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Alpargatas sí, sus libros contables también
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HERALD STAFF |
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ENGLISH VERSION
Booking Alpargatas
One of the slogans of early Peronism was: “Alpargatas yes, books no” (in a reference to Argentina’s traditional cloth footwear) — that promise of educational decline (a key factor in the culture of political patronage) would seem to be honoured today but the company carrying that emblematic name of Alpargatas has just been acquired by Brazilian capital, it was officially confirmed on Wednesday.
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Uno de los slogans del peronismo en sus inicios era “Alpargatas sí, libros no”: tal promesa de deterioro educativo (un factor clave en la cultura de clientelismo político) parecería haberse cumplido hoy en día, pero la empresa con la denominación emblemática Alpargatas acaba de ser adquirida por capital brasileño, según se confirmó oficialmente el miércoles. Fundada en 1883 por el vasco Juan Echegaray y el escocés Robert Fraser (y con la colaboración destacada de familias angloargentinas como los Clutterbuck en su desarrollo a lo largo de su historia) y acciones testigo en la Bolsa de Comercio hasta hace 15 a 20 años, pero que quedó prácticamente destruida por la crisis de 2001-2002, esta tradicional empresa textil y de calzado respira sin duda historia argentina y aun así pasa a manos extranjeras durante uno de los gobiernos más nacionalistas de los últimos tiempos. Alpargatas no es el primer símbolo histórico que pasa a control brasileño en los últimos años — nombres legendarios como la cervecera Quilmes y la empresa de cemento Loma Negra vienen a la mente — y definitivamente empieza a advertirse un patrón. Sería una simplificación demasiado grosera decir que todas las empresas característicamente argentinas acaban en las fauces del gigantesco vecino del Mercosur: las incursiones del magnate mexicano Carlos Slim (el hombre más rico del mundo, según algunos rankings) en el sector de telefonía móvil local, la adquisición chilena de los supermercados Jumbo y el fuerte interés mostrado en Acindar por parte del poderoso empresario de acero hindú Lakshmi Mittal son sólo algunos ejemplos de la entrada de capital extranjero, mientras, por otro lado, la nacionalización (con la presencia de capitalismo prebendario o sin ella) de varias empresas de los sectores de energía y servicios públicos en especial muestra que las pretensiones nacionalistas de este gobierno no son totalmente vacuas. No obstante, la transferencia de la empresa a manos brasileñas es igualmente impactante y una comparación elocuente de las clases empresarias de ambos países. Está bastante claro que mientras que el capital paulista en particular cuenta tanto con la riqueza como con la independencia para ir al exterior, a los empresarios industriales argentinos (con nada más que un par de excepciones) les falta tanto la escala como la visión para mirar más allá de los consumidores locales. Obsesionados con proteger únicamente su mercado metropolitano, dependen de un Estado dominante al punto que los contactos políticos y la adaptabilidad a los cambios normativos arbitrarios se vuelven más importantes que las clásicas virtudes emprendedoras o los gajes modernos del oficio para ser competitivos a nivel global. Todos están de acuerdo en que se necesitan mejores políticos, pero ¿por qué no también mejores empresarios? |
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