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19
de Septiembre, "Día de las Glorias del Ejército" |
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Los pueblos conscientes de su pasado saben que la libertad
es un bien que no basta sólo con conseguirlo. Tanto
o más importante es mantenerlo, lo que compromete los
esfuerzos de todas las generaciones de su devenir histórico
y con mayor razón a las presentes, que se proyectarán
para preservar la dignidad de su soberanía y orgullo
de pueblo libre.
Desde que se formara la Primera Junta de Gobierno, en septiembre
de 1810, los corazones de los patriotas anidaban el sentir
de una república independiente. A partir de entonces
un Ejército marchó a su lado, cimentando el
espíritu de una raza que más tarde buscó
su propia identidad.
El valor y la voluntad inquebrantable de luchar por la Patria
son los sustentos más sublimes del alma militar chilena,
elemento esencial de la consolidación de nuestras victorias
y todos y cada uno de los hechos de armas que la historia
y el destino ha demandado participar.
Del mismo modo que las huestes de Lautaro combatieron contra
el pendón español, en aquello que podría
llamarse el primer Ejército autóctono. Los patriotas
encomendados por O'Higgins lucharon en los campos de Chacabuco
y Maipú.
Décadas más tarde, en las campañas contra
la Confederación Peruano-Boliviana o en la Guerra del
Pacífico, los aguerridos soldados del Ejército
alcanzaron las victorias, dando honor y gloria a nuestra Patria,
así como un patrimonio de tradición y nobleza
que pocas naciones pueden exhibir.
Para consagrar las glorias de esta institución, cuna
de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, se instituyó
como el "Día de las Glorias del Ejército"
el 19 de Septiembre, mediante Ley de la República en
el año 1915. Quiso el legislador interpretar que desde
el primer día en que Chile se sintió libre,
una fuerza militar, nuestro Ejército, la protegió,
otorgándole soberanía para conducirla a la búsqueda
de su propia identidad republicana.
Este reconocimiento es el que se renueva cada año en
septiembre, el "Mes de la Patria", cuando el pueblo
rinde tributo de admiración a las tropas que airosas
marchan bajo los viejos estandartes el día de la Parada
Militar, el 19 de Septiembre de cada año.
Pero el Ejército no sólo se ha mostrado decisivo
en el campo de batalla, también ha sido pilar de desarrollo
y progreso al asegurar la paz social y aportando con ejemplo
vanguardista al crecimiento del país. Los fuertes y
guarniciones distribuidos a lo largo de nuestro territorio
han servido de alero a cuyo alrededor se van fundando pueblos
y ciudades. Con ello se ejerce soberanía en los puntos
extremos de Chile, llevando la civilización y cultura
chilenas, para vencer y consolidar las últimas fronteras
interiores de su propio territorio.
Nuestras Raíces
El devenir histórico de nuestra Patria está
marcado por una serie de fechas que señalan hitos que
los chilenos, de todas las épocas, recordamos con cariño,
porque constituyen efemérides que evocan hechos que
nos han llevado, como nación, a conquistar en el mundo
un lugar para Chile y su pueblo. Al analizar el pasado, nos
damos cuenta que desde que el primer español puso su
pié en este suelo, el desarrollo de Chile se caracteriza
por la huella indeleble dejada por la espada, cuestión
que ha llevado a los historiadores a describir al Chile de
la Conquista como "Tierra de Guerra", en un proceso
en que se engendra nuestra estirpe y en cuyo desarrollo se
confunden sus glorias civiles y militares.
Esta historia, escrita por nuestros antepasados, está
constituida en parte importante por los casi 300 años
que dura la Guerra de Arauco, período en cuyo crisol
en algún momento no identificado de su gesta, nace
la raza que daría vida a la Nación Chilena y
cuyos hijos son los que escriben con su sangre las épicas
jornadas de la Patria Vieja alcanzando la gloria en Rancagua,
en octubre de 1814. Desde entonces, el diario vivir de nuestro
país se enriquece con el heroísmo cotidiano
de la Patria Nueva y sus jornadas guerreras de la Expedición
Libertadora del Perú; de la Guerra contra la Confederación
Perú-Boliviana, en cuyo desarrollo se encarna en el
pueblo chileno la conciencia de su unidad de destino y de
su identidad colectiva; de las dramáticas alternativas
de las guerras civiles de 1851, 1859 y 1891; de la Guerra
del Pacífico, donde nuestros hombres atravesaron el
desierto norteño y las tierras andinas, grabando con
sangre y fuego, en sus desoladas latitudes, su fama inmortal
jamás superada por pueblo alguno.
Por ello Chile se enorgullece de su Ejército, el cual
ha ocupado desde los albores mismos del descubrimiento un
sitial de honor por su labor esencialmente vocacional y profesional
en resguardo de nuestra seguridad y soberanía como
nación independiente. Constantemente nuestros hombres
de armas han sido pilar fundamental de ideales libertarios
y fieles centinelas de los preceptos constitucionales y valóricos
que inspiran el patriotismo del pueblo chileno.
Como un justo reconocimiento a la entrega y al patriotismo
brindado por los hombres y mujeres de nuestro Ejército,
se instituye el 19 de Septiembre como un día "Destinado
al recuerdo de todas las Glorias del Ejército de la
República". Esta fecha significa fiesta, recuerdo,
respeto y homenaje por la memoria de todos los soldados que
han contribuido a llevar al país al destacado sitial
de prestigio que hoy ostenta.
En su día, el Ejército recibe el homenaje de
sus Instituciones hermanas en la Gran Parada Militar; de su
pueblo, a través del esquinazo que le brindan "Huasos"
y "Chinas" y de volantines al aire, que elevan los
más pequeños. Todo realizado en el perfecto
escenario que constituye la Elipse del Parque capitalino que
lleva el nombre del Libertador, Capitán General Bernardo
O'Higgins Riquelme, y en cada lugar del país donde
existe una unidad militar.
En Chile, las Paradas Militares o Ejercicios que se denominaron
primitivamente "despejes", se realizaron en el amplio
llano de Portales, constituyéndose en fiestas populares.
A éstas concurrían el Presidente de la República
y los Ministros de Estado, todos montados a caballo. Eran
los primeros tiempos de la República. Allí,
el pueblo se congregaba para Fiestas Patrias, disfrutando
de ramadas y chinganas, además de los juegos populares
como la cuerda, el palo ensebado, los volantines y otros.
A la vez, en estos llanos, unidades cívicas y de línea
de Santiago, realizaban ejercicios y simulacros de combate.
Esta costumbre fue modificada en 1832, mediante una disposición
gubernamental. En aquel año, en el lugar denominado
La Pampa, en un 18 de septiembre, se efectuó la Primera
Revista Militar, la que fue presidida por el Ministro Diego
Portales, quien revistó las tropas ante un público
eufórico y multitudinario. Relata la historia, que
aquel día una intensa lluvia caía sobre la capital,
lo que no restó brillo a la ceremonia. Esta fue la
primera vez que se rememoró, oficialmente, las victorias
del Ejército de Chile en las luchas por nuestra Independencia.
Celebración y recuerdos a los que se agregaron con
el correr de los años, los triunfos de las armas nacionales
en confrontaciones posteriores.
Años más tarde, en 1896, se efectuó en
el Parque Cousiño, la Primera Parada Militar, cuya
marcha se hizo al estilo prusiano. En ella, las Fuerzas Armadas
y la concurrencia de numeroso público, rindieron su
homenaje al Ejército de Chile. En 1915, y durante la
presidencia de Ramón Barros Luco, se estableció
el 19 de septiembre como día para celebrar las Glorias
del Ejército.
Se realizó entonces, una ceremonia más grande
e impresionante, dando inicio a la
Parada Militar, solemne acto que está ligado
al Parque Cousiño, ex Campo de Marte y actual Parque
O'Higgins, ocasión en que la civilidad se reúne
estrechamente con sus Fuerzas Armadas y de Orden, demostrando
la mancomunión de ideales de un pasado glorioso y de
un prometedor futuro.
El correr del tiempo no ha sido impedimento para renovar el
espíritu de esta celebración. Se renuevan hombres
y costumbres, pero el fervor popular revive cada año
en el mes de la patria, porque la Parada Militar del 19 de
Septiembre es la culminación del "Mes del Ejército",
de las festividades y regocijos patrios, síntesis de
nuestra historia y recuerdos. Es cuando todos somos y nos
sentimos más chilenos que nunca.
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