Un amigo del alma

Siempre te los encuentras. Imposible eludirlos. Vas por la calle pensando –por ejemplo- en un poema de Tagore y de repente; detrás de un árbol, de un semáforo, de un rapaz que vende el diario, se presenta Él. El Gran Pegote. El tipo al que nunca quieres encontrar. El Gran Pelmazo. El maldito inoportuno que habla sin ton ni son sobre los tópicos más variados. Y te habla y te habla y te habla. Sobre la cesantía. El mal gobierno. El mal de Parkinson. El ganador del Loto. Su tía Eduviges. La guerra de Irak. La extinción del koala o la desprotección que vive en su barrio. Y te acompaña. Con su cháchara insustancial te acompaña. Por donde vayas te sigue, te acompaña. El trabaja de pegote. De pelmazo. De inoportuno. Tiene todo el tiempo del mundo para hincharte las pelotas. A ti y a todo el mundo. Trabaja de eso. Luego; cuando por fin has logrado que se despegue, te dice: “Otro día seguimos hablando".

Helado de Coco

Te cuento me dice la Lydia: “Una vez Helado de Coco empezó a faenar en su casa animales que no eran suyos. Eran robados. Prácticamente su casa era una carnicería. Un día llegaron los detectives y Helado de Coco estaba lo más campante vendiendo carne. Entonces le dice a los tiras que esperaran un poco. Que alcanzaba para todos y que ya los iba a atender”. Le digo que está muy buena la historia. Me pregunta si yo sigo escribiendo, si publiqué algo. Le digo que no. Que lástima me dice. Podrías haber escrito esta historia.

Predicción

Murió ayer la vecina Marta de la calle Libertad. Tenía 106 años. La longeva más longeva de la comarca. Su hija en el velorio, comentaba que su último deseo era que para su cumpleaños estuviera rodeada de toda su familia. Lo estuvo. Murió ayer, el día de su cumpleaños.

El tipo de la Distribuidora

La verdad que el tipo de La Distribuidora es muy atento. Traje impecable y educado. Todo lo educado que se puede ser en Chile. Un país en que la educación hace agua por los cuatro costados. Lo que pasa es que el tipo de La Distribuidora es muy atento. Pregunta por la salud de mi abuela, de mi hijo y mía. Cómo le va Don Hugo dice el tipo. Cómo está su abuela dice el tipo. Cómo está su hijo dice el tipo. Luego cobra, toma el pedido y se va. Y uno piensa que al tipo de La Distribuidora no le interesa un carajo ni tu abuela, ni tu hijo, ni yo. Maldito chingón de La Distribuidora, no me interesa ni tu abuela, ni tu hijo, ni tú.

Cosas de niños

Aunque me gusta ser chico -dice mi hijo- debe ser emocionante estudiar, recibirse, tener una familia, hijos, una casa, auto, salir de vacaciones, viajar a Europa, en fin, tantas cosas... o sea hacer todo aquello que tú no hiciste. Yo lo miro y le digo que se vaya a dormir, que mañana hay que levantarse temprano.