sábado, 3 de octubre de 2009

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Noticias del Reyno de Chile

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El más antiguo mapa del Reino de Chile.


EXTRACTO

de la Relación que hace al Señor Presidente de Chile Don Agustín de
Xauregui, el Capitán de Infantería de la guarnición de Valdivia, Intérprete
General de aqulla plaza Don Ignacio Piner, sobre una Ciudad grande de
Españoles situada entre los Indios, fecha en Valdivia á 2 de Febrero de 1774.


En el año de 1599 el Miércoles 24 de Noviembre hubo una sublevación general de los Indios en el reyno de Chile, en que destruyeron siete Ciudades de las quales solo Chilan y la Concepcion se restauraron.

Entre estas estaba muy internada al Sur, la de Osorno, de la que se hizo juicio que no hubiese quedado viviente alguno, como les sucedió á las otras; y como desde entonces han estado poseidos aquellos territorios por los Indios bárbaros, que aunque han venido á los Parlamentos, jamás quisieron dar noticia alguna; (cosa tan regular en su carácter reservado y desconfiado con los Españoles) ha side necesario para averiguar las noticias siguientes, así la inteligencia en el idióma, como la grande aamistad, que por haber practicado con ellos el comercio en sus primeros años adquirió, y aún con todo esto no lo hubiera averiguado á no ser por las astucias de que se valió, y la constancia de mas de veinte y ocho años.

Osorno, que fue acometida la msima noche que las demás Ciudades, jamás fue rendida por los Indios, que eran innumerables, y fueron rechazados con grandísima pérdida, por lo que resolvieron sitiarla; pues por sorpresa no la habian podido tomar, y continuaron varios asaltos llevando siempre lo peor. Duraba ya seis meses el sitio, y como no tinian socorro los Españoles, se vieron en la mayor miseria llegando á comer unos á otros. Estando en este estado unidos los sitiadoress, con los Indios que habian tomado á Valdivia, y habian llegado á auxiliarles, hicieron de dia el mayor esfuerzo; pero fue tanto el de los sitiados, que mataron á quantos se atrevieron á dar asalto, escapando muy pocos, porque así hombres como mugeres se defendian desesperadamente. Viéndose vencidos los Indios se retiraron, pero siempre á la vista, esperando que el hambre acabase con los Españoles; pero estos reforzados con la abundancia de carne que les franquió la gran matanza de Indios, no hallando mas recurso resolvieron abandonar la Ciudad, y pasarse á una peninsula fuerte por naturaleza, donde tenían sus haciendas varios vecinos, y habia muchos ganados, granos y muchos piñones. Para esto salieron armados llevando sus hijos, y quanto pudieron de caudales &c. escarmentando á los Indios que les inquietaban en su marcha. Reformados en la peninsula despues de algunos dias determinaron hacer salida á los Indios, que aunque se defendian valerosamente, no solo fueron derrotados con grandísima pérdida, sino que tambien les quitaron sus ganados, y los Españoles vueltos á su peninsula solo cuidaron de conservarse.

La situacion de ésta, es una hermosa y profunda laguna, madre del rio Bueno, á teres ó quatro leguas de Osorno, al pie de la cordillera al Sur, á siete ó ocho del Dolian: es profunda, y baunda de pesca, y así para ésta, como para comunciacion con tres islillas, tienen muchas embarcaciones. Esta laguna ciercula la mayor parte de la peninsula, y por la menor un profundo y pegajoso lodazar, que hace impracticable el tránsito á un perro. El Istmo tendrá de 28 á 30 quadras, y ene stas la entrada de la gran Ciudad, fortificada con muralla de piedra muy grande y fuerte, pero baxa, un revellin foso de auga, y su puente lavadizo, que todas las noches se levanta, y las puertas son fuertes.

Los Indios llaman á estos Españoles Alcahuncas.

Las armas que usan son lanzas, espadas y puñales, aunque no he podido saber si son de fierro, y para defensa de la Ciudad tiene artillería; cosa constante á los Indios, porque en ciertos tiempos del año la disparan; fusiles no tienen, y para defensa de sus personas usan de coletos: son diestrisimos en el uso del laque (arma arrojadiza que se compone de un pedazo de correa de cuero sin curtir, y una piedra redonda atada á cada extremo) por lo que les temen muchos los Indios.

Nada he podido saber do la interior de la Ciudad, porque á nadie permiten entrar; pero como las casas son altas, se ven sus paredes y tejados.

Comercian con los Indios con plata, de que tienen abundancia, y en las estancias (que son dehesas) tienen mucho ganado. En lo antiguo no solo compraban sal (de que carecían) á los Pohuenches, sino también a los Indios de nuestra jurisdicción, y estos nos la tomaban dando una baca por piedra; pero de pocos años á esta parte la han hallado en tanta abundancia, que les sobra y proveen a los Indios de su jurisdicción; por lo que los nuestros, ni nos compran tanta, ni la pagan á tanto precio.

Su vestuario es de color muzgo á la antigua Española (según lo explican los Indios); usan de sombrero, camisa, chupa larga, con calzones de bucho, y zapatos muy grandes. Los que andan en tráficos con los Indios, llevan coletos, y siempre van á caballo, y con las armas en las manos: son muy blancos, cerrados de barba, y de estatura mas que regular por lo comun.

El número de estos habitantes es tanto, que preguntándoles por él a los Indios me dixeron, que sonsiderase quán grande sería, pues en aquella tierra no morian los Españoles. Con este motivo me informaron que no cabiendo en la peninsula, habian pasado muchas familias al otro lado de la laguna, y fundado otra gran Ciudad, aunque inferior á la primera, situada en frente de ésta á la orilla del agua, y circuida por la parte de tierra de un gran foso, ignorando si es de agua, y si tiene algun muro, ú otro reparo de la Ciudad, comunicándose entre sí por el agua, por lo que hay muchas embarcaciones allí: tambien tiene artillería, y el que manda en ella está subordinado al Gefe de la Ciudad prinpicpal, á quien denominan Rey, que según la voz comun entre los Indios, es muy tirano, lo que confirma la noticia siguiente.

Habiendo en el año apasdo de 1773 salido uno de Chiloe en el mes de Octubre aá no sé que destino (aunque dixo iba perdido), llegó cerca de las oraciones á la Ciudad principal, antes que hubiesen levantado el puente, por lo que golpeó á la puerta, y asomándose un soldado de la guardia, é informado de su trabajo, le dixo que se retirase luego antes que otro lo viese, ó él se hallase precisado á dar parte, porque á nadie se permitia llegar allí, y que se admiraba como los Indios le habian permitido el paso, y no lo habian muerto, y que si el avisase el Rey le mandaria buscar, y le haria matar, porque era un h ombre tirano que de deleitaba en hacer muertes que á los pobres los tenía en la mayor opresión por su codicia y ambición (este Rey según informes de varios que lo han visto en los Parlamentos es de poca edad, estatura regular, blanco y rubio); escapose el Chilote, y contando el suceso a Indios, le aconsejaron se volviese ofreciéndose á encaminarle, pero en el primer monte lo mataron. Esta noticia es muy cierta, como tambien el grande pavor que tiene sobrecojidos á los Indios por ciertas señales que cada dia ven, asi en el cielo como en la tierra, las que sus adivinos dicen denotan su total desolación, y que nosotros hemos de entrar nuevamente á reynar entre ellos, por cuya razon se disponen en sus juntas para hacer el ultimo esfuerzo en defensa de los caminos, en caso qu elos Españoles intenten sacar á aquelles sublevados (como ellos los llaman)

El suceso del Chilote ha motivado entre aquellos Españoles (creo sea la plebe) á continuar con mayor empreño en poner señales en el cerro llamado Chuquique, ó Llollelque, que es el mas imediato y único para llegar á aquella tierra. En este sitio sucede que los Españoles suelen poner una cruz, y los Indios la quitan, y en su lugar ponen una lanza: ponen los primeros una Espada, y los segundos la quitan, poniendo en su lugar un macheton (arma que vean, y entnediéndose que todo esto es de madera): quitan los Españoles el macheton, y en su lugar ponen unas piedras de rio como balas; y en esta continuacion alternativa de señales ó amenazas, están unos y otros, yd esde el mes de Octubre hallan los Indios en aquel porpio paraje varios papeles ó cartas clavados en una estaca. Están sorprendidos los Indios, que ya no se mueven de allí, haciendo centinela al paraje, recelosos de que alguno de estos papeles llegue á manos de nosotros, por lo que recogieron con cuidado los que antes se habían puesto.

Para vivir mas seguros de nosotros aquel Rey, tienen anualmente sus Parlamentos con los Indios de su jurisdicción, que son muchos, y con los Pehuenches: á los suyos tiene tan gustosos como que están a su disposicion y órdenes. Uno de los puntos que mas se encargan en los Parlamentos es, que no permitan pasar á alguno, ó salir de aquella Ciudad para acá, encargando, que si algun Español intentase pasar lo maten sin conmiseración en donde le hallen. Esto persuade que están bien hallados los poderosos, y que aquellos papeles serán de la plebe, que deseará salir de su opresion.

Aunque he practicado exquisitas diligencias para tener alguna de aquellas señales ó cartas, no lo he podido conseguir; porque dicen no podrán practicarlo sin que los descubran los adivinos, y que aún quando escapasen de setos no podrían librarse de la vigilancia de lso Españoles, y que los mataria.

Tambien supe por varios Indios de suposición (y fue entonces voz comun en esta plaza), que en el año en que por orden del Señor Virrey del Perú Don Manuel de Amar, á la sazon Presidente de este reyno, en la entrada que de su órden se hizo por los llanos, habíendose antes divulgado entre los Indios la noticia de los preparativos, llegó éste á aquellos Españoles, quienes se dispusieron á otra salida para encontarse con los nuestros; en esta disposicion llegó nuestra torpa á las orillas del rio Bueno, donde como todos saben, tuvieron aquel furioso ataque de los Indios, y habiéndose defendido con el mayor valor se retiraron despues, por no ser aquel camino el que debían llevar para el fin de su comision. Habiéndose oido en la Ciudad (que no dista muchas leguas del paraje) salió á los dos ó tres días de la Ciudad un cuerpo de hasta rescientos hombres, y tomando via recta hasta el mismo rio Bueno, al segundo dia de marcha tuvieron noticia de que se habían retirado los nuestros; y viendo los Insidos que sin embargo xontinuaban su itnento, temiendo las resultas tuvieron una gran junta, de cuayas resultas los atacaron el dia siguiente, lo que executaron manifestándose gran valor por ambas partes; pero que el campo quedo por los Españoles, quienes mataron innumerables Indios, y entre los Españoles muertos, se distinguió mucho el Capitan, que era mozo, el que despues de muerto su caballo peló á pie con igual esfuerzo, hasta que habiéndose metido una lanza por debaxo del brazo ácia donde hace costura el coleto, murió. Este coleto me aseguraron que lo conserva un Indio principal. Esta noticia procuraron obscurecerla los Indios para que no hicieramos otra entrada, y prohibieron pena de la vida el comunicarnosla.

Extractado del Semanario Erudito, tomo XX. Se publicó en el siglo XVII

jueves, 27 de agosto de 2009

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Las cartas de Darwin

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Hace ya ciento treinta años desde que Carlos Darwin publicó su célebre "Origen de las especies". Sin embargo, tal es la influencia de esta obra sobre la visión humana, que adquiere relevancia histórica todo nuevo dato que amplía nuestros conocimientos del desarrollo de las ideas científicas del autor. Siendo muy mozo, Darwin participó de una expedición a la América del Sur que le implantó en su alma la resolución de dedicar su vida al estudio del evolucionismo. En 1811 se le ofreció el puesto de naturalista de la expedición que salía en el velero "Beagle", buque que había sido equipado por el Almirantazgo, para explorar las costas marítimas de la América del Sur. La nieta de Darwin, Nora Barlow, en un libro reunió extractos de los apuntes que compiló el naturalista durante el viaje y, de unas cuarenta cartas que escribió a su familia. Esas cartas dan el ambiente de esos importantes años de la vida de Darwin, años en que reveló su genio científico. Carlos Darwin era el segundo hijo del Dr. Robert Darwin, de Shrewsbury. En el verano de 1831, llevaba una vida despreocupada en Shrewsbury, en cuya época contemplaba entrar en el sacerdocio. Una corta temporada en Edimburgo despertó en él una repugnancia por la medicina, y de sus tres años en Cambridge, Darwin mismo dice: "En cuanto se refería a los mismos estudios académicos, fue para mí, tiempo perdido, y tan inútil como lo fueron mis días en Edimburgo y en mi colegio". Pero aquí se encontró con el profesor Henslow, el botánico, cuyas bondadosas gestiones tuvieron por resultado la oferta que le hizo a Darwin de acompañar a la expedición como naturalista. Al principio el padre de Darwin se opuso al proyecto, caracterizándolo de descabellado e impropio de un hombre que iba a ser sacerdote. Pero su oposición fue vencida por el tío de Darwin, Josiah Wegwood. El velero "Beagle" zarpó de Inglaterra el día 27 de diciembre de 1831.En cuanto a Darwin, sus primeras impresiones fueron las que le produjeron las miserias del mareo, lo cual le ocasionó terribles sufrimientos durante el viaje. Los otros fueron las bellezas de los trópicos, los cuales fueron para él cosas inolvidables. Todas las cartas de Darwin están escritas en esa forma sólida, a la manera de las familias victorianas. Eran epístolas escritas para que las leyesen las hermanas y los sobrinos; sin gracia literaria, pero llenas de entusiasmo por las cosas que veía. Desde Botafogo -abril 25 de 1832- manda los primeros escritos para su famoso diario, con el comentario de que: "Le he tomado una gran antipatía y quiero deshacerme de él: cualquiera de ustedes puede leerlo. En gran parte, es absolutamente infantil". Sin embargo, acerca de este documento solicita, anheloso, las primeras impresiones de la familia y les ruega que lo conserven bien, porque "será de interés en el futuro". Tres meses más tarde, Darwin está satisfecho de que conoce bien las glorias de un bosque selvático brasileño. Normalmente, anduvo a caballo algunos kilómetros, ató al animal y luego entró por una huella en la impenetrable masa de vegetación. Sentado en un árbol comiendo el almuerzo, en la sublime solitud del bosque, experimentó un goce indecible. El mes de marzo de 1833, manda correspondencia desde las islas Malvinas, y habla en ella de una experiencia que jamás hubo de olvidar: su primera visión del hombre salvaje: "Yo creo de verdad, que un salvaje indomado es uno de los espectáculos más extraordinarios del mundo; la diferencia entre un animal domesticado y uno salvaje, se nota en forma mucho más notable cuando se trata del hombre. En el bárbaro desnudo, con su cuerpo cubierto de pinturas, cuyos mismos gestos, bien sean amistosos u hostiles, son inteligibles, se nos hace difícil ver al prójimo. Ninguna descripción o dibujo puede explicar el interés intenso que surge a la mente al ver por primera vez los salvajes. Es un interés que casi le compensa a uno por un viaje a estas latitudes; y esto, les aseguro, es decir mucho". Su próxima carta la escribe en el mes de mayo de 1833, desde Maldonado, pero echa de menos, las esplendorosas vistas de Brasil. En esta época las muestras colectadas por Darwin ya empezaban a llegar y a atraer atención en Inglaterra. Contestando una carta de su familia, dice: "Me alegro muchísimo que el cuero de megaterio les ha dado a todos ustedes algún interés en mis actividades. Sin embargo, estos fragmentos no son de ninguna manera las más valiosas de las reliquias geológicas". En una carta de Buenos Aires, Darwin da cuenta de una expedición realizada por él, en que viajó ochocientos kilómetros tierra dentro, yendo a parar a una región jamás pisada por un inglés y apenas por los indios. No hay duda de que Charles Darwin era un hombre de considerable coraje y resistencia. En Buenos Aires habla, casualmente, de una revolución que estalló durante su estada. "¿Se enteraron ustedes, en Inglaterra, de estas revoluciones, consideradas aquí tan importantes?" ¡Debieron ser utópicos de verdad aquellos días en que un naturalista inglés pudo pasar por alto las revoluciones! La Patagonia le proporcionó al naturalista unos huesos perfectos de una especie de mastodonte, y luego el "Beagle" se hizo a la vela una vez más para las odiadas islas Malvinas y Tierra del fuego, donde Darwin declara, no sin orgullo, que la montaña más alta del lugar lleva su nombre. Para el mes de marzo de 1835, los cansados tripulantes del "Beagle" navegaban ya en dirección a la patria. Pero aún quedaban por narrar otros acontecimientos de interés: un terremoto en Concepción, que, en opinión de Darwin, era "uno de los espectáculos más interesantes que he visto desde que salí de Inglaterra, un salvaje de Tierra del Fuego, la vegetación tropical y las ruinas de Concepción". Para Darwin, Tahiti, Nueva Zelandia, Australia y Mauricia, no tuvieron, al parecer, más valor que piedras miliarias en su camino para Shresbury, a cuya ciudad llegó dos meses más tarde. Como para comprobar su característico cariño por el hogar, Darwin, pocos años después, se casó con una de sus sobrinas, Susan Wedgwood, y no volvió a abandonar su país. Sin embargo, estos años de viaje habían cambiado al joven aficionado de veintidós años, que había acompañado a los expedicionarios del "Beagle". Habíanle convertido en el hombre de ciencia más grande del siglo.

Artículo actualizado de Miss K. J. Raine, que fuera publicado en la revista "Actualidad Magallánica", el 2 de agosto de 1949.

martes, 12 de mayo de 2009

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El auto no tiene la culpa

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Me encuentro con Leonel. Taxista, 29 años, 1 metro noventa. Le pregunto ¿Y...? para Leonel ¿y? significa. ¿Cómo te ha ido, cuenta, te has levantado alguna mina? Me dice que ahora está medio chantao. Después de lo último que le pasó. Me cuenta. Me llevé a una mina por el camino a Bories. Miro por el retrovisor y veo que un auto viene atrás, me inquieto un poco, doblo por un camino de tierra y el auto ya no estaba. Paro el taxi y me empiezo a atracar a la mina. Nos estamos desvistiendo y el auto se estaciona a nuestro lado. Era el marido, el weon baja y empieza a patear el taxi, yo me bajo y le digo; Oye weon el auto no tiene la culpa, si querís agárratela conmigo, la mina baja y se sube al auto del weon, el weon me dice ya vai a ver weon le voy a contar too a tu mujer. Le digo que si le llega a contar lo masacro. Mira el weon que se habrá imaginao.

miércoles, 29 de abril de 2009

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Juzgados

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Muchas veces los juzgados deben enfrentar ciertas situaciones inesperadas y salir del paso a como de lugar. Sin abandonar por supuesto el decoro y probidad tan dado a la investidura de jueces, fiscales y abogados defensores. Aunque escuchando el audio de estos seis casos, dudamos que eso suceda.




Descarga del Archivo

martes, 14 de abril de 2009

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Los Unos y los Otros

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martes, 7 de abril de 2009

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Club Aéreo natalino

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Por Osvaldo Wegmann Hansen

El poeta regional Silvestre Fugellie, que a menudo nos deleita con sus crónicas sobre el pasado magallánico, nos entregó hace pocos días un interesante relato sobre la fundación del Club Aéreo de Punta Arenas. Cuando uno lee estas cosas, ocurridas hace tantos años con personajes ya desaparecidos que conoció personalmente, da la sensación de estar poniéndose viejo. Mencionó a Santiago Leitao, oficial de la FACH, el mismo que tuvo un accidente en Puerto Bories cuando yo era niño. Amarizó con su hidroavión frente al frigorífico y chocó con una viga que flotaba en el mar. Lo salvó el capataz Antonio Saldivia, padre de un compañero del colegio. Arturo Meneses solía llegar también a Puerto Natales en un hidroavión Sikorsky, que era anfibio y salía a tierra al lado del aserradero de Youssuf. A Alfredo Landolt lo conocí después, intentando construir un avión sin motor, junto con Carlos Fischer, primer mártir de la aviación en Magallanes.
En Puerto Natales había inquietud por la aviación y se acrecentó con la llegada del teniente Julio Gallardo Donoso, en 1945. Era el primer oficial de Carabineros que había obtenido el brevet de piloto civil. Pocos años después, trasladado al norte, se mató en un vuelo a la altura de San Felipe. El aeropuerto de Natales lleva su nombre como un merecido homenaje, por lo que él hizo y por el afecto que conquistó entre sus numerosos amigos natalinos.
Me correspondió participar en la fundación del Club Aéreo de Puerto Natales, el 20 de agosto de 1945, en una reunión convocada por el teniente Gallardo, que se celebró en el casino de oficiales de la Segunda Comisaría. El señor Gallardo nos expresó que llegaba destinado por varios años a la ciudad y que quería aprovechar su experiencia y el entusiasmo de la juventud, para formar una institución con todas las de la ley, similar a las que existían a lo largo del país y que, igual que aquellas, estaría afiliada al Club Aéreo de Chile, cumpliendo los requisitos y exigencias que impone la Dirección Aeronáutica.
En esta misma reunión se nombró una comisión organizadora, que formamos, como presidente el piloto civil Julio Gallardo Donoso; como secretario René Adema Gallardo; como asesor Amarante Valverde y como secretario de prensa y propaganda el autor de estas líneas.
Fundado el club, se abrió un registro de socios, en el cual se inscribieron numerosos jóvenes de ese tiempo. La comisión inició de inmediato una campaña, para construir una cancha de aterrizaje, que permitiera la llegada de aviones, y que sirviera además para actividades futuras de la institución. Cooperó con entusiasmo y eficiencia el gobernador Humberto Jara Sánchez. Se buscaron terrenos en los alrededores de la ciudad, pero no sirvieron, a juicio de los técnicos. Hasta que el jefe de la posta LAN Chile, Alfonso Cuadrado Merino, experto piloto, recomendó los que están ubicados entre el camino a Puerto Prat y la estancia Bories, que fueron obtenidos de los propietarios para los fines propuestos.
Apenas asomó la primavera, el club tenía ya setenta socios, entre ellos treinta aspirantes a pilotos. Los más jóvenes y fuertes acompañaron al teniente Gallardo y comenzaron a trabajar en el despegue de la cancha. Hacha en mano y con destroncadoras, hicieron desaparecer poco a poco las matas de calafates y los troncos de árboles; la Municipalidad prestó un rolo; socios trajeron bueyes; se emparejó y ripió la cancha; se midió y señalizó el terreno y finalmente se construyó una caseta. Y en el verano aterrizó el primer avión procedente de Punta Arenas, trayendo mayor entusiasmo en el zumbido de su hélice. En esa oportunidad se abrió oficialmente el registro de aspirantes a pilotos y se inscribieron, los primeros, el gobernador Humberto Jara Sánchez y el Alcalde Sandalio Vivar Vivar.
La comisión organizadora había cumplido su misión. Correspondía elegir el primer directorio titular, que quedó formado de la siguiente manera: Dr. René Retamal V., presidente; David Canobra D., vicepresidente; René Adema G., secretario; René Mansilla, prosecretario; Constantino Gafo L., tesorero; Julio Gallardo Donoso, asesor técnico; y Amarante Valverde, director.
El entusiasmo era grande. Los socios del Club Aéreo vistieron uniforme y desfilaron en fiestas patrias. Se comenzó a reunir dinero para comprar un avión. Así iban las cosas cuando abandoné Puerto Natales. Pasó el tiempo. Se fue el teniente Gallardo. El club entró en receso. Pero la cancha de aterrizaje fue utilizada por aviones de LAN, de la FACH y de TAMA. En un tiempo el club fue reorganizado por el emprendedor piloto Ernesto Scabini, quien no se encuentra ahora entre nosotros.
Puerto Natales tiene escasos contactos aéreos. Es de esperar que queden aún algunos románticos, igual que Julio Gallardo, embelesados por el sueño de volar.

La Prensa Austral, 10 de junio de 1982.

domingo, 29 de marzo de 2009

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Cuarta teoría de Lalo

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Estoy terminando de atender a Lalo cuando me pregunta cuánto calzo, viendo cómo viene la mano, le miento, le digo que cuarenta y cuatro. Me dice que el número del calzado no tiene nada que ver con el tamaño del miembro. Eso es pura mentira nanito, na que ver, lo mismo que el tamaño de los dedos de la mano, una vez hablé con un médico argentino y ¿sabes lo que me dijo? Tú sabís que los médicos argentinos esos sí que son güenos, no como los médicos de acá, el médico argentino me dijo que para saber el tamaño del miembro de un hombre hay que mirarle la nariz, cuanto más grande la nariz, más grande el miembro de un hombre, mira mi nariz y la tuya chiquitita.

viernes, 27 de marzo de 2009

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Tercera teoría de Lalo

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El otro día vi a tu cabrito y puta que está cambiao, cuando era chiquito se parecía bastante a ti, ahora está muy cambiao, es alto, delgado y morenito, lo que pasa es que todos los cachorritos se parecen, todas las guagüitas son iguales, ahora cuando crecen ya se puede saber si son los hijos de uno o no. Por eso yo siempre digo que hay que esperar que crezcan, claro que ahora hay analis donde se puede saber si son tus hijos o no claro que eso si que son caros. Pero no está mal hacercelos por las dudas.

jueves, 26 de marzo de 2009

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Segunda teoría de Lalo

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Mientras le corto un cuarto de mortadela, le comento a Lalo, aquello que me contó mi amigo Julián de La Serena, que cada vez que llega a Natales percibe en el aire cierto dejo erótico. Lalo me dice que en otras partes todo está contaminado, que hay mucho smog, mientras que el cielo de Natales es limpio. “Si po’ nanito, o acaso no te day cuenta, puta la wea, los weones viene acá y el aire es puro, entonces pasa una galla y se siente el olor, aemas que las weonas no se lavan bien la zorra y entonces quea la cagá po’ nanito”.

Primera teoría de Lalo

domingo, 8 de marzo de 2009

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Cocina típica

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Mi amigo me invita a comer a un restaurante de turismo. Viene el mozo vestido de gaucho con la carta. Luego viene a tomar el pedido. Inmediatamente aparece el dueño. Saluda afectuosamente a mi amigo y me estrecha la mano. Pienso que se deben conocer bastante ya que mi amigo le pregunta por Raquel. El dueño del restaurante de turismo le dice que Raquel ahora está en Natales, con su marido y los chicos. Que llegaron de La Serena hará cosa de un mes. Que en la parte económica a ellos les ha ido bastante bien, no así en cuanto a su relación de pareja, ya que en diversas oportunidades han tenido que intervenir distintos organismos para contenerlos. Que Iván, el más grande de los chicos (sic), está teniendo problemas con las drogas, y bueno... que los dos más chicos están con tratamiento sicológico. Luego se despide de nosotros y nos desea buen provecho.

jueves, 5 de marzo de 2009

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No me trates de tú

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No son muchas las invitaciones que tengo para participar en ágapes, encuentros o bautizos. Las mínimas. Por eso cuando me invitaron a un asado cumpleañero acepté inmediatamente. Aquella noche me tocó sentarme al lado del directivo docente. Mientras el cordero se daba vuelta y vuelta, tuve la oportunidad de conversas con él. De un tema que también es mi pasión, la educación. Era la oportunidad que tenía como para explayarme consistentemente en algunos tópicos que me interesaban y que creía que a él también le interesaban. Era la ocasión. Y le hablé de Simón Rodríguez. El maestro de Bolívar. Un genio loco maravilloso. Un revolucionario a carta cabal. Transformó a Bolívar, una figurita de porcelana, en el estandarte más grande y noble que ha tenido nuestra América. Le hablé de la primera Universidad que fundó en América, en Chuquisaca, en como para él era tan importante saber matemáticas como así también construir una puerta. Enseñaba anatomía desnudándose. Su filosofía era inventamos o erramos. Que no debemos ser complacientes copiadores de lo que viene de afuera. En ese caso era Europa. En la revolucionaria actitud que tuvo al juntar a niños y niñas en una misma aula. Cosa que para aquellos años era impensada. Le conté que en Valparaíso, Simón Rodríguez tuvo una fábrica de velas, cuyo slogan era "Luces para alumbrar América". El directivo docente me escuchaba atentamente, yo sabía fehacientemente que estaba abonando en tierra fértil. Que probablemente, es posible, nadie le había enseñado aquellas cosas que no se enseñan en las universidades. Y seguí hablando. Le dije que los padres deberíamos involucrarnos absolutamente con la educación de nuestros hijos. Que no seamos meros sostenedores de rifas y bingos. Que era posible que una hora a la semana vayamos al aula. A impartir clases. Que muchos de nosotros somos pescadores, taxistas, almaceneros, militares, poetas, dueñas de casa, cesantes, carpinteros, etc. Que vayamos y expliquemos a nuestros niños lo que significa ser cada una de las actividades que desarrollamos. Le comenté que más importante que Atenas, es saber nuestro origen. Nuestra historia. Tenemos historiadores en nuestro pueblo. Llevémoslo a la sala de clases. Algunos de ellos algún día serán nombres de calles. Ahora lo tenemos entre nosotros. Aprovechémoslo. Fue una hora de conversación amable y didáctica. Se habló de Amanda Labarca, Andrés Bello, Valentín Letelier y también Encina. Luego, en un aparte, cuando ya la conversación dio paso al asado me dijo: "Todo bien, pero en el colegio, cuando nos veamos no me trates de tú". Al otro día le dije a mi hijo. "Hijo; lo más importante que debes tener en cuenta con respecto al colegio es que, más importante que aprender, es desaprender, y yo me voy a encargar de eso". Mi hijo me respondió: "Ya lo sé papá".

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lunes, 2 de marzo de 2009

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Gracias muchas gracias

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El dueño de la Frutería La Sureña me ha demostrado, el profundo conocimiento comercial y humano del que hace gala. Me ha regalado un melón a punto que se le eche a perder: “Para que lo disfrute con su familia Don Hugo”.
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A mí me pasa lo mismo que a usted

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La mayor parte del tiempo me paso la vida en abstracciones sublimes que verdaderamente a nadie importa. Ideando sinfonías que solamente yo escucho. Escribiendo un par de líneas que nadie leerá. Malgastando mi vida en un cuartucho infecto de humo de cigarrillo que aligera mi derrota. Y pienso: " la puta madre, dónde iré a parar". A qué lugar. Nadie te lee, nadie te escucha. Qué mierda hago escribiendo para el viento. Arando en el mar como Bolívar. Y pienso que a nadie le importa. Que a nadie le importa. Que si yo digo: "¿Hey, Presidenta eres una cornuda" "Señor Juez eres una mierda" "Senador eres un ladrón". No obtendré respuesta. Nadie responderá. Nadie se enojará. Sólo el silencio. Seguiré anónimo hasta el final de los tiempos. No me tendrán en cuenta. En absoluto. Luego dirán: "Es Huguito, el tipo del almacén, está medio loco, déjenlo".

viernes, 27 de febrero de 2009

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Me dijo le dije

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No es amor lo que sientes por mí me dijo. Es amor lo que siento por ti le dije. Lo único que te importa es mi cuerpo me dijo. Para nada le dije. Qué es lo que más te gusta de mí me dijo. Tus largas piernas le dije. Viste que sólo te interesa mi cuerpo me dijo. No mezclemos tu cuerpo con tus piernas le dije. No acabes adentro me dijo.

jueves, 19 de febrero de 2009

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En A1689-zD1 la vida es muy aburrida

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De vez en cuando y como quien no quiere la cosa, es posible avizorar la llegada de algún ovni por Puerto Natales. No sabemos por qué estos seres, a los cuales se les denomina inteligentes, tienen predilección por este pueblo remoto y perdido de Patagonia. No van a Chicago, Tokio o Ámsterdam. Sino que se vienen con camas, petacas y lucecitas parpadeantes a darse una vuelta por el pueblo. Supongamos que estos enanitos verdes -no los imagino de otro color- viven en la galaxia recientemente descubierta y denominada A1689-zD1, que se encuentra a 2200 millones de años luz, viajando a una velocidad de 1100 millones de años luz tardarían un par de hora en darse una vueltita por el pueblo. Ver qué pasa donde Manos Limpias, quién ingresa al Melissa a tomarse una cerveza, y observar en qué anda Spiro Cárdenas. Luego otro par de horas de viaje aburrido y, nuevamente llegar al monótono A1689-zD1, en donde nunca pasa nada.

miércoles, 18 de febrero de 2009

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Consejos para vivir

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La única manera de vivir que tengo es que me haga formidable en mis vicios. Que lleve al paroxismo mis defectos. Que los resalte. Que nadie me aventaje en mis caídas. Yo, obviamente, no te puedo recomendar que sigas mi ruta. ¡Tú haz tu vida! Ya que todo el mundo me dice que sea bueno, que sea magnánimo, que sea modesto, contemplativo, en fin...que sea un buen chico. De esa manera me pueden controlar. Sacar ventajas. Siendo humilde me pueden controlar. Debo bajar la mirada. ¡Cómo les gustaría! Sería formidable. Ellos seguirían viviendo a costa mía. Siempre estaría ubicable. Presto a ofrecerles un café. Un bono, una contribución. Pero no. He de seguir siendo orgulloso. Aún con muletas. Sordo y ciego. Odiar profundamente a los que me odian. Es la miserable posibilidad que me da la vida para contrarrestarlos.

jueves, 12 de febrero de 2009

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Augusto Alvarado: El Guatón Abdala

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(Historia de un represor)


A la memoria de César Oyarzo Vivar

Qué bueno que viniste, cabrito. ¿Cuánto tiempo pasó? ¿31? ¿32? Una punta de años, laputamadre. ¿Qué quien carajos soy? ¿No te acordai? Cuando nos conocimos, hace como cincuenta años, me decían el amordetodas. Algunos, un poco más jóvenes, me conocen como el guatón abdala y los más pendejos me conocen, simplemente, como el huevón de la silla de ruedas. Soy el tom cruise de este pueblo de mierda. ¿Qué? ¿No te acordai de nacido el cuatro de julio? Un pendejo, tom cruise, va a pelear a vietnam como voluntario. Está convencido que va a defender a su país, un estilo de vida, la democracia y la libertad. No le va bien, le meten un par de balazos y vuelve a estados unidos hecho una piltrafa, paralizado de la cintura para abajo. Lo tratan como el culo en un hospital de veteranos y el gil poco a poco va entendiendo que la guerra no es lo que creyó que era. Encima tiene una minita que le comienza a llenar la cabeza de historias contra la guerra. Le empieza a dar al trago y a la droga, va a méxico donde conoce a otros veteranos de guerra hechos mierda. Bueno, tú sabes cabrito, seguramente viste la película, el tom cruise termina siendo un luchador contra la guerra, un defensor de los derechos de las minorías y ahí termina la historia. Por eso digo que soy el tom cruise de este pueblo de mierda porque como ves, cabrito, yo también estoy en una silla de ruedas, no me hirieron en vietnam aunque también tuve mi guerra y quiero contártela capaz que tú cabrito puedes escribir mi historia, o hacer una película, queseyo, tal vez te interesa... Total, no se pierde nada.

(Cuando te ví el otro día caminando por las calles del pueblo después de tantos años me puse contento cabrito, pensé que mi vida otra vez tenía sentido, no me vas a creer, creo que he vivido estos últimos años en esta puta silla de ruedas para esperarte, para contarte, para que sepas, cabrito, que nunca te fallé, para que todos en este pueblo de mierda conozcan la verdadera historia del guatón abdala).

Bueno, como te decía, en algún momento de mi vida me decían el amordetodas. Y a mí me gustaba el apodo porque yo era pintón, ganador, me peinaba con gomina y brillantina, buen bailarín y sobre todas las cosas, un buen deportista. En invierno, que en este pueblo va de abril a septiembre, jugaba al basquet. Cómo hacíamos, no sé. Jugábamos con unas pelotas de cuero enormes, decían que eran número seis, parecían sandías y para picarlas era necesario hacer malabarismos. No había tele, ni cable, ni radios había, ni enebea, ni ligas europeas, nada. Cómo aprendíamos, ya te dije, no sé. Yo tenía mis ventajas, un buen estado físico (en ese tiempo no fumaba ni tomaba), era rápido para las bandejas y tenía buena puntería en lo que ahora llaman tiros de dos puntos. También era bueno para los tiros libres. Con eso bastaba para estar entre los mejores. Y fue más o menos en esa época que te conocí. Porque entrenábamos en el único gimnasio del pueblo y siempre costaba un triunfo juntar diez para hacer por lo menos dos equipos de cinco y practicar como la gente. Y ahí estabas tú, cabrito, con tus amigos, al costado de la cancha esperando que los inviten a jugar. Eran más chicos, diez o doce años menos que nosotros, pero eran empeñosos, no tenían miedo y jugaban bien, por algo se lo pasaban todo el día en el gimnasio. Tenías un lindo lanzamiento, en suspensión le llamaban entonces, tirar al aro con la pelota bien arriba de la cabeza después de tomar impulso y saltar como los dioses. Y la metías seguido, la metías. Fue entonces cuando me encariñé contigo, cabrito, no sé por qué, sería porque no tenía hermanos, ni más chicos ni más grandes, era un amordetodas que estaba muy solo en este mundo. Yo siempre decía, y te juro que no sé por qué, a este campeón lo voy a cuidar, le voy a enseñar los secretos del basquet y los secretos de la vida a este cabrito decía yo.

Después venía la temporada de fútbol y yo también jugaba, cómo no iba a jugar si era todo un atleta, y por supuesto jugaba de arquero, el puesto más difícil, el más arriesgado, solo para valientes. Era bueno y tenía mucha suerte, un culo más grande que una casa decían los muchachos, si yo no la atajaba estaban los postes, el travesaño, alguna pata salvadora de un defensor... Con decirte que un par de temporadas entregué el arco invicto... Pero todas las bellas historias terminan algún día, cabrito, y una vez a los dirigentes del fútbol se les ocurrió traer al colo-colo, el primer equipo profesional que pisaba los potreros del pueblo. Nueve goles me comí cabrito, sin saque, y eso que no vino el chamaco valdés ni el cua-cua hormazábal.

Entonces yo dije que a esta huevá no juego más, ningún arquero, ni siquiera el amordetodas, puede llevar nueve goles sobre sus espaldas, en un solo partido. impunemente. Y colgué los chuteadores, cabrito. Así nomás, de un día para otro y para siempre.

Pero sabes donde me hice famoso, y donde llegué a ganar unos pesos, fue en las peleas, en el box, porque no le tenía miedo a nada y ya te dije, era un atleta de tiempo completo, nada de trago ni cigarrillos.
Claro que no me gustaba pelear con los gallos del pueblo, eran todos conocidos, así que siempre les gané por puntos, nunca noquié a nadie.

Pero que no me trajeran a alguno de otro lado, aunque fuera del pueblo más cercano, los cagaba a tortazos, siempre gané por nocaut y si era argentino, mejor que mejor, porque ahí sí que me salía el indio. Se me inyectaban los ojos de sangre decía un viejo borrachín que escribía en el diario del pueblo. Y fué con un argentino que terminó mi carrera de boxeador, cabrito. Era un mendocino que trabajaba en la mina de carbón, puro músculo el desgraciado, ligero de piernas, rápido con las manos aunque no pegaba fuerte.Tenía una vista de lince el cuyano.

Pactaron una pelea a ocho rounds, no sé por qué, siempre eran a cinco o diez vueltas. Ocho rounds y no pude ponerle ni una sola mano al maricón ése, esquivaba todo cabrito, y cada vez que yo pasaba de largo con mis golpes me mostraba la cara y se reía el muy hijo de puta. Se burlaba del amordetodas en su propia casa, en su propio cuadrilátero.

La gente me apoyó más o menos hasta el cuarto o quinto round, dale guatón me decían los más viejos, pégale en la bodega amordetodas, gritaban los más jóvenes. Hasta la canción nacional tocaba la banda de música del regimiento, que siempre acompañaba las veladas boxísticas como acostumbraba a decir la gente. Y empezó a ocurrir algo extraordinario, creo que a partir del sexto round. Cada vez que yo pasaba de largo con mis gualetazos la gente gritaba ole, ole y aplaudía al mendocino, laputamadre, nunca pensé que podría pasarme algo semejante, fueron los tres últimos rounds que pelié en mi vida cabrito, todavía tengo el ole en mi cabeza y el puto mendocino que se burlaba y la banda que tocaba adiós al séptimo de línea, la cucaracha y los viejos estandartes. Y el cuyano me punteaba y me punteaba, no pegaba fuerte pero me dejo el hocico como una albóndiga y los ojos chiquititos y cuando escuchaba los ole, ole, por primera vez en mi vida de boxeador quise levantar el brazo y abandonar pero el chileno no se rinde mierda y la banda del regimiento tocaba sin muchas ganas la canción de yungay cuando terminó la pelea y yo dije hasta acá llegó tu carrera pugilística amordetodas me dicen al pasar.

Habrá sido porque no me rendí, porque no levanté la mano, porque no aflojé, que un par de días después vino a verme el jefe del regimiento en persona, un coronel, usted es un buen chileno abdala, me dijo, un patriota, y yo vengo a ofrecerle un lugar en el glorioso ejército de o'higgins. Hombres como usted necesita la patria, me dijo, y yo me puse a lagrimear y a hacer pucheros y en ese momento comprendí que la carrera artística del amordetodas se terminaba y que empezaba la verdadera vida del ciudadano chileno germán abdala, en adelante el guatón abdala, de la gloriosa clase del treinta y seis.

Y fue más o menos por ahí, el sesenta y tres o el sesenta y cuatro que te perdí de vista, cabrito. Cuando cambió mi vida en ciento ochenta grados. Un sueldito todos los meses, no era mucho, pero era un sueldito. Un uniforme con los galones de cabo. Las reverencias de los soldados conscriptos, permiso mi cabo, buenos días mi cabo, buenas tardes mi cabo, buenas noches mi cabo, permiso para ir al water mi cabo. No era instructor, era un cabo contratado, un poco más que ellos nada más, pero qué mierda sabían esos conscriptos ignorantes que venían casi todos de chiloé. Trote carrera marrr mierda y los pelados salían disparando. Encima me casé con mi antigua novia, el amor de mi vida. Mientras yo me dedicaba al box, la milonga y el hueveo ella se recibía de profesora en la escuela normal de ancud. ¿Qué más podía pedirle a la vida, cabrito? Sí, tienes razón, siempre hay algo que las caga, la mosca en la sopa, el pelo en la leche. Me integraron a la banda del regimiento, la que tocaba la cucaracha cuando el cuyano me sacaba la lengua. La banda de la noche
triste. ¿Sabes para tocar qué, cabrito? Los platillos, la puta madre que los parió. ¿Puede haber algo más degradante, digo yo, que tocar los platillos en una banda? Aunque pensándolo bien hay algo peor, tocar el bombo. Y cuando el colifato villegas estaba de vacaciones o se enfermaba me mandaban a tocar el bombo carajo, eso sí que era degradante, cargando la mole esa por las calles los domingos en la plaza, transpirando como un energúmeno. Y las retretas vespertinas y los actos escolares y las autoridades militares que nos visitaban y las autoridades civiles que también nos visitaban y yo dale que dale con el bombo y los platillos meta que la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión carajo.

Después dejé de hacer deportes y me puse a tomar como un infeliz y a comer como un chancho y a fumar como una luciérnaga y me empezó a crecer una guata descomunal, una guata que no nacía debajo de las tetillas como todas las guatas, la mía comenzaba en la base del cuello, era todo un tronco prominente y de ahí, como te imaginarás cabrito, empecé a ser definitivamente el guatón abdala, el chancho abdala, el charchetudo abdala.

Aunque cada día me gustaba menos la huevada esa de ser milico, cabrito. Pelar papas en la cocina, limpiar la bosta en las caballerizas, hacer uno que otro mandado, ensayar y ensayar las mismas putas marchas todos los días. Comer, cagar y dormir era la consigna. Paciencia guatoncito me decía mi mujer, ya vendrán tiempos mejores. La patria espera todo de ustedes nos arengaba el coronel todos los domingos mientras nosotros, los pelotudos de la banda,
tocábamos una y otra vez el himno nacional puro chile es tu cielo azulado mierda puras brisas te cruzan también.

Y de repente todo cambió, cabrito, de la noche a la mañana, tenía razón mi mujercita querida, por algo había estudiado la flaquita. Un martes de septiembre del setenta y tres nos levantaron a los gritos a las tres de la mañana, arriba los soldados de la patria carajo, nos vamos a tomar el pueblo porque a partir de hoy vamos a ser gobierno, se acabó la tiranía viva chile mierda. Abdala, villegas y tres soldados con el teniente márquez a un jeep armados hasta los dientes ordenaba el capitán piluso, los demás arriba de los camiones en cinco minutos y viva la patria mierda.

Llegamos al pueblo a las cinco o seis de la mañana, estaba oscuro y hacía mucho frío. Creo que había nevado y todo, en septiembre, cabrito. Toda la plaza estaba rodeada de camiones, jeeps, soldados en los techos, todos apuntando al edificio de la gobernación y a los principales edificios públicos. Gritos, órdenes, nerviosismo, puede haber resistencia armada nos había dicho mi coronel cuando arengó a las tropas en el regimiento. Pero no pasaba nada, todo tranquilo en el pueblo, abdala y villegas consigan un tacho vacío de doscientos litros y hagan fuego nos dijo piluso, tres soldados conmigo a la municipalidad agregó y al rato empezaron a bajar con libros, libros y más libros de la biblioteca municipal, vayan quemando toda esta mierda dijo piluso y yo con el colifato villegas meta quemar carajo, libros chicos, medianos, gordos, enciclopedias, diarios, mapas, lo que cayera viejo y como las ocho de la mañana apareció una flaquita de rulos que era la bibliotecaria, bastante buena la flaquita, y nos empezó a gritar, cavernarios, decía, el pensamiento no se multa ni se encarcela, pero lo estamos quemando le dije yo, y apareció mi suboficial mayor morales, el perro le decían, y le encajó una reverenda patada en el culo a la flaquita y no te quiero ver más por acá le dijo, te fuiste y la flaquita de rulos se fue llorando y nunca más la volví a ver. El colifato villegas sabía de libros y les decía a los soldaditos tráiganme uno de neruda muchachos y si encuentran alguno de gabriela mistral también, arden lindo esos libros porque están hechos con papel de arroz y salen unas llamas azules decía el colifato como poseído y fíjense si encuentran algo de garcía márquez, si es de la editorial sudamericana, mejor, les gritaba mientras los soldaditos subían y subían las escaleras y volvían cargados de libros.

Y a la noche nos mandó a buscar mi coronel gallardo, que era el nuevo gobernador, al colifato villegas, al suboficial morales y a mí. Éramos los únicos del regimiento que estábamos presentes, todos los demás eran oficiales o suboficiales de afuera, de inteligencia militar según nos dijeron, el que más hablaba era un mayor de apellido ruiz, tenemos el control del país nos dijo, el presidente socialista se suicidó, estaba borracho, agregó, pero ahora comienza la tarea más difícil, nuestros informes de inteligencia dicen que todo chile es un arsenal, de arica a magallanes, hay armas rusas, checoslovacas, cubanas, armas por todas partes y nuestra misión, soldados, es encontrarlas, busquen, interroguen, olfateen, escuchen, las armas tienen que aparecer ahora porque los enemigos algún día las usarán contra la patria. Por eso los hemos convocado, soldados, porque su hoja de servicios es brillante y ustedes son valientes y
patriotas como buenos chilenos. Así que a trabajar muchachos y viva la patria. Y ahí nomás me ascendieron a sargento, galones nuevos, uniforme nuevo, de camuflaje le llamaban, y armas nuevas, y sobre todo, lo más importante cabrito, carta blanca, chipe libre, todo el poder para el guatón abdala y sus amigos de la inteligencia militar.

Instalamos nuestro cuartel general en un edificio de dos pisos medio abandonado de la cruz roja y empezamos los interrogatorios cabrito, nunca en mi vida trabajé tanto como en esos primeros tiempos de nuestro gobierno militar. Casi no dormíamos, no aparecía por mi casa, a veces la flaquita me traía comida aunque más que nada le dábamos al trago, wiski y pisco tomábamos ahora porque teníamos que estar siempre despiertos, al pie del cañon decía mi mayor ruiz, con los enemigos de la patria nunca se sabía, en cualquier momento podía saltar la liebre. Le sacamos la cresta a medio mundo, jóvenes, viejos, solteros, casados, estudiantes, campesinos, obreros, maestros y las armas no aparecían laputamadrequelosparió.

Y ahora viene la parte que siempre te quise contar, por la que te esperé tanto tiempo, siempre dije, el cabrito tiene que conocer esta parte de la historia. Un día el mayor ruiz nos dijo que en la comisaría de carabineros estaba detenido un huevón peligroso, ése estudió en la universidad, dijo, ése sí que sabe de armas, cáguenlo a palos, tirenlo al mar, métanle corriente hasta por el culo, sáquenle información como sea. Y fuimos con el colifato y el perro morales,
contentos porque ya estábamos enviciados con eso de pegarle a la gente y además siempre era más fácil pegarle a un huevón de afuera, como en mi época de boxeador. Entramos al calabozo de los carabineros y gritamos ¡mirando a la pared y las manos atrás carajo! y el huevón no se movía, era un ovillo en el piso y ahí nos dimos cuenta que los pacos o los tiras habían empezado la tarea, querían ellos ganarse los galones, el huevón no se podía ni parar, estaba además cagado de frío, tiritaba aunque tal vez era de miedo. Tuvimos que pararlo y afirmarlo contra la pared para vendarle los ojos y atarle las manos por detrás, era el procedimiento de rutina, cabrito, y ahí nomás empecé a tiritar yo, me temblequeaban las piernas, las manos y las carretillas porque fuí descubriendo que eras tú cabrito, detrás de la mancha negra de esa cara llena de golpes estaban tus ojos cabrito y dije guatón tienes que cumplir con tu promesa al cabrito no le vas a pegar, ya tiene suficiente y llamé al paco que estaba de guardia y le dije quién carajos autorizó que golpeen a este hombre y el paco se cagó todo y dijo fueron los tiras mi sargento y dije a este hombre hay que llevarlo al hospital porque se puede morir en cualquier momento y el paco dijo sí mi sargento y ahí nomás llamó a una ambulancia y vino un médico y dijo sí lo vamos a internar y te llevaron cabrito te tuvieron como quince días en el hospital y la sacaste barata campeón porque después te sacaron del pueblo y te mandaron al pudeto y después a isla dawson y después te mandaron a rancagua y después te fuiste a la argentina cabrito y ahora volviste y yo el guatoncito abdala te cuento esta historia porque fuí un hijo de puta cabrito con mucha gente pero contigo no cabrito, contigo no, porque el guatón abdala tiene palabra y tiene corazón cabrito y a tí nunca te pegué ni permití que ningún hijo de puta, ni el colifato ni el maldito perro morales te toquen, cabrito, porque contigo no cabrito, contigo no.

Y ahora, ya ves, estoy en silla de ruedas cabrito. Hace un par de años me empecé a sentir mal, me costaba un huevo y el otro caminar, no sentía las piernas y la flaquita me llevó al hospital y el médico me dijo estás cagado guatón, casi no llega sangre a tus piernas, mucho trago y mucho cigarrillo guatón, mucha grasa en tu sangre, te vamos a tener que cortar las piernas porque si no te vas a morir muy pronto guatón me dijo el médico y me las cortaron nomás, justo debajo de las criadillas, la pichula la uso para mear nomás, no se te vaya a ocurrir ir al hospital en este pueblo de mierda cabrito, aquí te cortan las piernas por cualquier cosa, seguro que tenemos el record mundial de huevones sin piernas y aquí estoy cabrito, en esta puta silla de ruedas, como el tom cruise, mi mujer me saca a pasear, me lleva a hacer las compras, claro que no dejan entrar en silla de ruedas a los supermercados así que me deja afuera, atadito como un perro, porque los pendejos de mierda, seguro que los hijos o nietos de los enemigos de la patria, me molestan, me tiran piedras, me dicen guatón culiao, métete el bombo en el culo me dicen y yo estoy solo cabrito, al colifato villegas lo mataron en un quilombo y el perro morales se murió solo como un perro y yo me voy a morir en esta puta silla de ruedas pero hoy estoy contento cabrito porque te ví después de tantos años ¿30? ¿32? y te conté mi historia y capaz que tú la escribes cabrito o haces una película y todo el mundo va a conocer la verdadera historia del guatón abdala, el amordetodasmedicenalpasar, el huevón de la silla de ruedas, el milico hijo de puta que cagó a medio mundo pero que cumplió su promesa y nunca te tocó cabrito, jamás cabrito, contigo nunca cabrito ...

lunes, 2 de febrero de 2009

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¿Sabes tú quién fue Vicente Huidobro?

1 comentarios
completamente borracha estaba la ninfa/cuando entró a mi biblioteca/estaba completamente borracha/ vio muchos libros en la biblioteca/era una biblioteca/era mí biblioteca/y quiso sorprenderme la ninfa/me dijo que me iba a hacer una pregunta/y me preguntó la ninfa ¿sabes tú quién fue vicente huidobro?/le dije que no sabía/viste que te pillé me dijo la ninfa/fue un poeta chileno dijo la ninfa borracha/tú que tienes tantos libros/y no sabes quién fue vicente huidobro/entonces le pregunté/ ¿sabes quién es hugo vera miranda?/debe ser algún huevón culiao dijo la ninfa/no dejaba de tener razón/y seguimos tomando.

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