Corbeta Swift: Recuerdan que fue descubierta por jóvenes Deseadenses en 1982

Si bien los protagonistas del rescate de la corbeta Swift no expresaron ninguna opinión frente al tema, varios lectores del diario «La Nación» se comunicaron con medios periodísticos de Puerto Deseado ante la información errónea publicada el pasado lunes 30 de marzo con la firma de Emilse Pizarro.

La periodista del prestigioso matutino había escrito que «el equipo del Programa de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl), que hace cinco años descubrió la corbeta inglesa Swift, hundida en 1770 en las costas de Puerto Deseado y que en 2006 halló el esqueleto de uno de los náufragos, volvió a trabajar en la zona».

La realidad de los hechos es totalmente diferente e incontrastable. El descubrimiento de la corbeta Swift, hundida en aguas de la ría Deseado en marzo de 1770, se produjo en febrero de 1982.

No fue producto de la casualidad, ni de operativos de instituciones nacionales o internacionales, sino de la tenacidad de un grupo de deseadenses que analizaron durante muchos meses el relato de uno de los tripulantes de la nave, se sumergieron en las frías aguas de la ría en base al esfuerzo y al riesgo propio, hasta que lograron el ansiado objetivo. Esta comisión de búsqueda y rescate de la Swift funcionó en el ámbito del Club de Pesca y Náutica Capitán Oneto, y de inmediato comunicaron el hallazgo al Museo Naval de la Nación.

Posteriormente, el ICOMOS (Instituto de Conservación de Monumentos y Sitios) participó en las tareas de rescate y conservación, siempre respetando el mandato de los descubridores de este valiosísimo patrimonio cultural, que se cristalizó en la creación del Museo Regional Mario Brozoski (actualmente dependiente del municipio deseadense). A partir de 1997, el INAPL continuó con esta delicada actividad de preservación a través de planificadas campañas de arqueología submarina que han permitido avanzar en el conocimiento de la vida a bordo y las costumbres de la época.

Directora del museo

La directora del Museo Mario Brozoski, Grisel Bueno, publicó ayer en la página web del matutino porteño un comentario en el que solicita a la periodista aclarar «que el descubrimiento de la misma se realizó en 1982 por parte de inquietos jóvenes deseadenses: Marcelo Rosas y Mario Brozoski» y que «el Instituto Nacional de Antropología con su programa de arqueología subacuática inició sus tareas de investigación en el pecio a partir del año 1998». En este sentido la funcionaria mencionó a Prensa Libre que «paralelamente se va a enviar una nota con más detalles a la dirección del diario».

Grisel Bueno puso de relieve que «hay que dar valor a la gente que inició todo esto, en forma totalmente desinteresada, con pocos medios, porque no debemos olvidar que en esa época los medios tecnológicos eran muy pocos», remarcando que la comisión de búsqueda y rescate «tenía el objetivo de que todo quedara para formar un museo en Deseado».

Elkin: «reconocemos el protagonismo de los descubridores»

«Para mí fue una decepción y una preocupación leer la nota, porque pensé que la gente que no nos conoce va a creer que nos estamos atribuyendo un descubrimiento que no nos corresponde», declaró a este diario la doctora Dolores Elkin, directora del Proyecto Swift. «Jamás se nos pasaría por la cabeza, en ningún contexto, decir que nosotros descubrimos la corbeta», insistió.

La científica recordó que la institución a la que pertenece entró en contacto con esta investigación en 1997, cuando el museo -entonces provincial- era dirigido por María Isabel Sanguinetti. «Se nos convocó para comenzar a hacer un trabajo arqueológico sistemático en el pecio, dado que éramos el primer grupo arqueológico subacuático, en el sentido de que estaba formado por arqueólogos que también somos buzos», explicó. «Cada vez que firmamos o escribimos algo nosotros hacemos lo posible por reconocer el protagonismo de la gente que trabajó, especialmente en los primeros años», reafirmó.

«El barco nunca hubiera llegado a nuestras manos si no lo hubiera descubierto la gente de Puerto Deseado», subrayó, destacando que el museo Mario Brozoski «tiene a su cargo toda la parte de museología, y de conservación y exhibición de las colecciones».

Dolores Elkin comentó que ya se ha comunicado con la periodista Emilse Pizarro para solicitarle la publicación de una «fe de erratas, a fin de aclarar este error involuntario». «Sé que su deseo y su intención ha sido dar a conocer un proyecto que es necesario difundir», enfatizó, revelando que «ella se disculpó, y la noté muy sentida por este tema». En este aspecto la arqueóloga reconoció que en notas anteriores, la periodista de «La Nación» había publicado estos datos correctamente y que ese matutino siempre ofreció información sobre este importante hallazgo arqueológico.

01/04/09
PRENSALIBRE.COM

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