Basándose en algunas experiencias similares en España, los marineros y dueños de barcos de la flota amarilla de Caleta piden que las operadoras petroleras que hicieron prospección sísmica el año pasado indemnicen y subsidien la actividad hasta que se reponga la fauna en el área.
Basándose en algunas experiencias similares en España, los marineros y dueños de barcos de la flota amarilla de Caleta piden que las operadoras petroleras que hicieron prospección sísmica el año pasado indemnicen y subsidien la actividad hasta que se reponga la fauna en el área.
Centenares de personas vinculadas a la pesca artesanal se acercaron puntualmente a las 17 de ayer a la costanera local para solidarizarse con la veintena de barquitos que se colocaron en forma semicircular frente a la restinga que da al sector del Complejo Deportivo Municipal.
Las naves están desde hace varios días en el lugar tratando de que ningún buque petrolero ingrese a la zona de la monoboya, protestando por lo que consideran un “daño histórico” que se realizó a la fauna ictícola del lugar con las prospecciones sísmicas realizadas por YPF y Pan American Energy.
La protesta de ayer de los integrantes de la flota amarilla que operan en el puerto Caleta Paula tuvo mucho de show con luces de bengala lanzadas al aire. “No hacemos piquete en las rutas, no queremos molestar al resto de la comunidad, pero queremos que se mire de una vez por todas hacia el mar, hacia nuestros problemas”, dijo un patrón de barco, acompañado de algunos marineros.
De acuerdo a lo que comentaron a Diario Patagónico algunos capitanes de barco, armadores y marineros, ellos no tienen duda de que los buques sismográficos que analizaron estas profundidades marinas son los culpables de la merma notable de la merluza y de otras especies. Por lo tanto, seguirán haciendo este “piquete náutico” hasta tanto haya una respuesta, por parte de las operadoras petroleras, a sus pedidos de resarcimiento económico.
“Disminución abrupta”
Ricardo Faramiñan, un veterano capitán de barco, augura un horizonte muy negro para la pesca de merluza y para todos los que trabajan en ella, teniendo en cuenta que la disminución “no fue gradual, sino abrupta; ya que de pescar 300 cajones diarios en la temporada pasada, ahora los barcos no llegan con nada. El pescado, si vuelve a la zona, lo hará dentro de dos o tres años; pero mientras ¿de qué vivimos?”, se preguntó.
“Si esto fuera culpa de la depredación, la merma hubiera sido paulatina, pero no, un día teníamos merluza y después nada, ni siquiera pescado chico, ni los que viven en el fondo. Si te metés hasta noventa millas mar adentro, no hay nada”, añadió.
Otro avezado hombre de mar, Cosme Capellutti -armador del barco “El Vencedor”-, recordó que en todos los lugares del mundo donde se hizo prospección sísmica ocurrió algo similar con la fauna. “En España, por ejemplo, cuando pasó eso se repartieron subsidios para que los pescadores puedan sobrevivir hasta que retornen las especies”, acotó.
Aire comprimido
Entre los que estaban en la costanera había además peones de descargas, operarios de planta como fileteros, serenos y camioneros. Luego del lanzamiento de las bengalas, los que estaban en tierra salieron a hacer otra ronda de protesta por las calles céntricas de la ciudad.
Luis Jones, el representante de los dueños de barcos, cada vez está más convencido de que fue el trabajo del buque de prospección sísmica “Western Patriot”, con sus “cañones de aire comprimido”, el que causó el daño.
“No puede haber otra razón. Si en el sur hay pescado, igual que más al norte de Comodoro donde no pasó ese buque también, sólo aquí no hay merluza, y no vivimos en una burbuja”, comentó.
08/02/10
PATAGÓNICO.NET