Ante el hecho consumado, la estrategia oficial es encarecer el negocio petrolero en Malvinas

Si el clima en el Atlántico Sur lo permite, la semana próxima la plataforma de exploración petrolera escocesa Ocean Guardian –que ayer viajaba arrastrada por un buque danés hacia abajo del globo terráqueo– desplegará sus patas cerca de la costa norte de las Islas Malvinas para empezar a preparar la búsqueda de petróleo en la zona.

Es la peor pesadilla para los encargados de defender la posición argentina y el reclamo de soberanía sobre las islas. Si en alguno de los seis pozos que tiene previsto abrir la petrolera Desire Petroleum llega a aparecer crudo, y si extraerlo se mantiene como un negocio rentable, lo que era sólo producto de las esperanzas de los isleños se convertirá en una fuente de financiamiento que cualquier país envidiaría. Para la Argentina, la llegada de inversiones a las Malvinas motorizada por el Reino Unido y reclamada por el gobierno isleño es una noticia pésima: el dinero suele levantar los ánimos de cualquiera.

Por eso, la única estrategia rápida que tiene a mano el Gobierno frente al hecho casi consumado del inicio de la exploración petrolera es bombardear ese sueño de los 2.900 habitantes de Puerto Argentino. La estrategia que desplegarán en las próximas semanas es, según admiten en los pasillos de la Cancillería, “encarecer” la búsqueda de petróleo en el mar que circunda a las Malvinas.

“En el negocio petrolero se sabe que no cuesta lo mismo trabajar en una zona de paz que en Afganistán. Nosotros vamos a dejar en claro que Desire está explorando en una zona en disputa de soberanía y que Argentina va a seguir reclamando para que no lo hagan”, desliza un funcionario del Palacio San Martín al tanto de la estrategia oficial.

La detención del carguero británico “Thor Leader” en Campana ocurrida el lunes obedece a esa intención del ministerio de Jorge Taiana. El buque llegó el 15 de enero a Malvinas con caños y mechas de perforación, equipos y cemento destinado a la plataforma contratada por Desire PLC.

Descargó su equipo en Puerto Argentino y llegó vacío el último fin de semana a Campana. Como es usual en el negocio del transporte marítimo, el barco fue contratado para no regresar sin carga al norte. En este caso, la contratante del flete fue Techint, que pretendía enviar un cargamento de tubos de acero para la industria petrolera en el Mediterráneo. Ahora no podrá hacerlo, y el “Thor Leader” tendrá que salir vacío de los puertos argentinos, lo cual encarecerá su regreso.

Con esa medida, el Gobierno intenta dar un doble mensaje. A las transportistas contratadas por las petroleras que exploren en Malvinas les avisa que deberán modificar sus tarifas ya que no podrán tocar puertos argentinos de regreso a Europa. Además, a las compañías argentinas les dice que no es conveniente contratar barcos que operen en Malvinas sin autorización del gobierno argentino.

Todo ese esfuerzo servirá sólo si el primer intento británico de buscar petróleo en Malvinas en los últimos doce años fracasa: si bajo las olas hay crudo, los dólares se encargarán de complicar otra vez la posición argentina.

12/02/10
CRONISTA.COM

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