|
Home
> Editorial
> El deporte menos apasionante
|
VERSION EN CASTELLANO
El deporte menos apasionante
|
|
|
HERALD STAFF |
|
|
ENGLISH VERSION
The least favourite sport
The elections are now only two weeks away and yet most people could hardly care less — the long Columbus Day weekend featuring such sports highlights as the Pumas or Lionel Messi & Co. versus Marcelo Bielsa & Co. absorbs far more attention. One reason for this attitude is the thought: Why should I take any interest in these elections if their prime beneficiary (first lady Cristina Fernández de Kirchner) is showing so little? And yet this passive campaign of the presidential frontrunner is an error which also becomes the error of all those who respond with apathy.
Read more
|
|
|
Sólo faltan dos semanas para las elecciones y, sin embargo, a la mayoría no le importa demasiado: el fin de semana largo del Día de la Raza que incluye eventos deportivos importantes como los Pumas y Lionel Messi y compañía contra Marcelo Bielsa y compañía acapara mucha más atención. Un motivo para esta actitud es pensar ¿por qué debería mostrar yo mayor interés en estas elecciones si su principal beneficiaria (la primera dama Cristina Fernández de Kirchner) demuestra tan poco? Y aun así esta campaña pasiva de la favorita en la contienda presidencial es un error que se convierte también en el error de aquellos que responden con apatía. El error es más bien conceptual que táctico: la estrategia de eludir debates y decir tan poco (que contrasta curiosamente con el talento de su marido para multiplicar sus enemigos) mientras se presenta en el exterior como la futura presidenta sin duda la ayudará a llegar al día de los comicios con su imagen intacta. No obstante, presentar una plataforma no debería interpretarse simplemente en términos de ganar la elección (y allí radica el error); al pensar en voz alta, la señora de Kirchner se informaría a sí misma al igual que a cualquier otro cómo planea abordar los crecientes problemas de la Argentina en los próximos cuatro años. Ni la prensa ni el electorado en su conjunto deberían permitirle menos que eso. Cuando los Pumas jueguen con los Springboks, es muy probable que gane el que hoy juege mejor: no puede decirse lo mismo de las elecciones. Precisamente los peores rasgos de este gobierno parecen condenarlo al éxito. Por ejemplo, el uso altamente arbitrario de los fondos públicos para los viajes al exterior de la señora de Kirchner o la partida de 20 millones de pesos a jubilados decretada el jueves para la provincia de su compañero de fórmula, el gobernador de Mendoza Julio Cobos. Nuevamente, Cristina Kirchner no tiene casi nada que decir sobre la cuestión candente del delito, y sin embargo, son precisamente las zonas más inseguras del Gran Buenos Aires las que constituyen su mejor garantía electoral: la imposibilidad de los candidatos de la oposición de poner un pie en estas zonas transfiere de hecho un tercio de los votos ante tales ausencias al aparato oficialista manejado por los intendentes del conurbano bonaerense. No sólo los candidatos sino también los encuestadores (y el día de los comicios cabe suponer que los veedores también) temen entrar en estas zonas, lo cual probablemente signifique que el margen de Cristina Kirchner se subestima en las encuestas: la idea de una mayoría anti-Kirchner del 60% frustrada sólo por la fragmentación de la oposición podría ser una ilusión. Si esta nación nació con la consigna “La gente quiere saber de qué se trata”, ¿por qué ahora no se reclama lo mismo respecto de la campaña electoral? |
Go to top
|
Back to editorial
|
|
|
|
|
|