Olas oceánicas gigantes que adquieren la altura de edificios de diez plantas pueden hundir buques, en accidentes que son atribuidos nada más que al “mal tiempo”.
(NM) Otrora descartadas como un “mito náutico”, las olas oceánicas gigantes han sido registradas por buques mercantes, y medidas con mayor precisión desde plataformas petroleras en el mar.
Estas olas, cuya ocurrencia se produce por una combinación ocasional de diferentes ondas, generan paredes de agua, que se elevan como una torre por sobre la superficie oceánica, con alturas que superan los 30 metros.
Una investigación realizada en el Imperial College de Londres, muestra que lejos de constituir eventos raros, las olas oceánicas gigantes pueden producirse con bastante frecuencia, y podrían ser responsables por el hundimiento de alrededor de 200 supertanques y portacontenedores de más de 200 metros de eslora, ocurridos en malas condiciones meteorológicas en las últimas dos décadas.
Chris Swan, quien dirigió el estudio, encontró que los pronósticos emitidos para alertar a la navegación sobre el riesgo de olas gigantes, asumen que la variabilidad de la altura del mar es escasa en el período de duración de una tormenta.
Sin embargo, cálculos teóricos y experimentos de combinación de ondas en tanques de prueba han demostrado que en pequeñas porciones del océano, del orden de un kilómetro cuadrado, el estado del mar puede variar lo suficiente como para disparar olas gigantes.
“Hemos demostrado que en una tormenta, si un buque o una plataforma se encuentra en el lugar equivocado en el momento equivocado, experimentará condiciones de olas mucho más severas que las esperables por pronóstico, incluidas estas olas gigantes, capaces de generar enormes daños”, aseguró el Profesor Swan, cuyo estudio sobre olas gigantes aparece en la revista científica “Proceedings”, de la Royal Society.
Por su parte, el profesor de arquitectura naval en la Universidad de Strathclyde, Niggel Barltrop, afirma que es tan poco lo que se conoce acerca de muchos de los accidentes de navegación, que se hace difícil saber cuándo se pueden atribuir a olas gigantes.
“En muchos casos, se hace imposible efectuar una investigación seria sobre un hundimiento sin gastar una enorme suma de dinero, de modo que en la mayor parte de ellos, nadie sabe a ciencia cierta porqué se hundieron. Estas olas oceánicas gigantes, no son como las que se ven en la playa, se parecen más a una sólida pared de agua”.
Andrew Linington, de la Unión Nacional de Oficiales de Transporte marítimo y aéreo expresó que todas las evidencias indican que la ocurrencia de este tipo de fenómeno es mucho mayor que lo que se creyó en el pasado.
“Esta clase de olas extremas se harán más comunes aún por efecto del calentamiento global. Existe una urgente necesidad de reelaborar las reglas de construcción para todos los tipos de buques”.
“Creemos que es fácil decir que un accidente se debió a una ola gigante y punto, pero frecuentemente cuando un buque es víctima de una de estas olas, habrá algo tan estúpido como la rotura de un tambucho, y la consecuente inundación que lleva al hundimiento”.
“Frecuentemente hablamos de buques de graneles secos, y nadie se preocupa de ellos. Pero si se trataran de buques de pasajeros y se hundieran por una entrada de agua de ese tipo, entonces tendríamos un gran escándalo. No hay mucha gente en la industria que tome este tema con suficiente seriedad”.(Fuente: The Guardian)
02/08/06
NUESTROMAR
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