La Delfina Paredes

-Buenas tardes doña Delfina.
-Buenas tardes hijo.
-Me da un kilo de maíz.
-Como no… son $220 pesos.
-El jueves le cobró a mi papá 200, el lunes a mi mamá 180 y hoy usted me cobra 220.
- ¿Y eso qué tiene que ver?

FELIZ NAVIDAD

El tipo entra muy excitado al almacén y me pregunta:
- Nano, ¿Qué día estamos hoy?
- Domingo 25 de diciembre del 2005, navidad.
- Putas, eso le decía yo al Juan y el dale que dale con que era martes, por eso yo le dije, mejor preguntémosle a nano a ver qué día estamos hoy.

MARIO BARAHONA SALDÍAS

Cuando la locura sale al balcón... en familia.

Séptimo piso
séptimo infierno, en pleno centro
en la ciudad de los lamentos,
profesionales, y la pequeña
testigo y víctima
ajena a las risas y los juegos
y al futuro en el planeta
comienza su regreso
y para ella se detiene el tiempo
y el horror de su mirada
atrapa la eternidad
por un momento.

Sexto piso
ya nada cuenta
ni cumpleaños, ni villancicos
ni leyes de protección
oraciones
instituciones
ni la Michel, femenina
como ella, que huye lejos del balcón
a ver si llega
a la presidencia del país,
el mismo
que la empujó al vacío
usando los brazos de su padre
la impotencia de su madre
el espasmo de los curiosos
y el asombro del niño
que la ve volar desde su ventana
como en las películas de Harry
pero sin escoba ni una varita
en su manita agarrotada.

Quinto piso
y recuerda que aprendió a sumar
y restar
y correr tras las mariposas
entre los pinos de Hualqui, buscar lombrices
en la tierra húmeda
le fascinaba
y vestirse como señorita
la hacía sentir rara,
mientras su madre teme despertar
de la pesadilla que escribió
junto al sujeto asesino
que a nombre de todos aquellos machitos
que asustan, golpean, violan y
mutilan la inocencia,
hará uso de la cobardía
o la demencia
para escapar de sí mismo
y la sociedad,
que sólo niega con la cabeza
y construye más cárceles.

Cuarto piso
mi niña...
ya vamos casi en la mitad
ten paciencia
perdona
que esto pronto acabará
y no imaginas cuanto
quisiera...
no
no lo imaginas
tomar yo tu lugar
yo y todos aquellos malditos
para que regreses por tus juegos
para que ilumines la Esperanza
para que seas la próxima presidenta
de nuestro país,
o al menos la primera dama
o una sencilla y suave enfermera
o navegante
o astronauta
o ramera si quisieras
o una madre orgullosa
o la doctorcita del consultorio
o la que vende pan calentito
o la ropa interior bonita en el mall
o como Santa Teresita
o quien descubra como regresar al planeta
hasta antes que le subiera la fiebre
y se pusiera a llorar.

Tercer piso
y sé que no sufrirás más...
¿también habías aprendido a rezar?
¿el Padre Nuestro?
ya
¿quieres perdonar?
bueno, es tu opción, linda-linda
¿eh?
¿el viento en tu rostro?
si, una maravilla, y juega
con tu cabello, y la lluvia
sobre la tierra,
y agita los globos del cumpleaños
¿chocolates?
me haces reír
(y quiero puro llorar)
seguro que te esperan con ellos
y más...
mucho más, ¿sí?
que si, que si
también estarán ellos
¿qué ya los ves?
¿están hechos de luz?
¿dónde?
¿y sonríen?... ya
por la noche ven a mis sueños
y me hablaras de ellos.

Segundo piso
pavimento frío espera
fin del camino, preciosa, y
tu verdadero vuelo
comienza,
allí quedará esta vil materia
ahora ya puedes volar como el pensamiento
y no te preocupes por los papis
ellos son grandes,
pero tú, lo eres infinitamente más, chiquitita.

Primer piso ...
que usó el pobre infeliz
para romper algo
dentro de mí...
y condenarme a seguir aquí.

Cloro

Lo que pasa mire es que a una de chiquita le enseñaron en su casa todo lo que una aprendió. Por eso yo cloro, cloro y más cloro. Yo todos los días lo uso. Mi casa tiene que estar impecable y con olor a cloro. Yo no voy a cualquier baño y me siento, no. Aunque ese baño sea del presidente, una nunca sabe quién se sentó allí, por eso yo de paradita no más. Yo siempre le digo a mis hijos, "oigan, ustedes no vayan y se sienten en cualquier parte", porque una nunca sabe, ¿me entiende? Yo recuerdo que mi madre siempre me decía: "hija, tú siempre échale siempre cloro a tu casa". Si yo hasta la ensalada de lechuga le echo cloro, ¿usted sabía que a las lechugas hay que echarle unas gotitas de cloro? Claro, si las lechugas las traen del norte y usted ni se imagina las porquerías con las que riegan allá las lechugas. ¿O usted cree que a las lechugas allá las riegan con agua potable como acá? Para nada, con puras aguas servidas señor, esa gente del norte es muy cochina señor. Creo que usted estará de acuerdo conmigo en lo que yo le digo, sobre el cloro. Ayer tuve que ir al hospital, usted no se imagina la inmundicia que hay allá. Y una falta de cloro señor, una falta tremenda, yo no sé cómo no limpian digo yo. También en el colegio donde va mi hija, pero yo ya reclamé y le dije al director: "Ya que hacemos tantos bingos y tanta cosa para el colegio, por qué también no compramos cloro entre todos los apoderados". Usted sabe que el cloro es barato y bien podría uno comprar 5 litros de cloro por apoderado pero que el colegio esté limpio. ¿Y vio usted cómo está la juventud hoy en día? ¿Cómo sale a las calles con toda esa ropa? Ya los pacos no saben qué hacer. Ayer 5 cabros borrachos apedrearon el jardín infantil donde va manolito, y eso lo hacen de puros malos que son no más. Es que fíjese ya no hay control para nada de los padres para con los hijos. Perdone; con la conversación, me olvidé qué vine a comprar.
-¿Cloro?
-¡Claro; cloro!

EL SOBRINO

Embebido en alcohol solo atinaba a repetir la misma cantinela que por años venía repitiendo; "Tú te acostaste con tu sobrino". Años y años de lo mismo, borrachera tras borrachera, el beodo una y otra vez, acusaba a su mujer, -una señora ya mayor- de un pecado inexistente. Porque el adorador de Baco en sus momentos de rara lucidez oficiaba de padre ejemplar, maestro de escuela, e integrante de la Compañía de Jesús. Luego, una y otra vez, el tú te acostaste con tu sobrino. Su mujer, que había pasado de un padre machista y autoritario, y había recalado en un esposo machista y autoritario, estaba superada, desesperada. No podía soportar aquella situación. No merecía aquel trato vejatorio, que le endilgaba su consorte. Ella jamás le dio pábulo como para que él dudara de su integridad inmaculada. No podía seguir soportando aquella ignominia, no estaba para el descaro y la vergüenza. Nadie podría decir algo semejante. No soportó más. Es que nadie podría hacerlo. Y el tipo seguía; "Tú te acostaste con tu sobrino". Una y otra vez, mil veces. Y un día de julio tomó la determinación. Mató a su sobrino.

NADA

- Bueno y al final que ¿pasó entre ustedes?
- Nada, que ella me mandó un correo diciéndome "tengo una historia con fulano de tal".
- ¿Y tú que hiciste?
- Nada, fui al buscador de Google para enterarme quién era "fulano de tal", ya que me lo dijo con un tonito como si "fulano de tal" fuera un personaje a quien yo tendría que conocer.
- ¿Y?
- Nada, decía "fulano de tal ganó el tercer lugar del Concurso del Ombligo Bifronte, fulano de tal finalista del Festival de Las Peras del Huaso, fulano de tal 3º lugar de Una canción para la Reina. En fin; nada importante, al final nadie es tan importante como uno cree.
- ¿Y luego que pasó?
- Nada, inmediatamente la saqué de mis contactos de mi listado de msn y me fui a hacer el amor con Pamela.
- Pero no entiendo; ella fue el gran amor de tu vida.
- Nada.