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la casa real busca relanzar su imagen

Cómo construir una nueva Lady Di: una cuestión de Estado

El próximo viernes, Guillermo se casará con Kate Middleton. Las estrategias que implementó la Corona británica para controlar a la futura princesa de Gales.

Por Leonardo Boix desde Londres

A imagen y semejanza. Middleton desanda los pasos de su antecesora. La Casa Real busca aumentar su popularidad de la mano de la joven pareja.

Cuando la joven Kate Middleton dé el sí el próximo viernes en la medieval Abadía de Westminster ante el príncipe Guillermo de Inglaterra, habrá ingresado para siempre en la “Firma” (The Firm), como se llama con ironía a la Realeza británica. Dará un paso que la catapultará a un mundo de atención y presiones constantes de los medios y la población, como ocurrió en el pasado con la fallecida Lady Di.

Por eso, la reina Isabel II está determinada a que Kate, de 29 años, no termine como la malograda princesa de Gales. Se encargó personalmente de aconsejar a la joven para que asista a sesiones semanales con una psicóloga allegada a la Corona, quien la prepara para las dificultades que vendrán luego de la boda.

La Casa Real también se ha encargado de crear una imagen positiva de Middleton, ordenándole no dar entrevistas con la prensa, reducir al mínimo sus salidas nocturnas y paseos públicos y cuidar a toda hora su aspecto físico.

Clarence House, la residencia real del príncipe Carlos en Londres, destinó a un equipo de expertos que se dedica exclusivamente a la imagen de Kate, desde los vestidos y peinados que luce en público hasta los sitios que visita acompañada por su guardia personal de seguridad.

La joven es vista por la mayoría de los británicos como el mejor ejemplo de los nuevos aires que soplan en las viejas monarquías europeas: es atractiva, profesional y tiene origen plebeyo. La realeza espera que la llegada de Middleton refresque la alicaída imagen de la Corona, plagada de escándalos y polémicas, amoríos y divorcios.

De hecho, el 59% de los británicos prefiere que William y Kate sucedan en el trono a la reina Isabel por delante del príncipe Carlos, de acuerdo con un sondeo publicado recientemente por el dominical Sunday Times.

Middleton nació el 9 de enero de 1982 en el seno de una familia de clase media adinerada, pero sin relación con el círculo aristocrático cercano a los Windsor. Su padre, Michael, trabajó como piloto de una aerolínea y su madre, Carole, fue azafata, antes de que ambos iniciaran una empresa de regalos por correo, que actualmente les retribuye ingresos millonarios.

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La futura princesa estudió en la prestigiosa Universidad de Saint Andrews, en Escocia, donde conoció en 2001 a William. El largo noviazgo de la pareja hizo que la prensa británica la llamara waity Kate (Paciente Kate); esperó diez años a que su hombre le ofreciera casamiento. Para la realeza fue toda una novedad que el príncipe viviera con una mujer antes de contraer matrimonio.

“Hasta este momento, los herederos del trono británico se habían casado con mujeres pertenecientes, si no a la realeza, por lo menos a la nobleza”’, explicó el español José Luis Sampedro, experto en monarquías. “Middleton es de una familia de clase media venida a más, pero que no tiene contactos aristocráticos”, agregó.

La cercanía de la boda y el sofocante seguimiento de los paparazzi habrían hecho que Kate perdiera varios kilos, algo que alarmó a la Casa Real. La misma Isabel II le pidió a la joven que subiera algo de peso, ya que su imagen tiene una gran influencia en jóvenes y adolescentes. A pesar de ello, a Kate se la vio muy delgada en los últimos días. Y preocupa que pueda tener un desorden alimenticio como ya lo tuvo en su día la princesa Diana, que perdió cintura en exceso, de 29 a 23 centímetros, en los meses previos a la boda real.

Muchos temen que la delgadez de la futura princesa se deba a la presión de los medios, que ya fueron acusados formalmente en 2007 de seguirla “como lobos” fuera de su apartamento en Londres, en hechos que fueron comparados a la obsesión de la prensa por Diana, fallecida en septiembre de 1997, en París, tras un accidente automovilístico cuando era perseguida por un paparazzi. Un reciente sondeo de la consultora YouGov indicó que las británicas no envidian la vida que tendrá Kate, a pesar del lujo que llevará tras el casamiento. El 86% dijo que no quisiera estar en la piel de la novia de William, principalmente, por que ya no podrá llevar jamás una vida “normal”.

“La mayoría de las mujeres se dan cuenta de que Catherine tiene una responsabilidad enorme frente a ella, además de enfrentar un escrutinio constante de los medios”, comentó a PERFIL Carla Bevan, editora de la revista MyDaily. “La población sabe perfectamente que su vida no será en absoluto un cuento de hadas”, sentenció. Más allá de los desafíos, las autoridades británicas trabajan contrarreloj para que la boda del viernes sea un evento sin precedentes. Todo está listo para el gran acontecimiento histórico, con el que la Corona sueña refrescar su imagen.

Edición Impresa

Domingo 24 de abril de 2011
Año VI Nº 0567
Buenos Aires, Argentina