La 259 C Mendoza, catalogada por algunos como la salvadora de los problemas de dragado del puerto local, volvió a romperse. Esta vez se plantó uno de los dos motores principales. Pezzati no lo puede creer.
La Draga 259 C Mendoza se empeña en sembrar espinas en la recta final de la campaña electoral del primer candidato a concejal por el kirchnerismo local, Eduardo Tomás Pezzati, quien cuando la tarea le da un respiro, también es presidente del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata.
El martes a la noche, mientras el candidato, junto con el Jefe Comunal, compartía una cena para celebrar el Día del Periodista en el restaurante del Club Motonáutica, la draga que se encarga, o por lo menos lo intenta, de ganar profundidad en el espejo interior y acceso del puerto desde hace menos de dos meses, volvía a romperse.
El Estado nacional invirtió una cifra millonaria con el propósito de poner en valor a la draga en el astillero Tandanor para que pueda encarar con eficacia el dragado completo del puerto marplatense. Además invirtió más de 4 millones de pesos para rectificar los motores principales de la embarcación.
Lamentablemente, en la noche del martes, uno de los dos motores principales que tiene la embarcación “se plantó”. Y como con uno solo no puede navegar porque no alcanza a trasmitir la potencia suficiente para que todos los sistemas de la nave respondan, debió quedar amarrada. Además la Prefectura tomó conocimiento rápido de lo que sucedía y le ordenó que amarre en el muelle de la Base Naval.
La información primero corrió como un rumor entre las arterias internas de la estación marítima, pero finalmente fue confirmada por Walter Sivina, gerente gene-ral del Consorcio. Recién al día siguiente Pezzati se enteraba del nuevo contra-tiempo de la embarcación.
“Es uno de los motores que se repararon en Tandanor; estaban haciendo algunas pruebas y se plantó. Si no se dañó el cigüeñal, puede ser reparado en poco tiempo; de lo contrario, será más arduo”, dijo el funcionario del Ente mixto.
Consultado un mecánico naval, el especialista explicó que cuando se llega a esa instancia, “sucede lo mismo que con un automóvil, hay que abrir a ver hasta donde se rompió. Es extraño porque supuestamente eran motores recientemente reparados”.
La draga debería contar con otro motor, un tercero, pero ese nunca llegó a colocarse porque podía funcionar con dos. Pero ahora es inviable la operación para reemplazar al que está averiado.
En el puerto muchos se preguntan por estas horas si esa metodología se aplicó en otros sectores de la embarcación. En ese caso tendrán que prepararse para con-templar este tipo de hechos, casi de manera sistemática.
Dentro del hermetismo con que el hecho se maneja en las esferas oficiales, RE-VISTA PUERTO pudo saber que la falla provino de un dispositivo importado que regula la intensidad de la planta impulsora. Esa pieza no habría sido cambiada cuando se rectificó el motor porque había que buscarla en el extranjero y demoraba los tiempos de puesta en valor. Recordemos que la draga es de origen español y ya ha cumplido holgadamente su vida útil.
Si a los años que tiene la draga se le suma el apuro de las autoridades de la Sub-secretaría de Puertos –armador de la Mendoza– y de funcionarios locales, para que llegue cuanto antes a Mar del Plata –Pulti la prometió en septiembre del año pasado y llegó en abril de este–, puede ser posible que antes de tener que esperar más tiempo a que llegue el repuesto, se decidiera mantener el que ya estaba.
Los que ya estaban ayer en Mar del Plata son los técnicos de la empresa Wärtsilä, líder en impulsores marinos. Los profesionales de la multinacional fueron los en-cargados de realizar las reparaciones y rectificaciones mientras estaba en dique seco. Apurados y debiendo soportar las quejas de José Pérez de la Sierra, el re-presentante de la Subsecretaría de Puertos –dueña de la draga– comenzaron a revisar y desarmar la planta impulsora para diagnosticar la gravedad de los daños. Pezzati todavía estaba perplejo con la noticia y maldecía a la suerte.
Pese a la cifra millonaria que se invirtió en su reactivación, la Draga 259 C Mendo-za repite averías que retrasan el avance de las tareas en el puerto.
Primero fue uno de los cuatro impulsores de la hélice. Cuando parecía que estaba solucionado, en una de las últimas pruebas en Astillero Tandanor se volvió a repetir la falla; pero en el apuro de las autoridades del Consorcio por demostrar que la draga no era una promesa intangible, decidieron que llegue a la ciudad con tres impulsores. El otro se quedó siendo reparado en Buenos Aires.
A los pocos días, una falla en el guinche del ancla privó a la Presidente de un gusto grande. Subirse a la embarcación y dar una vuelta para demostrar que el dra-gado era un sueño posible. Hasta que reconstruyeron la pieza, la Mendoza miró todo desde la orilla.
Era tal el apuro en el Consorcio por demostrar que la draga lucía operativa, que a pesar de no contar con todos los impulsores, la hacían desfilar por la costa chu-pando arena. “Puede dragar, pero no es lo más aconsejable porque pierde capaci-dad de maniobra”, había dicho Luis Gavilán, secretario General del SIPEDyB, que agrupa al personal de dragado y balizamiento.
Hace unos días colocaron el cuarto impulsor y el rompecabezas de la Mendoza parecía completo. Hasta Pezzati se encargó de despejar todas las dudas y contaba a la draga como una aliada para que Acción Marplatense, el partido del kirchne-rismo en estas elecciones, intente quedarse con la mayoría en el Concejo Deliberante.
Pero el motor principal se plantó para que la draga tropiece de nuevo. ¿Cuántas veces más se trabará el dragado como consecuencia del apuro en mostrarla ope-rativa o las deficiencias en el proceso de puesta en valor? Nadie en el Consorcio se atreve a responder.
Por Roberto Garrone - Fotos de Diego Izquierdo
12/06/09
REVISTA PUERTO
