Descubren 17.650 nuevas especies marinas

Son parte de un censo que se hizo en los últimos 10 años.

Medusas luminosas, criaturas que viven gracias al metano o al petróleo, extraños pulpos bautizados como Dumbo. Los científicos están haciendo -justo en este, el Año de la Biodiversidad- el catálogo de la impresionante diversidad, abundancia y distribución de especies que viven en los océanos. Muchas de ellas son seres que no han visto nunca la luz y que, incluso, se mueven bajo capas heladas a más de 5.000 metros de la superficie de los océanos. Los modernos sistemas de detección y localización de estos animales, que incluyen el uso de robots, cámaras dirigidas y otras tecnologías han permitido a la organización Censo de la Vida Marina inventariar en los últimos diez años 17.650 especies. Se trata de una colección que incluye desde cangrejos o camarones hasta gusanos o lombrices.

El proyecto Censo de Vida Marina está integrado por una red de centros de investigación formada por más de 2.000 científicos de 82 países (entre ellos, la Argentina), cuya labor consiste en localizar e identificar a las especies marinas. Sus descubrimientos han permitido hasta ahora conocer ejemplares sorprendentemente adaptados a la escasez de alimentos. Muchos de ellos sobreviven con escasos nutrientes; otros, gracias a las bacterias que proliferan en suelos ricos en metano, sulfhídricos o petróleo; e, incluso, hay algunos que convierten a los huesos de las ballenas muertas en un festín. El rastreo submarino se hace a través de cinco proyectos de investigación que exploran otros tantos ecosistemas oceánicos: los márgenes que forman las plataformas y los taludes continentales, la cordillera dorsal del Atlántico, las montañas submarinas, los terrenos arenosos de las llanuras abisales y los ecosistemas con surtidores hidrotermales y concentraciones de metano.

El censo lleva registradas 5.722 especies localizadas por debajo de los 1.000 metros y un total de 17.650 situadas por debajo de los 200 metros, el umbral a partir del cual la oscuridad paraliza la fotosíntesis. El trabajo definitivo concluirá el próximo mes de octubre, cuando se den a conocer los inventarios definitivos. Estos descubrimientos vienen a alejar las fronteras de lo desconocido y, en cualquier caso, ilustran el resultado de estas exploraciones. Se han descubierto nuevas especies, pero se ha mejorado además el conocimiento de otras, como el extraño calamar Promachoteuthis sloani. "No sabemos cuál es su dimensión máxima, pues no hemos capturado ningún animal maduro. Sólo hemos conocido tres, el más largo de ellos tenía 10,2 centímetros. Creemos que el total de su longitud será el doble. Vive en aguas batipelágicas (profundas) a más de 1.000 metros de la superficie", comentó Michael Vecchione, del Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano de Washington.

El capítulo de nuevos animales raros observados incluye al pulpo Dumbo, en referencia a sus aletas, que parecen unas orejas como la del elefante que vuela en el mundo Disney. También ha inventariado hasta 70 especies de gusanos que comen huesos de ballena depositados en los fondos marinos de los océanos. Numerosos experimentos han analizado la gran riqueza biológica que generan precisamente las carcasas de las ballenas.

Otra de las expediciones en el sudeste del Atlántico recogió un centenar de especímenes desconocidos de copépodos, un minúsculo crustáceo. "La fauna abisal es tan rica en diversidad de especies y está tan pobremente descripta en los inventarios, que recoger una especie conocida es lo raro", concluyó David Billet, del Centro Nacional de Oceanografía de Gran Bretaña.

05/03/10
CLARIN

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