualquier índice de inflación oficial del 9,5%, el puñado de privados del 22%, algunas direcciones provinciales del 20% y el implícito en el PBI del 16,1%.

La ganancia interanual real y efectiva en el poder adquisitivo de la jubilación mínima, que cobra el 74,8% del total de beneficiarios del sistema, está por sobre los 15 puntos promedio.
Por su parte, la Asignación Universal por Hijo ya tuvo un aumento del 22,7%, que preserva su poder adquisitivo, aunque no lo mejora.

Por su parte, las paritarias, que no tienen “techo” y comienzan a desplegarse, parecen transitar, en promedio, el horizonte de actualización en la franja que va entre el 25 y el 30%.
No hay registro de comportamientos restrictivos del kirchnerismo como para suponer que el Gobierno pudiera impulsarlos. Específicamente, respecto de los aumentos salariales, en 2011 el promedio de los salarios de la economía creció el 29,4% punta a punta.

Las remuneraciones de los trabajadores formales que se actualizan bajo tutela gremial tuvieron un incremento anual del 35,8% en 2011. Si tomamos en cuenta el alza del índice promedio del puñadito de consultoras privadas opositoras que informa mensualmente la diputada en tránsito Patricia Bullrich, el poder adquisitivo del salario creció 12,5 puntos porcentuales en el caso de los trabajadores registrados, mientras 10,5 puntos de actualización ofrecieron en 2011 los empresarios que mantienen a sus trabajadores en condiciones de informalidad laboral.
Este año, todo indica que los ingresos de los trabajadores seguirán en alza, sostenidos por el impulso del Gobierno al aumento del salario mínimo, las paritarias sin limitaciones, la fortaleza recuperada de los sindicatos por la caída del desempleo desde 2003 y la revitalizada interna de la CGT.

El año empezó muy bien en materia salarial. Los bancarios consiguieron para el primer trimestre, a cuenta del acuerdo anual, un adelanto de 1.380 pesos, mientras que los aceiteros rubricaron un aumento del 24%, con un básico de 6.200 pesos. Los textiles obtuvieron un alza de 26 a 28%, y la paritaria de los cinco gremios docentes unificados gira en torno del 28%.
Las actualizaciones salariales en marcha superan la inflación esperada que, todos coinciden, será menor que la de 2011.
Y pese a los pronósticos agoreros de los gurúes opositores más recalcitrantes –no ya los nac&pop, sino notables economistas que han abandonado la lucha armada por el socialismo, como Mario Blejer– reconocen que el crecimiento será en 2012 el que anticipó Cristina, en torno del 6% del PBI.

Como se ve, estamos muy lejos del paradigma de ajuste de centroderecha conservadora disparado por el peronismo menemista o, hagamos justicia histórica, el de centroizquierda progresista, descerrajado por la Alianza Frepaso-UCR. Ambos supusieron recortes salariales, pérdida de derechos laborales y baja nominal de jubilaciones y pensiones, entre otras delicias que el propio Hugo Moyano enfrentó sin claudicaciones. El peronismo kirchnerista no planea, no necesita y sabe que no podría legitimar ante su electorado mayoritario un ajuste ortodoxo.

En un año atravesado por la crisis internacional con alto impacto en la Eurozona, sí será eventualmente requerido reorientar el gasto público (como en 2008), para sostener empleo y consumo doméstico, haciendo “sintonía fina”, por ejemplo, sobre subsidios a sectores de alto poder adquisitivo, a las reticencias de reinversión por parte de corporaciones empresarias poderosas y rentabilísimas como la petrolera, el giro abusivo de divisas al exterior por parte de filiales empresarias y bancarias locales.
En suma, “sintonía fina” sobre las “avivadas” de las clases acomodadas, siempre atentas a mantener sus privilegios con módicas maniobras, que tanto la retórica de izquierda edulcorada como de derecha aluvional denominan “buen clima de negocios”.

Ese será, sin duda, el escenario para 2012 frente a la nueva fase de la crisis del capitalismo financiero. Seguramente, la CGT acompañará también esta vez al proyecto del que forma parte central desde 2003 y que defendió como ninguna otra organización cuando el Gobierno nacional enfrentara a las corporaciones agro-financieras y el sistema de medios opositores, apenas comenzado el primer mandato de Cristina Kirchner.

*Director Consultora Equis.