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la mayoria de los ministros no quiso asistir

Moyano y el Gobierno sobreactuaron ayer la tensa calma antes de octubre

La Presidenta envió una carta que no hacía una sola mención al líder gremial ni a la CGT. Moyano tomó su ausencia como “un desplante”. “La agenda hay que respetarla”, dijo.

Por Emilia Delfino / Mariano Confalonieri

Una gigantografía de Néstor Kirchner junto al escudo de la CGT era el telón de fondo del escenario que usó ayer Hugo Moyano para encabezar el acto del Día del Trabajo. A los costados colgaban las imágenes de Perón y Evita. Pero no había ni una sola foto de Cristina Fernández.

La jefa de Estado compensó su ausencia con una carta, escrita de puño y letra mientras volaba el miércoles a Río Gallegos, en la que reivindicó el modelo pero no hizo ninguna mención al líder de los trabajadores.

El acto fue un fiel reflejo de la relación ambivalente que mantiene Cristina con Moyano desde la muerte de Néstor Kirchner (ver página 8). Hace siete meses el ex presidente y la mandataria acompañaron al sindicalista en un acto multitudinario en River, junto a ministros y funcionarios. Esta vez, aunque no tenía problemas de agenda, CFK decidió no ir (argumentó que era el aniversario de la muerte de su marido, aunque había sido dos días antes; ese mismo día, incluso, participó de una cadena nacional). Bajó la orden al gabinete para que estuviera en pleno en señal de apoyo. También le pidió al gobernador Daniel Scioli que se subiera al escenario. Fuentes del Gobierno nacional le confirmaron a PERFIL que la mayoría de los ministros no quería ir al acto. Tampoco Scioli. “El gobernador confirmó a última hora que iba”, explicaron. Los únicos que iban seguro eran los de Planificación, Julio De Vido, y Amado Boudou, de Economía, los principales sostenes de Hugo Moyano hoy adentro del Ejecutivo.

“Quiero agradecerle profundamente a la compañera Cristina Fernández de Kirchner. Ella me había anticipado hace algunos días que le iba a ser muy difícil estar presente”, se atajó Moyano desde el atril. Al instante, pasó a recordar los logros de la gestión de Néstor.

Cuando el líder de la CGT se enteró de que la jefa de Estado no iba a acompañarlo se comunicó con el ministro de Planificación, Julio De Vido: “Para mí, esto es un desplante”, le tiró. “No es un desplante, Hugo, va a estar todo el gabinete”, le contestó el ministro. Pero a Moyano eso no lo conformó. “La agenda hay que respetarla. Hace dos meses que se sabe que el acto iba a ser el 29”, le retrucó. La ausencia de Cristina fue el resultado de roces constantes entre el oficialismo y el sindicalista.(ver página 3).

Ambiguo. Frente a las cámaras no mostraron diferencias, pero se notaron los cortocircuitos. Moyano resaltó la recuperación de paritarias durante la era kirchnerista, la disminución de la deuda externa, la reestatización de las jubilaciones y la asignación universal por hijo y para embarazadas (“es una medida revolucionaria”, dijo), pero matizó los elogios con dos reclamos. La incorporación de candidatos gremialistas en las listas y la aprobación del proyecto de ley para la distribución de las ganancias. “Así vamos a poder llegar al fifty-fifty, del que nos hablaba Perón”, lanzó.

Se guardó un anuncio para el final. Dijo que Cristina Kirchner los convocó para el lunes a la CGT para avanzar en un pacto social con la Unión Industrial. El líder de la central levantó desde el atril dos caballitos de batalla del Gobierno. Le pegó a la oposición que acusa que por Cristina el país está aislado del mundo. “No sé donde viven estos muchachos ¿en un submarino? Quieren que volvamos a las políticas de los ‘90. Que no nos vendan pececitos de colores ni nos vengan con la revolución productiva y el salariazo”, advirtió. Y después cargó, muy duro, contra el Grupo Clarín. Acusó a sus directivos de haber hecho negocios “con la dictadura”. “Hicieron una de las estafas más grandes de la historia, como Papel Prensa”, agregó. La estocada final vino con un tema sensible para Clarín: “Todavía no respondieron ante la Justicia por la apropiación de esos dos chicos (en alusión a los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble)”.

Antes del acto, el sindicalista se reunió con los ministros, el gobernador Daniel Scioli, y secretarios de Estado en la sede del sindicato de Acara, a dos cuadras del escenario. Estuvo allí 20 minutos junto a sus hijos Pablo y Facundo, también gremialistas.

A la entrada al acto hubo algunos incidentes con los custodios de Moyano, pero no pasaron a mayores.

Sigue

Cargos, subsidios, justicia, poder y modelo, en dispusta

* Abrir el juego. La participación política de los moyanistas es uno de los puntos de tensión con el Gobierno. El líder de la CGT, Hugo Moyano, consiguió que lo nombraran presidente del PJ bonaerense, a pesar de la resistencia de la mayoría de los intendentes del Conurbano, y es segundo en la conducción del partido a nivel nacional. Ayer, Moyano fue tibio al pedir lugares en las listas para las elecciones de octubre. En la intimidad, la ambición de los dirigentes sindicales por lograr el histórico 33 por ciento de los puestos en las listas del PJ no se condice con lo que expresó ayer en su discurso. Algunos incluso sueñan con un vicepresidente de “extracción gremial” y al lado de Moyano también hablan de mayor participación en cargos ejecutivos.

* Expedientes. La Subsecretaría de Transporte Automotor de Cargas, al mando del dirigente camionero Jorge “Gallego” González, es actualmente uno de los espejos más claros sobre la relación Moyano-Gobierno. En esa área, donde el líder de la CGT solía reinar y digitar así las políticas del transporte de cargas, desde hace seis meses, el Ministerio de Planificación tiene congelados más de 200 permisos de cargas. Desde el departamento de Legales, el poderoso Rafael Llorens le niega la firma a cada expediente enviado por los moyanistas. Los permisos de cargas son fundamentales para el sindicato de Camioneros. Cuantos más permisos se aprueban, más camiones circulan por las rutas, más camioneros se afilian, más crece la actividad.

* Causas judiciales. Desde que la Justicia federal lo tiene en la mira, Moyano ve la mano del Gobierno intentando debilitarlo. El súmum de la tensión fue cuando se conoció el exhorto enviado por los suizos, vinculando al camionero con la empresa de recolección de residuos Covelia, la “favorita” del camionero. Moyano cree que Cancillería podría haberlo advertido o incluso disminuido el impacto del golpe.

* Subsidios en rojo. Desde hace un año, el Gobierno no distribuye el Refop. Ese subsidio fue un logro de Moyano, mediante el cual consiguió que las empresas de transporte afilien a la totalidad de sus trabajadores a Camioneros a cambio de que el Estado les devuelva parte de las cargas patronales. Así se garantizó su imperio de afiliados.

* Profundizar o cuidar el modelo. Mientras la Presidenta pide “cuidar el modelo” y bajar el tono de los reclamos salariales, Moyano y sus aliados buscan más avances que profundicen el modelo que apoyan desde 2003. La CGT quiere otra suba del piso del mínimo no imponible en el Impuesto a las Ganancia ya que considera “insuficiente” la última modificación. También, como dijo el camionero ayer, reclama una ley para exigir a las empresas que repartan las ganancias entre los trabajadores, y quiere que se lleve adelante el Pacto

Social suspendido desde hace dos años.

Edición Impresa

Sábado 30 de abril de 2011
Año VI Nº 0568
Buenos Aires, Argentina