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ENGLISH VERSION
The Plate runneth over
The diplomatic settlement of the pulp mill dispute between Argentina and Uruguay has a very narrow window between two key dates which are carrying it in opposite directions: the October 28 elections here, which are a constant invitation for nationalistic posturing, and the November 8 Ibero-American summit in Chile, which pressures an agreement since the two sides of the dispute and their royal mediator King Juan Carlos of Spain will all be present with every need for at least an incipient solution if the Spanish crown’s good offices are not to be gravely affronted. The challenges to diplomacy are all the greater given that the foreign ministers of the two countries are hardly even supporting actors in this saga.
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El acuerdo diplomático de la disputa por las papeleras entre Argentina y Uruguay tiene un período muy estrecho entre las dos fechas clave que lo llevan en direcciones opuestas: las elecciones del 28 de octubre en este país, que son una invitación constante a tomar posturas nacionalistas, y la cumbre iberoamericana del 8 de noviembre en Chile, que presiona para un acuerdo ya que ambos lados del conflicto y su “facilitador” real, el Rey Juan Carlos de España, estarán presentes, necesitándose con urgencia al menos una solución incipiente si no se quiere ofender gravemente los buenos oficios de la Corona Española. Los desafíos a la diplomacia resultan mayores dado que los cancilleres de ambos países apenas son siquiera actores de reparto en esta saga. El resurgimiento más reciente de la escalada proviene del ministro de Vivienda y Medio Ambiente de Uruguay, Mariano Arana, que anunció el miércoles que la habilitación oficial para comenzar la producción de celulosa en la polémica planta de Botnia en Fray Bentos podría concederse “en menos de un mes,” es decir, antes del 28 de octubre, violando así un entendimiento tácito de que la pastera no comenzaría a funcionar antes a fin de mantener esta cuestión espinosa fuera de la campaña electoral en la Argentina. Cabe suponer que esta iniciativa provocadora fue una respuesta a una nueva agresión por parte del presidente Néstor Kirchner (presionado por militantes activistas de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú del lado opuesto del Río Uruguay de Fray Bentos), quien el lunes dijo que la determinación de forzar la relocalización de la papelera no había va-cilado desde el primer día de la disputa: de igual manera, el incumplimiento de un acuerdo tácito de que la Argentina ha cesado de negar la realidad de la planta en los últimos seis meses y se conformaría con un acuerdo de monitoreo ambiental una vez que se terminen las elecciones. El manejo de la disputa por las papeleras es una carrera contra el tiempo en dos carriles distintos que cuesta cada vez más mantener paralelos. Por un lado, es probable que el electoralismo conduzca al kirchnerismo a una escalada constante de gestos ostentosos que el orgullo nacional de Uruguay no admitirá fácilmente, aun cuando las presiones sobre el gobierno en Montevideo son más políticas que electorales. Sin embargo, en sólo 10 días los dos países deberán confluir en la cumbre en Santiago ya que una humillación de la mediación de la Corona Española correría el riesgo de ofender mortalmente al principal aliado de Kirchner en el mundo desarrollado. No será fácil.
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