La memoria meteorológica es demasiado frágil

Entrevista a Ricardo García Herrera, presidente de la Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet), afirma que intentan mejorar cada día, pero sabiendo que en la predicción «nadie puede ser infalible». 

Hasta que en febrero pasado fue nombrado presidente de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ricardo García Herrera (Valladolid, 1958) compaginaba su tarea docente en la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense con la investigación, buceando en registros y archivos en busca de «pistas» sobre el clima pasado. Hoy tiene a su cargo a los «hombres del tiempo», que en un escenario de mayor frecuencia de fenómenos extremos se enfrentan al reto de minimizar con sus avisos la vulnerabilidad de la sociedad.

Pregunta. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha dicho que 2010 estará entre los tres años más calurosos. ¿Qué datos hay para España?
Respuesta. Los avances que tenemos indican que octubre y noviembre han sido más fríos de lo habitual, tenemos una anomalía positiva inferior a medio grado, así que seguramente no vamos a estar en la tendencia que predice la OMM a nivel global. Lo que hay que tener en cuenta es que los valores globales de este año están condicionados por la ola de calor de Rusia, que fue mucho más extensa e intensa que la ola de calor de 2003.

P. Hasta ahora los científicos se cuidaban de relacionar fenómenos adversos concretos con el cambio climático. Pero la OMM sorprendió en agosto diciendo que los episodios extremos del verano no tenían precedentes y los relacionó con el cambio climático. ¿Qué ha cambiado?
R. Creo que la OMM está muy condicionada por la intensidad de esa ola de calor, que realmente no tiene precedentes y que es claramente compatible con lo que dicen los modelos. A pesar de este extremo, tenemos que huir de asociar la ocurrencia de un evento individual con el cambio climático, porque la evidencia de este fenómeno se obtiene con un proceso similar al que se usa cuando uno quiere saber que los dados están trucados. Tiras y repites muchas veces y es en la serie cuando compruebas cómo están cambiando las cosas. A mí me dice más como evidencia de cambio climático que los años más cálidos registrados hayan sido en esta última década, y no un año o un verano particular. Desde la agencia vamos a seguir trabajando igual: por un lado, advertir a corto plazo pero, por otro, recordar que como dicen las proyecciones vamos hacia escenarios donde la temperatura va a aumentar.

P. ¿Pero podemos decir que estos fenómenos extremos están ocurriendo con mayor frecuencia?
R. Sí, claro. Por ejemplo, que haya habido esas dos olas de calor en Europa tan seguidas (2003 y 2010) y con esa intensidad es algo que no se había registrado. Todas las evidencias van en la misma dirección, por tanto, lo que no hay que hacer es aferrarse a una porque aparentemente no vaya en el mismo sentido. El cambio climático es un proceso complicado de detectar y no hay que dejarse llevar por falsas percepciones poco fiables.

P. ¿Hay poca memoria «histórica» en meteorología o es que nos hemos relajado porque los años anteriores han sido más cálidos?
R. El otro día leía un estudio realizado en Estados Unidos, donde han visto que la memoria colectiva de los grandes huracanes no permanece más allá de los siete años. La memoria es muy frágil, no podemos querer contrastar las evidencias que nos dan nuestras redes de instrumentación, los datos paleoclimáticos, etc. con una percepción. Pero es una combinación de cosas. Nunca ha habido más información sobre meteorología que ahora y eso hace que nuestra percepción cambie y que pensemos que ahora pasan cosas que antes no pasaban.

P. ¿Está funcionando bien el sistema de alertas? ¿La sociedad empieza a ser consciente de que es vulnerable y que hay que tomar en serio lo que dice el «hombre del tiempo»?
R. Creo que cada vez más. Una de las fortalezas de la agencia es el sistema de alertas, aunque aún tenemos que afinar determinadas cosas. El problema de las alertas es que hay que encontrar el equilibrio entre la prevención del riesgo y el alarmismo excesivo. No hay ni que pasarse ni no llegar.

P. ¿A veces el ciudadano exige demasiado, sin darse cuenta de que la meteorología no es una ciencia exacta?
R. Yo entiendo que eso son gajes del oficio. Lo que procuramos es usar los medios que tenemos de la mejor manera posible, e intentar mejorarlos, pero sabiendo que en la meteorología nadie puede ser infalible.
Por Araceli Acosta (Fuente: ABC Periódico Electrónico) 
 

20/12/10
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